Leo Spindler es un fiel creyente de que todos tienen un amor destinado. Incluso alguien como el, que se ha equivocado en más de una ocasión en la vida, pero cuando conoce a Des Aeva, en una exposición de arte, todo le hace pensar que el destino lo h...
AMOLAD no me pertenece le pertenece a THE SNIPSTER.
Después de pedirle a Des que se quedara conmigo caminamos en silencio tomados de la mano hasta llegar a mi casa. Sentía que estaba siendo un egoísta, me dejo llevar por mis emociones muy seguido, pero esta vez pasé mi límite, hace mucho tiempo que no lloraba frente a una persona, casi 8 años. Vivo en el segundo piso de un antiguo departamento, esta muy cerca del centro de la ciudad y la renta es económica. Tiene sus reglas como prohibir anímales, pero es un lugar acogedor y amplio. Afortunadamente una señora que estaba fuera de su negocio fue testigo de mi desesperación por el felino y guardó nuestras bolsas de compras así que nos salvamos de tener que comprar otra vez.
—Adelante Des, esta un poco desordenado... lamento eso —dije abriendo la puerta.
Des entró en silencio, observó a su alrededor mientras yo preparaba café. Estaba nervioso y ansioso a la vez, pero ¿qué decir en esta situación? después del espectáculo que demostré con mis emociones, le mostré mi lado más débil. La voz de Des me sacó de mis pensamientos.
—Tienes muchas fotografías... puedo preguntar...
Des volteó y nuestras miradas se encontraron, un silencio se apoderó de la habitación y el ambiente se tornó algo tenso, provocando un dolor punzante en mí pecho. Al parecer Des lo notó y continuó hablando de las fotografías.
— ¡Oh! ¡es la mujer del otro día!
— ¿Mujer? —me acerqué a mirar la foto de la que hablaba — ¡Ah! es Melissa, de la que te hablé en el camino.
—Sí, la conocí el otro día cuando estabas con fiebre. Ella llamó y cuando supo lo que pasó vino enseguida.
—Sí, me contó la bruja ¿no te dijo algo extraño?
—No, es algo brusca para hablar, pero no es mala persona.
—Es algo especial —me acerqué y le pasé una taza de café —ten, hace algo de frío hoy.
—Gracias, oh ¿estás tocando el piano en esta foto?
—Ah Sí, mis padres me obligaron a tomar clases cuando niño, pero después me enamoré de el.
—Me gustaría escucharte...
—Ya lo has hecho, aunque no en persona, ¿lo recuerdas? La melodía en la pista de hielo, era yo tocando.
— ¿De verdad? Eres genial leo me encantó —sus ojos parecían brillar como un niño emocionado lo que me causó algo de gracia.
— ¿Qué te gustaría escuchar? Tocaré algo para ti.
—Oh, me encantaría, lo dejo a tú elección, pero ¿dónde conseguirás un piano?
—Tengo contactos —Des me miró intrigado — ¿sueno muy mafioso cuando digo eso?
—Sí, algo, pero como película de esas antiguas —dijo riendo un poco.
Después de explicarle varias de mis fotografías, una cena exquisita preparada por Des, admito que verlo en mí cocina fue como un sueño y unas cuantas tazas de café más, ya era tarde y teníamos que dormir. Me puse nervioso y quizás algo ansioso, bueno estábamos solos.
—Bueno Des, te dejaré mi cama, no quiero que duermas en el sofá, así que yo dormiré aquí —dije colocando una manta y una almohada en el sofá, Des me miró algo serio, tomó la manta en sus manos e indicó que me sentara a su lado dando una palmada en el sofá. No dijo nada soló mostró esa sonrisa tan cálida que adoro y me senté como un niño nervioso y algo tenso. Des abrió la manta y nos cubrió a los dos por la espalda.
—Quiero que hablemos un poco más... —hizo una pausa y luego tímidamente dijo —aún no quiero dormir...
—Cla-claro y esta frío, ¿no? —mierda des en tan atrevido y eso me encanta, pero estoy actuando como un puto robot ¡un puto robot cohibido!
—Sí, pero así no deberíamos tener frío —me miró con los ojos más tiernos y coquetos del mundo, joder des ¿acaso quiere que me arroje sobre ti y te coma a besos? — ¿ya te sientes mejor?
—Sí, no me gusta que personas importantes para mi sufran y aún que es un pequeño gato de verdad me importa, lamento que vieras eso...
— ¿Por qué crees que me molestaría? —dijo mirándome fijamente —me gusta esa parte de ti también —hizo una pausa y tímidamente preguntó — ¿Puedo apoyarme en tú hombro?
—Cla-claro —estaba extremadamente rojo, ¿acaso des dijo que yo le gustaba? ¡Oh mierda! Mi corazón estaba a mil y no podía controlar mis palabras —Sí quieres puedes colocar... tus piernas sobre las mías - reír como idiota ¿qué mierda estaba diciendo?
— ¿Seguro? —me miró intrigado, ¡no me preguntes eso que no sé que mierda estoy diciendo! Soló moví la cabeza en respuesta y des colocó su largas piernas sobre las mías y apoyó su cabeza en mí pecho.
Mi corazón se aceleró, un calor subió por todo mi cuerpo e inocentemente coloqué mi mano en su hombro ¡por dios leo es soló su hombro ¿qué pasó con toda la experiencia que se supone que tienes? Estuve en silencio un momento hasta que pude tomar control de mi mismo, lo que provoca des en mí es algo que no entiendo, pero me encanta que sea así.
—Des... —dije en voz baja casi susurrando. Des me miró fijamente esperando mis palabras, pero mis sentimientos aún no salían, antes tenía que decir algo más —quería disculparme... desde que nos conocimos siempre he actuado torpemente. A pesar de invitarte a una cita terminé inconsciente y tú cuidándome, incluso hice una escena en mí primera visita a tú café y ahora termino comportándome como idiota en la calle mostrándote mi lado más sensible... —sentí la mano de des en mí rostro.
—Leo... eso no es ser torpe, son cosas que pasan y ya te lo dije me gusta esa parte de ti...
—Sabes des... Me siento muy afortunado de haberte conocido... —tomé su mano con fuerza y algo de miedo —realmente me gustas mucho...
Des me miró sorprendido sus mejillas se tornaron rojizas y sus ojos ámbar parecían brillar, entonces acerqué su mano a mi boca y la besé. Lo miré seductoramente y pude notar su nerviosismo, pero eso ya no podía detenerme, me gustaba demasiado y quería demostrarlo. Me acerqué a su boca como aquella vez en su casa, pero esta vez no había nadie más. Primero besé su mejilla, luego casi rozando sus labios, des sólo cerraba los ojos nervioso y le dije susurrando en su oído.
—Realmente me gustas des... te quie...
Antesde decir algo más, Des me abrazó por el cuello y me besó, sus labios eran tansuaves, quería morderlos.Fue un besó tierno, pero yo quería más, tenerlo aquí a mi lado sólo me hacequerer monopolizarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.