Crónicas de un Magizoólogo - Libro I (Trilogía Orígenes)

10. Theseus Scamander

Aclaración importante: Este libro (y por lo tanto esta trilogía) fue publicado a finales de 2016, mucho antes de que se publicara la sinopsis de "Los Crímenes de Grindelwald", así que esta historia tendrá variaciones con respecto a todo lo que ocurra en esa película.

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Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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CRÓNICAS DE UN MAGIZOÓLOGO

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╔╝JUNIO DE 1915╔╝

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╔╝10╔╝

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╔╝THESEUS SCAMANDER╔╝

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Graduarse de Hogwarts era una experiencia gratificante que ahora Newt Scamander podía decir que había experimentado. Tras la noticia de que tendría permitido graduarse de la afamada escuela de hechicería, la familia Scamander se alegró por el más joven de ellos. Theseus, su hermano mayor, se presentó en su casa en Nochebuena para llevar a Newt a la casa familiar para celebrar. Fue una velada cálida y memorable. Entre risas y felicitaciones, el muchacho sentía que era aceptado otra vez.

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Su padre le ofreció a volver a vivir en la casa familiar, para que pudiera avocarse completamente a sus estudios, pero Newt se negó. No porque no apreciara el gesto sino más bien porque le había tomado cierto gusto a vivir solo y además, en su actual residencia tenía muy cerca el Callejón Diagon, dónde tenía disponible todo lo necesario para sus estudios. Para que su padre aceptara que siguiera viviendo solo, el muchacho le propuso comprarle el lugar con lo que ahorraba de sus jornadas en El Caldero Chorreante.

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― Creo que tu propuesta es aceptable ― le dijo el hombre a Newt ―. Pero no puedo dejar que gastes todos tus ahorros en una casa que siempre estará ahí para ti. Te la dejo a mitad de precio.

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― Gracias, papá. En serio...no es que no quiera vivir en casa pero creo que es hora de independizarme... igual que Theseus.

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― Sí, pero tú fuiste siempre más maduro que él ― bromeó el señor Scamander y palmeó afectivamente la espalda de su hijo.

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Luego de las fiestas de fin de año, Newt volvió a su casa y se dedicó por completo a los estudios. Antes había aprendido todas las cosas que se tomaban en los exámenes finales de sexto y séptimo año de Hogwarts, pero ahora que sería evaluado para graduarse, decidió sacar la nota más alta posible. Quería demostrarles a todos que a pesar de haber sido expulsado, aun así podía ser un buen estudiante. Así que estudio prácticamente en cada momento que tuvo libre hasta las fechas de los exámenes.

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―Señor Scamander, tiene el mejor promedio que cualquier alumno en los últimos veinte años― le informó Dumbledore, el día que por fin recibió su certificado de graduación. En él, se leía en elegantes letras de color dorado: "El alumno Newton Artemis Fido Scamander ha finalizado los estudios en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería".

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―Muchas gracias, señor. Sin su intervención, yo no hubiera podido llegar a graduarme― contestó Newt, con una sonrisa de oreja a oreja ―. Si alguna vez necesita algo, lo que sea, no dude en pedírmelo. Se lo debo.

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― Creo que le tomaré la palabra, señor Scamander ― murmuró el profesor de Transformaciones, sonriendo con inteligencia ―. Recuerde que este certificado sólo es un papel... no refleja sus verdaderas capacidades.

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Aunque no esperaba verlo, el profesor Valerian Velleum también se acercó a felicitarlo por haberse graduado. El hombre seguía luciendo igual que antes, desalineado y con el cabello castaño siempre despeinado.

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―Graduado y especializado en Estudio de Criaturas Mágicas― leyó el profesor del certificado de Newt, con orgullo en su voz ―. Te felicito, Scamander. Si algún día volvemos a vernos, quizás seamos colegas.

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―Eso me encantaría, señor. Aprecio que me haya enseñado todo lo que me enseñó.

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―No seas meloso, Scamander― contestó Velleum, sonrojado ―. Ahora vete a celebrar, tu familia seguro estará mucho más orgullosa que yo.

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Y en efecto, así era. Esa misma noche, su padre los llevó a todos a cenar a un exquisito restaurante en el centro de Londres. Fue otro día para recordar, Newt realmente sentía que todo se encaminaba otra vez. Cuando la familia Scamander estaba por regresar a su hogar, eran ya más de las diez de la noche y Theseus alzó la voz, dirigiéndose a sus padres.

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―Mamá, papá. Gracias por la cena― dijo poniéndole el brazo sobre el hombro a su hermano menor ―. Ahora Newton y yo iremos a tomar un trago, tendremos una charla de hombres.

1

El señor y la señora Scamander se despidieron de sus hijos y se marcharon a la casa familiar. Theseus se separó un poco de Newt y le guiñó un ojo.

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― ¿Adónde quieres ir?― preguntó el más joven.

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― Tranquilo, Newton ― murmuró su hermano, volviendo a guiñarle un ojo ―. Vayamos a Hogsmeade, a la Cabeza de Puerco. Quiero que hablemos. Hace rato que tú y yo no hablamos con tranquilidad.

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Ambos se aparecieron en la puerta de ese bar e ingresaron. El lugar tenía un olor un tanto desagradable pero uno se acostumbraba con los minutos. Había suciedad en el suelo y en las ventanas, además de que los magos y brujas que estaban allí no se veían de lo más confiables. Por el aspecto de todo, los hermanos Scamander no encajaban ahí. Si bien Newt ya era mayor de edad, aún conservaba su rostro infantil y una mirada de inocencia. Por su parte, Theseus era siete años mayor que él, madurez no le faltaba en su aspecto pero lo cierto es que era demasiado guapo para estar ahí. Si alguien los veía juntos, podía notar el parecido que había entre ellos, pero el hermano mayor daba un aire más de fortaleza, mientras que el menor parecía muy introvertido. Aun así, Theseus caminó seguro hacia la barra y habló con el tabernero.

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―Querido Aberforth ¿Cómo has estado estos días?― le espetó con cordialidad. Aberforth, el cantinero, estaba limpiando una jarra de vidrio con un trapo al que le faltaban unas cuantas lavadas y le dio una mirada rápida.

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― ¿Qué quieres, Scamander?

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―Vine con mi hermano, tráenos dos whisky de fuego. Con hielo, por favor.

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Y con eso, le hizo una seña a Newt con la cabeza para que lo siguiera. Se sentaron en un rincón poco iluminado, dónde había dos sillones de cuero destartalados. Aberforth vino pronto con los dos vasos con whisky de fuego y hielo. Sin mediar muchas palabras, les dejó los tragos en una pequeña mesita de madera que había entre los sillones.

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