–Un mes.
–Pe-pero yo no... Por favor, deme un mes más. No he podido...
–¡Llevas todo el verano con la misma excusa! Llevas dos meses de retraso.
–Lo sé, señor...
–Ya me he cansado de ti, niña. O me pagas al finalizar el mes o te vas a dormir bajo el Puente de las Artes, d'accord?–Asentí sin mucha convicción–. Si ya me lo dijo ma mère, nunca le alquiles el piso a alguien de (t/p).
Y el gordo de mi casero dio un portazo al meterse en su casa. Suspiré con pesadez... No era culpa mía el no tener inspiración...
Todo comenzó cuando finalizó el curso a principios de Junio. Yo había decidido irme a París a probar suerte con mi carrera literaria. Lo sé, solo tenía 18 años y no había estudiado ninguna carrera. Pero es que tampoco sabía si eso era lo que necesitaba. Ya me enseñaron a escribir con 7 años, no necesitaba más. Con lo que había ahorrado anteriormente había conseguido alquilar un piso en el distrito 12. Mis sueños se estaban haciendo realidad. Y por un mes fui la persona más feliz del mundo, pero la felicidad no dura para siempre.
Tenía un pequeño problema, yo no sabía escribir en francés. Es decir, sabía el suficiente francés como para defenderme a la hora de salir de casa, pero no para escribir en francés. Y no podría escribir en español o nadie lo aceptaría en ninguna editorial. Tal vez ese pánico de ver mis sueños truncados, estaba en un callejón sin salida, fue lo que me dejó sin inspiración para crear algo decente. Todas las ideas que tenía eran ilógicas, eran aburridas o no tenían futuro ya que no interesaba su historia. Y yo, al igual que ellas, tampoco tenía futuro en París.
Salí y llamé a mi novio por teléfono. Sin respuesta. No me sorprendía, seguramente se estaría acostando con otra aprovechando mi ausencia. Siempre tuve esa teoría, pero tampoco me importaba, yo no estaba enamorada de él.
Estaba lloviendo, mas eso no impidió que saliera corriendo del portal en el que me encontré a mi casero. En un principio tenía pensando ir a la biblioteca, cuya paz solía tranquilizarme un poco. Era un lugar en silencio, donde cualquier idea podía surgir, donde la esperanza crecía en mí, ese lugar se sentía como mi segundo hogar. E incluso ese día se veía enturbiado por la lluvia turbulenta que me sacudía. Era uno de Septiembre y parecíamos estar en Diciembre.
Reconozco que perdí el rumbo. Literalmente, ya que llegué al lugar más alejado del que tal vez me dirigía: Rue de la Cîte, la calle que daba a Notre Dame. No sé porqué llegué allí, solo me dejé llevar por mis pensamientos. No actuaba por mí misma. Quizás fue algo de mi interior, algo que me decía que era bueno empezar a despedirme de mis lugares favoritos ya que veía muy negro salir de esa situación, tanto como el cielo parisino.
Iba tan despistada que eso casi me cuesta la vida. Aunque en ese momento de depresión me hubiese parecido hasta bien.No vi que estaba en rojo, las lágrimas me impedían ver con claridad y mis pensamientos estaban en otra parte. Tampoco vi el coche. Solo oí el pitido y sentí algo tirando de mi con fuerza para terminar chocando con alguien. Solo oía más pitidos.
No era consciente de que podía haber muerto de no ser por la persona que me estaba sujetando. En esos momentos solo lloré sin saber que pasaba a mi alrededor.
–Quoi pensez-vous que vous faites? (¿Qué crees estar haciendo?).–No paraba mi llanto, quizás esto fue lo que hizo a la persona que me estaba aguantando cambiar su tono de voz–. Êtes-vous d'accord? (¿Estás bien?)
Levanté mi cabeza para encontrarme con unos preciosos ojos azules. Eso fue un gran choque en un primer momento. Tenía su pelo rubio recogido. Me separé un poco de él sin que me soltara del todo.
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Mi inspiración (Francia x Lectora)
FanfictionLa inspiración es el motor de los artistas. Pero, ¿qué pasa si esta desaparece? Es como sumirse en un pozo oscuro sin fondo del que no se ve la salida. Sin embargo, hay veces que esta aparece con la cosa o persona menos esperada. ...(***)... Hetali...