A medida que ingresamos a la ciudad nuestro trayecto se hace más inquietante, autos que casi nos rozan y desconcertantes luces rápidas por doquier me provocan cerrar los ojos y aferrarme fuertemente a lo único que tengo: La cintura de Daniel.
– ¿Estás asustada?–. Pregunta en voz alta para hacerse oír a través del motor y del casco.
Me sonrojo un tanto:
–Solo un poco, es que no suelo andar en motos.
Se estremece en lo que creo que una risa leve:
–Tranquila, no pasa nada.
Un minuto después escucho la voz de Kevin susurrándome al oído:
<<Vamos, abre los ojos, no puedes perdértelo. >>
Al abrirlos las luces no se ven tan mal, danzan formando franjas de diversos grosores y colores, como luciérnagas estrafalarias. Al parecer estamos en el centro pues son muchas y los vehículos están más abarrotados que nunca...esto me pasa por salir un sábado en la noche, hablando de sábado en la noche:
– ¿A dónde vamos?
–Pues...pensaba llevarte al cine, ¿qué tal?
No lo analizo mucho:
–Me parece bien.
Estacionamos unas cuadras más adelante porque no había espacio donde parar, sabía que estaba algo lleno, pero al entrar mi mandíbula cae de la impresión..., ¡¿cómo rayos entra tanta gente en un mismo lugar?! Bueno es cierto, no me cae muy bien la gente, ¡pero igual, apenas si se ven las carteleras!
Hay todo tipo de personas: Parejas, padres con hijos, solteros, ancianos; todos formando bloques espesos de individuos repletos de comida y bebida.
<<Menos mal que no ocupo espacio. >> Piensa en voz alta con una sonrisa estupefacta.
Daniel está tan feliz de tenerme cerca que nuca aparta su vista de mí, como si fuese un tesoro (la verdad me incomoda por momentos).
Finalmente cree que es momento de hacer algo:
–Tú ve a elegir la película y yo voy por la comida..., ¿deseas algo en especial?–. Sonríe.
Me encojo de hombros.
–Lo clásico, palomitas y refresco.
Asiente.
–Vuelvo enseguida.
Dicho esto se va derechito a hacer la fila y yo a lo mío, moviéndome sin ritmo a través de la gente dando lo sientos y disculpas cada medio segundo.
Después de anda saber cuánto tiempo consigo llegar a las malditas carteleras, las cuales veo sin mucho interés.
Hoy pasan una de terror, una de romance y otra animada, despliego mis opciones:
1) Romance ni hablar, no es necesario ser una rompe corazones para saber que si llevas a un chico que le gustas a esta clase de películas la cosa podría terminar muy mal.
2) Animada, seguro...no estoy para soportar a los bebés llorando, niños haciendo comentarios fuera de lugar y... ¡Ah!, se supone que soy grandecita para éstas cosas (estoy en la obligación de decirlo).
3) Terror, no me gusta ese género...ya tengo mucho fantasma en la vuelta, pero por otro lado los gritos evitarán que me duerma.
Volteo para avisarle a mi cita y veo un tipo de capucha roja mirándome fijamente para luego meterse en la multitud, no debe ser nada...pero tendré mis precauciones.
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Quebrados.
RomanceSoy Juliet, una chica completamente normal- o casi-de dieciséis años que tiene una vida tranquila y llevadera. Como toda persona, debo enfrentar situaciones simples y mundanas, a no ser por unos pequeños detalles...Por cierto: ¿Mencioné al fantasma?