Una visita a la iglesia

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-Mama no quiero ir -gruñó
-Casie vas a ir. Tienes que al menos ver si te gusta, tienes que...
Casie interrumpió a su madre antes de que pudiera terminar. -Tengo que nada, mama yo no creo en esas cosas ¿okay? ¡No ire y punto! -alzó la voz. Luego la empujó forzosamente en el brazo dejándola caer para ella poder evadirla y ir a su habitación.

La madre de Casie empezó a llorar, no porqué le dolía, sí no por el odio que su hija le tenía. Su esposo, Bob, la consolo para calmarla. Sus padres decidieron que ya era tiempo de llevar a Casie a la iglesia, a ver si le iba a gustar.

-Casie, ¡ven para acá ahora mismo! -exclamó su padre, enojado con ella por lo que le hizo a su madre.
-¡Ugh! ¿Ahora qué quieren? -hablo entre dientes y volteó los ojos.
-¡Iras a la iglesia y punto! -gritó su padre.
-¡Tu ya no me mandas desde que tengo 18! ¡así que callate!- gritó, lanzando el cuaderno que tenía en su mano izquierda.
-Bien. Estas castigada.

Su padre tomo el bolso de su esposa y gentilmente la levantó, llevándola hacia la camioneta azul que ellos tenían y se fueron juntos a la iglesia, mientras Casie se quedo sola. Así que se sento en su sillón marrón a ver tele y cambiaba de canal a canal buscando algo entretenido. Luego alguien la estaba llamando y era su novio, Jake, pues quería verla ya que sus padres habían vuelto a pelear.

-Casie, ire para tu casa -suspiró.
-Okay Jake, aquí te espero -colgó el teléfono y estaba esperando a Jake.

Cuando finalmente llegó, Casie lo sentó en el sillon café que estaba en la sala y empezaron a hablar. -Y, bueno ¿que haremos?, estoy aburrida -gruño.
-¿Y si quemamos la casa del perro de la señora de al lado? Así tal vez se calla de una vez por todas -propuso Jake.
-Bien, vamos.

Casie apagó la tele y se fue con Jake. Cuando llegaron a la casa de la vecina de Jake, Casie fue a comprar un encendedor y quemaron cartón, arrojandolo para que el fuego se avivara.

-¡No! -chillo la vecina de Jake y ambos salieron corriendo. Mientras la casa de su mascota estaba en llamas, ambos se desicieron de todo, hasta de la ropa, y la señora había llamado a la policía y a los bomberos.

-Señora ¿quién hizo esto? -preguntó el oficial.
-Unos adolescentes con aspecto de ladrones -gruño.
-Bien, si le vuelve a pasar esto llamenos -sonrió el oficial dejando la puerta de la casa y yéndose.

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-Jake ¿crees que ella nos haya reconocido? -se preocupó y bajó la cabeza.
-¿Qué interesa? Si nos arrestan, nos saco facilmente y ya -soltó una carcajada malévola y empezó a maldecir en silencio a su vecina.
-Bien, mis padres llegaran en cualquier momento, debes irte -suspiró.
-¡Ugh! -volteó los ojos -Bien me largo.

Jake se levanto del sofá café de la casa de Casie y se despidio con un beso y un "me largo". Casie se fue a su habitación porque no quería ver a sus padres después de su pelea. Cerró la puerta de su habitación con cerradura y se colocó los audífonos y empezó a escuchar música.

Luego, sus padres llegaron y estaban esperandola en la sala, pero cuando no la encontraron fueron a buscarla arriba.

-Casie, hija, ¿estas aquí? -dijo cariñosamente.
-Cierra la boca, ¿crees que voy a perdonarte sólo porque me haces voz de bebe? Ni pienses que te voy a abrir -gruñó.
-Casie, ya ¡Basta! -respondió su padre.
-Deja de irrespetarnos, somos tus padres -dijo su madre en silencio.
-¡Ustedes no son nada para mí, ojalá viviera sola y no con unos tontos religiosos! -gritó.

