8. Heridas

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Crystal estaba en el corral alimentando a los caballos, vacas y gallinas tal cual se lo habían pedido su padre antes de que partiera a la alcaldía esa mañana, la adolescente pensaba en el día anterior el cual paso con el miembro de la iglesia Rhett, en el beso que el hombre le había robado, su primer beso con un chico. Ella estaba tan distraída con aquel pensamiento que ignoro por completo a su padre que le anuncio que ya había regresado.

El padre entro al corral y se detiene frente a su única hija, su única oportunidad de poder extender sus terrenos, la ve con detenimiento y se da cuenta que la adolescente pensaba tan profundamente en algo, a él no le importo y le hablo —Crystal, hija cómo están los animales— dijo el padre levantando su tono de voz para que su hija lo viera. Ella sacude la cabeza y lo ve exaltada por el susto —¿Decía algo padre?— pregunta la hija aún perdida en sus pensamientos, el hombre le da unas palmadas en el hombro y le sonrió sinceramente —Nada querida, solo quería que supieras que he regresado— dijo el hombre para después salir del corral.

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En la iglesia Rhett se encontraba tirado en el suelo como un simple desperdicio para sus compañeros, los cuales tienen prohibido el hablarle o ayudarle, pero debían estar atentos por si este salía sin la autorización del anciano. Rhett con sus pocas fuerzas comenzó a arrastrarse por el suelo en dirección al bosque, el hombre rubio necesitaba de la ayuda de Crystal.

Dentro del templo el anciano y Marcelo, planeaban como conseguir a otra virgen para ofrecerla como sacrificio la próxima luna llena, además estaba por presentarse un fenómeno que impactará de gran forma en cuanto a sus misas negras, una luna sangrienta tomaría lugar en nueve meses y el sacrificio perfecto sería un alma inocente como la de un recién nacido, pero para desgracia de ellos ninguna de las mujeres se encontraba en gestación —Si solo existiera una forma— dijo el anciano azotando un pergamino contra la mesa, su acompañante veía de lejos como el hombre perdía la paciencia.

Marcelo sabía que había una forma de conseguir esa alma inocente, el sabía que Rhett se había enamorado de la hija del granjero y no le quedaba duda por lo que había observado apenas el día anterior, pero dudaba en cuanto a contarle al anciano de eso, hombre vio a Marcelo pensante —Si hay una forma— dijo Marcelo al percatarse que el anciano lo veía con detenimiento, el anciano entrecerró los ojos —¿A que te refieres?— dijo dejando de lado el pergamino.

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Crystal había terminado todos sus deberes, por lo que salió a sentarse bajo un árbol para contemplar los alrededores, con la tranquilidad del campo sin ser perturbada. Su padre había salido nuevamente para comprar aceite para la farola que usaban para iluminar el interior de la casa en las noches.

La hija del granjero estaba quedando dormida sentado bajo la sombra que le brindaba el árbol, cuando comenzó a escuchar unos gemidos que la alarmaron, la adolescente se levantó instintivamente del suelo y movía la cabeza en busca del objeto o persona que emitía tan horrendo sonido. Entonces a unos metros de distancia lo ve a él arrastrándose, quejándose de dolor con cada movimiento que hacía.

Crystal corre hasta donde Rhett se encuentra y se percata de su espalda mutilada, vio las grandes aperturas en la piel aparentemente infectadas por el tratamiento de estas, ella toma su cabeza y la reposa en su regazo, el la mira a los ojos y comienza a llorar. La joven castaña quería saber que o quien le había hecho daño —¿Que te ha pasado?— pregunta alarmada, el hombre la veía y callo inconsciente antes de poder siquiera contestar.

Crystal con todas sus fuerzas lleva al hombre al interior de su casa para lavar las cortadas que Rhett tenía gravemente infectadas.

La noche caía y el padre de la mujer joven aún no regresaba, el joven rubio descansaba en la cama de Crystal, ella se estaba preparando para dormir así que se sacó la ropa para ponerse el camisón cuando Rhett despierta dando un salto, agitando las sábanas que lo cubren se tranquiliza y se sienta encontrándose con la espalda desnuda de Crystal, con las manos aprieta las sábanas en un intento de controlar sus deseos carnales, su respiración era controlada, pero profunda al intentar levantarse siente una punzada en la espalda que lo hace volver a sentarse en la cama provocando un chirrido por el roce de la madera. La adolescente se voltea y al ver que el hombre rubio había despertado, cubre con sus manos sus partes íntimas, ruborizada por aquel acontecimiento coge su camisón y sale de la habitación para vestirse sin ser vista.

Una vez vestida regresa con con el joven para aclarar de una vez por todas que es lo que le había sucedido, toma asiento a un costado de la cama hundiendo el colchón —¿Te sientes mejor?— pregunta con una mirada gentil e inocente, Rhett asiente con la cabeza dedicándole una sonrisa, Crystal preocupada por el decidió preguntarle sin tantos rodeos —¿Quien te te hizo eso?— pregunto refiriéndose a las heridas en su espalda, el joven se paraliza sin decir ni una palabra. Crystal baja la mirada algo decepcionada por no haber conseguido respuestas verbales.

Rhett sabía que si revelada la verdad, el objetivo principal por el cual el y sus compañeros habían llegado a la villa no podría llevarse acabo así que tuvo que mentirle a la niña que tenía a un lado (el la considera una niña por su comportamiento inocente) —Ayer por la noche fui atacado por un lobo— contestó el joven de ojos azules, Crystal alza la mirada y nuevamente regresa a verlo a los ojos. Un ruido que provenía de la entrada los hizo sobresaltarse del susto, se trataba del padre que acaba de regresar del pueblo con el aceite para farola y una sorpresa para su hija.

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