·OneShots·Percy Jackson·

Nico Di Angelo

Mi vida no es para nada normal, pero como iba a serlo si soy una semidiosa. ¡Hija de Poseidón, para colmo!

Luego estaba mi hermano Percy, quien era el gran héroe, el chico que todas las chicas del campamento deseaban.

Todos siempre "Percy, El gran héroe!" "Percy, el derrotó al Minotauro!" Y yo era "La hermana de Percy Jackson", también era algo conocida por llamarme Artemisa. Por lo que sé, era un tipo de agradecimiento hacia la diosa de parte de mi madre.

Eso no quiere decir que odie a mi hermano, no, todo lo contrario lo quiero muchísimo sólo que aveces quisiera ser alguien importante, no sólo que me conozcan por mi tocaya o mi heroico hermano mayor.

En resumen, mi vida era un asco.

Aquella tarde estaba avergonzada, terriblemente avergonzada.

Esa misma mañana, raramente me había despertado de buena gana. Salí a desayunar cuando había sonado el cuerno.
Parecía todo tranquilo hasta que llegué a mi mesa, mi hermano estaba en una misión y yo me sentía muy sola en aquella gran mesa.
Clarisse, la hija de Ares, no tenía un Percy para molestar para mi mala suerte ahí estaba yo como un corderito abandonado.
Ella me cogió del cabello-Quirón y Dionisio no estaban y me llevó a los lavabos, yo al contrario de Percy no tenía ni idea de como controlar las aguas, aunque me entendía con los caballos.

Creo que ya sabrán que pasó después.
No piensen que mágicamente hice que el agua del retrete le cayera en toda la cara, no, ella me metió la cabeza al inodoro sin compación, luego me metió a las duchas. Salí toda mojada del baño, todos reían, como si fuera la idiota cómica del día.

¡Y, demonios, claro que lo era!

Will Solace y otros más no seguían las risas de la cabaña de Ares, lamentablemente no podían hacer nada contra un mastodonte como lo era Clarisse.
Claro que había una excepción, Nico, él era que me defendía de la matona las veces que podía. Para mi gran mala suerte, Nico no había salido de su cabaña esa mañana.

Luego de esa tortura me fuí a mi cabaña la cual estaba vacía, como siempre. Lloré por un rato tratando de borrar aquella humillación de mi cabeza. Cuando sucedió algo raro, un mensaje Iris me llegó de la nada.
Conteste y ahí estaba Percy junto a Annabeth, cuanto los admiraba a pesar de todo su amor había perdurado.

Traté de que mis ojos no se vieran tan rojos, obviamente no podía engañar a alguien como Percy.

–¡Artemisa, ho- ¿Estabas llorando?–Voltee la cara– ¿Fue Clarisse, de nuevo? ¡Ya verá cuando llegue, le haré recordar el delicioso sabor a agua de inodoro!

Luego de unas maldiciones más, decidimos cambiar de tema. Me contó como les iba, que estaba bien, ambos estaban bien. Muy a mi pesar, llegó la hora de despedirse.

–Regresaré pronto, Artemisa, lo juro.

Había decidido saltarme la hora de cenar, no quería llamar más la atención.
Sin darme cuenta soltaba lágrimas de frustración, de nuevo.

Al parecer ya se porque Luke había tratado de reclutar me, soy débil y un blanco fácil, soy sólo una inútil ni se porque mi padre me había traído al campamento, sólo arruinada las cosas.

Y todo empeoró cuando casi me uno al equipo de Luke, me deje guiar por el dolor de el rechazo de mis tíos luego de que mi madre muriera.

Mi zapato chocó contra el trongo duro del árbol.

Corrí hacia un lugar más profundo dentro del bosque, sin rumbo fijo, con suerte los mounstros me servirian para entrenar, si no me matan primero.
A lo lejos vi a unas furias traté de llamar su atención pero una mano tapó mi boca y me llevó lejos de ellas. La aparte y me giré.

Los ojos negros y enojados de Nico me miraron.

–¿Que planeas hacer, Artemisa?–Me gritó/susurró.

–Tratando de entrenar, Di Angelo, creo que lo dejé claro.–Le respondí del mismo modo.

–La cena terminó hace poco. Hay que regresar.

Fuimos a mi cabaña. No podía descifrar porque le preocupaba tanto a Nico, entendía que Percy lo haya dejado a cargo de mí pero no era para tanto.

–Sólo iba a entrenar, los maniquíes no se mueven ni evitan los golpes.

–No sueles evitar las normas.–Me miró intensamente, como cuando quería sacar información desde lo más profundo de mi alma. Solté un suspiro. –Clarisse volvió a molestar...

Me sentía una inútil, se supone que era hija de uno de los tres grandes y estaba encerrada en mi cabaña. Como una cobarde.

No habló, solo me dio un abrazo inseguro. Como si dudara, como si tuviera a miedo de que lo rechazara.

–Esto es raro.–Reí en su cuello sintiendo como su cuerpo se relajaba.

–Si, eso creo.

No sabía lo que estaba pasando, pero no tenía la intención de pararlo.

«Primer OS editado, queda muchos aún
👀»
Espero que hayan disfrutado este OS, muchas gracias por leer.💜🌹