Luego de esto Casie salió por la ventana de su habitación y sin que sus padres se dieran cuenta, ella estaba quemando el buzón de ellos y tirando la basura por todos lados.

Luego sus padres salieron y se hallaron con un desastre. La basura regada en todo el jardín, el buzón en llamas y las flores dañadas. Ellos no sabían quién lo había hecho pero sabían que estaban molestos y iban a encontrar a quién lo hizo sea como sea.

-¡Ya me cansé de sus comportamientos! -exclamó su padre.
-Calmate Bob, sólo lo hacen porqué ellos no tienen a Dios en su corazón. Pero ve el lado bueno, nosotros sí tenemos a Dios y el nos ama -seguido de esto su esposa le acarició el cabello y le dejó un beso.
-Tienes razón -repuso. -Iré a leer la biblia querida, ten cuidado, no quiero que nada te pase -dijo dulcemente.
-Te amo y lo sabes Bob -acarició su mejilla y le dejó un beso.

Casie aún no iba a ir a la iglesia y sus padres no lograban convencerla, así que decidieron que Dios iba a actuar en ella, no ellos.

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-¡Niños ingratos! -gritó. -¡Pagarán por esto!- pisoteo el suelo. Seguido de esto la señora de al lado empezó a maldecir a Jake y a sus amigos ya que ellos habían atacado a la señora de nuevo pero esta vez sin Casie.

Jake empezo a reírse por ver a la anciana caminar cómo loca y gritar. Empezó a arrojarle fósforos a su buzón en forma de broma. Empezó a arrojar unos a su césped pero ella rápidamente los apagó antes de causar un incendió. Ella prosiguió a llamar a la policía para que los arrestaran rápido antes de que huyeran otra vez, pero como siempre la policía llegaba demasiado tarde y Jake junto con sus amigos se fueron como sí nada hubiera pasado.

-¡Jajajajaja! -río Jake. -Esa anciana. Ojalá se largue de una vez por todas. A ver si aprendió la lección -dijo entre dientes.
-Tienes razón Jake, ya me arte de que ella siempre deje a su animal regar toda la basura en mi patio -gruñó Aiden, el amigo de Jake, quién fumaba.
-¿Quieres un cigarrillo Jake? -preguntó soplando el humo al aire.
-No, yo no fumo, sabe asqueroso -fruncio el ceño.
-Te lo éstas perdiendo Jake -soltó una carcajada.

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-Casie ¿irás a la iglesia? preguntó Lincy.
-¡Ya sabes que no me gusta ir! -exclamó Casie.
-Pero te quiero ver. Vamos Casie, porfavor ven -suplicó Lincy. La propuesta de ir sólo porque quería verla era falsa. Lincy en realidad quería que Casie fuera a la iglesia.

Casie se despidió y dijo que lo pensaría, ya que por un lado quería ver a Lincy pero por el otro lado ella odiaba ir a la iglesia. Unos minutos más tarde, Casie se decidió que ella iba a ir a la iglesia sólo un rato para ver a Lincy y luego se iría.

A la mañana siguiente sus padres se levantaron y iban hacia la iglesia, pero Casie no quería ir con ellos así que se fue a pié sin que ellos supieran.

-Hola Casie -la abrazó y la saludó.
-Hola Lince- respondió Casie.
-Bien, ya vamos a entrar a la prédica, ven -dijo felizmente.
-¿Sabes que?... mmm mejor iré a ver el patio, ¿okay?
-Bien, ve -dijo Lincy derrotada.

Casie dio un paseo por el patio y sólo recordó lo que le hizo a sus padres y sacó una carcajada malévola. Cuándo terminó la prédica, Lincy salió y se encontró a Casie afuera en un sillón escuchando música.

Ambas se fueron al centro comercial a tomar café y Lincy se fue de ahí después de 1 hora. Casie quería hacer algo malo así que se quedó e hizo millones de cosas que dejaron a el centro comercial muy mal.

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