Gay Best Friend

Putones contra machos.

Peter

Los odio a todos.
Comenzando con el idiota de Cam y su mejor amigo Jas.
Ahora Tadeo y yo estábamos en la camioneta de Cam, a punto de ir a una maravillosa cita triple, estoy tan emocionado que tengo a Tadeo tomado de la mano, bueno, no, no es por la emoción es que estamos en nuestro papel de novios hiper tiernos, entrelacé nuestros dedos, iríamos a un terrible restaurante de sushi y para colmo... ¡No se usar palillos chinos!
Antes de entrar Tadeo tiró de mi mano y me llevó algo retirado de la puerta.

—Tenemos que hacer algo, no lo soporto. Y no lo puedo hacer quedar como un culo aunque quiera.
—Decirles la verdad...
—¿Eso en que arreglaría las cosas?
—Andar con ellas, obviamente.

Y que al fin sean nuestras novias como tantas veces Tadeo y yo solíamos fantasearlo.

—Nos odiarían por mentirles y adivina en quiénes se refugiarían, usa el cerebro.

En Cam y Jas. Eso no sería nada favorable para nosotros.

—Decirles que no somos gays, que lo empezamos porque las amamos.
—Bueno agregale... que nos hemos aprovechado de su confianza, que las hemos hecho hacer cosas que no harían si hubiéramos dicho la verdad, que aprovechamos para tocarlas y conocer sus secretos y debilidades. Estamos hundidos hasta la mierda, nos odiarían si supieran la verdad, no es tan fácil como andar con ellas.
—Entonces... Busquemos la forma de arreglarlo, siendo sus amigos gays.
—Hay que hacerlos quedar mal.
—Hecho.

Entramos al restaurante y ya habían ordenado una charola de sushi que contenía una distinta variedad de rollos de sushi. Al momento de sentarnos Alisha quedó en medio de Tadeo y Jas, Abril en medio de Cam y de mí.
Ésta iba a ser una cita triple muuuy larga e incómoda.

—Odio los palillos chinos.
—Tómalo con la mano, a la verga con eso —Tadeo me sonrió tiernamente.
—Sí, amor —sonreí.

Jas intentó darle de comer sushi a Alisha en la boca pero no se que hizo Travis que logró que Jas tirara el sushi sobre Ali.

—Fíjate —ella rodó los ojos.
—Joder —Tadeo la limpió — Ten mas cuidado, pendejo.
—Perdón, Al —Jas la miró y ella simplemente lo ignoró. Pequeña perra.

Mientras comíamos fue un largo silencio incómodo hasta que Jas habló.

—Está siendo una buena cita triple —sonrió hacia Alisha e inclusive tomó su mano.
—Me preocupa que el SIDA se pueda contraer tan fácil —se soltó.

Si hubiera un Miss Perra en vez de Mías Universo, Alisha tendría la corona en la cabeza.

Tadeo sonrió. —Pierden el tiempo.
—¿Cómo se conocieron? —Cam nos miró.
—Nos conocemos de toda la vida.
—¿Desde niños se gustan?

¿Desde niño eres tan idiota?, gesticuló Alisha con los labios.

—¿Ustedes cómo deciden cuál será su próxima conquista?, ¿Es por cuerpo o por cara?
—¿Has tenido otro novio?, ¿andas con ellos por el tamaño de su pene?
—¿Andas con ella por el tamaño de sus tetas? —miró a Abril levemente.
—Te mato, Cameron.
—Ya calmense —intervino Alisha.
—No peleen —susurró Abril.
—¿Andas tras Ali porque te gustan los culos grandes? Y no precisamente los de chica.
—A diferencia tuya y de tu amigo no busco follármela, y si no fuera gay sería mía.
—Lástima que eres gay.
—Lástima que ella no será para ti.
—Y tampoco para ti.
—Dejen de hablar de nosotras como si no estuviéramos presentes —intervino Abril— Respeten.

Alisha solo nos miraba a todos.

—Voy al tocador —dijo Al.
—Te acompaño —Abril se fue tras Al.

Al volver dijeron que se sentían mal, fue incluso una puta Odisea poder llevarlas nosotros a casa.
Todo esto se está viviendo abajo, Tadeo ya no oculta sus celos bien y yo estoy cada día con mas ganas por besar a Abril, me encanta y ya no puedo ocultarlo por mas tiempo.

Tadeo

Los fines de semana se hicieron exclusivamente para hacer trabajos, y ser responsable, nada de salir de fiesta y estar de vago... Pffff ¿A quién engaño?  Se hicieron para dormir para dormir y perder el tiempo, decir que harás todos los jodidos deberes de la Universidad pero terminar haciéndolos como loco el lunes por la mañana, es la verdad.
Me gustan los fines de semana, no hay universidad, no hay tareas, no hay Tarzanes oxigenados ni camarones, hay paz.

Me encanta ir a casa de Alisha los sábados ya que por lo general estamos solos, ya sea porque Peter se lleva a Abril, o no está porque práctica esgrima o hace alguna mamada, la cuestión es que casi no está y eso me agrada.

Alisha es sólo mía por hoy aunque hoy no ha sido especialmente divertido, estamos tirados en el sofá frente a la pantalla sin hablar y sin hacer nada más interactivo que pasarnos el jugo de naranja, no era lo que tenía planeado para nada y debía cambiarlo porque aunque disfruto de su compañía eso no cambia el hecho de que me aburro de cojones.

Así que decidí darle más sabor al juego y me senté en sus piernas (Sin ponerle todo mi peso o moriría aplastada como hormiga)
Soltó una risita tonta y siguió viendo la televisión.

Joder con ésta mujer, ¿No se inmuta con nada? Aún en sus piernas seguí viendo el estúpido programa que estaba en la T.V hasta que fueron a cortos comerciales, joder estoy harto.
Es mi oportunidad.
—¿Me enseñas a bailar?
—Sabes hacerlo—Rió y rodé los ojos poniéndome de pie con una sonrisa
—Baila conmigo entonces—Le tendí la mano y ella la tomó poniéndose de pie, la tomé de la cintura y puso sus manos alrededor de mi cuello, una calor que jamás había sentido me recorrió cada parte del cuerpo, la pegué a mi y de nuevo esa sensación me borbadeó, recorriendo cada parte de mi ser, tenía ganas de más, ganas de mucho más. Moví mis caderas como muy bien sabía hacerlo mientras ella se movía con ligereza, su cuerpo es tan pequeño y delicado que es como tener porcelena entre mis dedos, tan bella, tan frágil, le di una vuelta y la pegué nuevamente, soltó un suspiro que nuevamente hizo que me derritiera por dentro
—Estamos bailando sin música—Reí
—Si alguien nos viera diría que somos patéticos—Su suave risa lleno el lugar, creo que es el sonido de la maldita perfección.
—Me gusta ser patético contigo—Sonreí acercándome más a ella.
—Me gusta ser idiota contigo—Me miró de esa forma que joder.

Le daría el mundo si lo tuviera en mis manos
—¿En serio?—La pegué a mi
—La pregunta ofende—Acarició mi nuca y nuevamente esas ondas de extasis recorrieron mi cuerpo, no pude evitarlo y la rodé con mis brazos, la cargué y la puse a mi altura, es tan pequeña, como una muñequta que debo cuidar con mi vida entera.
—¿Porqué?—Pegué mi frente a la de ella y de nuevo sus ojos azules me penetraron el alma
—Porque sabes bien que tú conoces una parte de mi que nadie más—Susurró y sentí su respiración contra la mía y el corazón palpitando como loco contra el pecho
— ¿Y esa cuál es?—Sonreí
—La boba, entre muchas otras
Bajé la mirada a sus labios, observando sus movimientos con cada palabra, son tan carnosos, perfectos, suaves, calidos.

Me muero por besarla.

— Me encanta ese lado de ti—Sonreí y ella se sonrojó
—¿Porqué te sonrojas?
—Porque miraste mis labios—Se sonrojó aún más y eso sólo la hizo verse aún más hermosa—No pude evitarme ponerme nerviosa
— ¿Temes que te bese?—Me mordí el labio
Muero por besarte
— No lo harías, por él

¿Él?
¡Su puta madre!
Se me olvidó.
¡Se supone que soy gay!

—Cieeerto
Bajó la mirada a mis labios y de nuevo mil cosas pasaron en mi interior
—Así que no, no temo que me beses porque se que no lo harás

Porque crees que soy gay.
Porque confías en mi...
Porque crees que jamás te mentiría.
Y estoy haciendo lo contrario.

—Tienes toda la razón...—besé su frente y me separé—Y de hecho tengo que... Irme a recogerlo

Necesito huir, soy el aprovechado más maldito del mundo
—Con cuidado...—Se cruzó de brazos
—Yo...Em... Bye
Besé su mejilla y caminé hacía la salida, le eché un último vistazo y su mirada me hizo sentir más culpable, así que salí, huimos, huimos mis mentiras, mis engaños y yo, como los cobardes que éramos y siempre seremos.