Capítulo 10

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— ¡Suficiente drama por un día! — gritó exasperado Leo cuando Hongbin le colgó.

Leo era una persona paciente, muy paciente, pero en serio había días en los que quería ahorcar a Hongbin, sobretodo porque aunque el otro era responsable, tenía su genio, el cual sacaba de quicio a Leo de vez en cuando. Además de ello, el mayor había hecho ciertas investigaciones con respecto al embarazo, y en algunos artículos había leído que no era muy bueno para los bebés los distintos cambios de humor en las madres, debido a que ellos podían sentir todo, lo que podía terminar en afectarlos gravemente. Y tal parecía que a Hongbin eso no le importaba, o al menos eso era lo que Leo pensaba.

Con todo lo que había pasado, Leo no había podido compartirle a Hongbin, que efectivamente la entrevista había resultado muy bien y que el trabajo era suyo. Lo que quería decir que podían comenzar a ver casas con espacios más grandes para poder vivir los tres.


Algunos días después.


— ¿Hoy tampoco vas a hablarme? — le preguntó Leo mientras observaba detalladamente como Hongbin comía un delicioso cereal de avena — ¡Esto es ridículo! Somos pareja y pronto seremos papás, se supone que debemos llevarnos bien, y además de tener un hijo en común yo... te quiero.

— ¿Ahora es un hijo en común? — preguntó Hongbin mirando fijamente a Leo desde el otro lado de la mesa.

— Hong, ya — dijo rendido Leo — no me gusta que estemos disgustados, sobre todo ahora que voy a pasar más tiempo fuera por el trabajo. Ya no me hagas esto ¿sí?

El mayor se había acercado hasta donde se encontraba Hongbin sentado y colocándose en cuclillas, apenas un par de centímetros de distancia, tomó las manos de su novio y las besó con ternura. Eso originó que el muro que había levantado Hongbin se derrumbara, extrañaba los mimos que Leo le hacía, especialmente por las mañanas cuando se daba el tiempo de acariciar y hablarle a su pancita.

— Lo siento — dijo disculpándose finalmente después de un par de minutos — lo siento mucho Leo, panquecito y yo te hemos extrañado mucho, y admito que ese día exageré un poco.

— ¿Panquecito? — preguntó sonriente, al saber que al fin su pelea había llegado a su fin.

— Si, panquecito — dijo Hongbin encogiéndose de hombros y sonriéndole también, de modo que sus lindos hoyuelos, los cuales Leo no había visto desde días atrás resaltaron el rostro del menor.

Sellando el final de su pelea con un beso, tanto Leo como Hongbin se sintieron aliviados de hacer las paces de nuevo. El beso fue pausado, cálido y muy tierno. Al menos para Leo así fue al principio ya que Hongbin lo mordió levemente para que separara los labios y de esa manera poder invadir su boca con la lengua; haciendo el beso más lujurioso y totalmente necesitado.



* * *



El comienzo de la semana número 22 del embarazo de Hongbin, trajo consigo algo muy especial para él como para Leo. El profundo cansancio debido a la mudanza de la nueva casa — la que por cierto no solo era más espaciosa sino más que adecuada para la crianza de su bebé — los había dejado sumamente agotados. Todos sus amigos había sido invocados para ayudar con ella; incluso Ken y Ravi junto a N se habían organizado para llevar comida y algunas cajas extras para dicha acometida, para que al final evitar que las prisas los tomara por sorpresa, debido al ajetreo de todo.

Bittersweet [LeoBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora