-Es la siguiente, todo recto, y la última a la derecha. -indicaba el chico rubio sentado a mi lado.
-De acuerdo -respondió el conductor.
Yo sin embargo no decía nada, ya que estaba sentada en el coche de alguien a quien no conocía, y a demás, al lado de alguien a quien acababa de conocer.
El chico rubio me miró, y me dió un codazo.
-Estás seria -dijo sonriendo.
-No, -respondí sacando una pequeña sonrisa- estoy cansada.
-No se cómo puedes estarlo, si apenas has andado.
-(mi mirada se giró hacia el chico) ¿cómo que no? -dije descaradamente.
-El parque tiene como mucho unos 60 km andando, no creo que hayas llegado a recorrer ni 8.
-Bueno, -volví a mirar hacia delante- andar no es algo que me llene.
-¿Qué quieres decir?
-Mi especialidad es el boxeo, es un deporte que me completa.
-Entiendo. -dijo, tras suspirar y mirar hacia delante- A mi me gusta, pero me gustan más otros deportes.
-¿Has practicado alguna vez boxeo?
-Sí, de hecho, varias veces he salido vencedor.
-Imposible -dije riendo.
-¿y eso por qué?
-Alguien a quien no le gusta el boxeo no puede ganar en una pelea.
-Digamos que mis adversarios eran fáciles de vencer.
-Puede que sea así... -dije volviendo a mirar hacia delante-.
-Es aquí. -dijo el chico al conductor- Vamos, ven. -me dijo.
-¿Cómo? ¿A dónde vamos? -dije totalmente asombrada.
-¿Quieres ir sola a casa? ¿A estas horas de la noche?
-Hombre... pues.... -dije indecisa.
-Vamos, solo será un helado.
-Está bien.... -cedí.
*********
-Este helado de fresa y menta está bueno, -decía Sam a las dos de la madrugada- ¿qué tal el tuyo?
-Es de chocolate, ¿cómo va a estar?
-Bueno bueno.... -decía riendo.
Tras varias horas hablando, charlando, comiendo y riendo, Sam accedió a llevarme a casa con la condición de no parar en ningún sitio más.
Habíamos vuelto de nuevo a la esquina donde paró el taxi, donde cogimos su coche, para llevarme a casa.
-Me lo he pasado bien -dije.
-Yo también, no sabía que no supieras parar taxis ni encender fuentes. -decía riéndose de mi.
-Bueno, no se puede tener todo en la vida, -dije riendo y siguiendo el rollo.
-Ha estado bien, sí. Espero poder volver a repetirlo.
-Cuando quieras, yo encantada.
Sam era un chico muy bueno. Era alto, mono, dulce, tenía un cuerpo bastante bueno, simpático, inteligente...
Podría ser perfectamente cualquier cosa; podría ser bailarín, atleta, podría cantar, tocar algún instrumento, o quizás estudiaba para alguna carrera con salidas.
Me sorprendió bastante haber encontrado a alguien tan bueno en una simple tarde, tan normal y corriente como todas las demás.-Muy bien, te llamaré. Aún que... No tengo tu número.... -dijo con entonación pícara.
-No te preocupes, ahora ya sabes dónde vivo. Puedes hablar conmigo de muchas maneras.
-Está bien... Buenas noches, chica del agua. -se despidió el chico, tomando mi mano y dándome un beso.
-Buenas noches, Sam -respondí tan normal.
*********
La casa estaba a oscuras. Eran exactamente las 4:30 de la mañana, ahora sábado.
De pronto, se encendió una luz.
-¿Dónde has estado, guapa?
-¡Danniel!
-No grites, que es tarde ya.
-¿Cómo has entrado en mi casa? -estaba totalmente paralizada al ver a aquel chaval sentado en el sofá de mi casa.
-Ethan es majo, la verdad.
-¿Ethan te ha dejado entrar?
-Sí, le dije que era amigo tuyo, y me dejó pasar.
-Ethan es mayor que yo, y si vive conmigo es porque me protege. Jamás te hubiera dejado entrar.
-Cierto. -dijo mostrando una sonrisa perfecta- me he colado por tu habitación, más bien.
-Un momento, mis ventanas estás todas cerradas.
-Pues sí. Ahora dirás...
-¿Qué está pasando?
-Eso es. Mira. Ven, siéntate aquí.
-No, no. ¡Fuera de mi casa Danniel! ¡Ahora!
-De acuerdo. Pero ven conmigo, si quieres saber cómo conseguir que no te roben.
***
Ya estábamos fuera, y nerviosa, me tocaba las manos una y otra vez.
-Resulta que esta tarde te he visto por el parque. Me ha resultado gracioso ver como un chaval se acercaba a ti, y te hablaba.
-¿Acaso no crees que pueda hablar con los tíos? ¿Qué te pasa Danniel?
-Conozco a ese chico.
-Vamos hombre, ¿me estás diciendo que me has espiado y has visto que un chaval hablaba conmigo? ¿acaso crees que me voy a creer esa mentira?
-He entrado por la puerta de atrás.
-¿¡Qué dices ahora!? -decía enfurecida.
-Nada, déjalo Lissa. He entrado por la puerta de atrás, estaba ente abierta y he pasado.
-¿Cuánto tiempo has pasado en mi casa, Danniel?
-Poco, más bien. No más de media hora. Antes de que el chico te dejara en la puerta.
-¿Eras tú el que nos estaba siguiendo con la moto?
-No es lo que crees....
-¡Danniel, cállate! Escucha, si vuelves a entrar en mi casa, o vuelves a seguirme, te juro por Dios que llamaré a la policía. ¡Te lo digo en serio Danniel!
-Tengo que irme. Ten cuidado con ese tío, Lissa.
-Deja ya de meterte en mi vida.
Danniel me acarició la cara. Seguidamente, pasó unos metros al lado de mi, me rodeó, y caminó hacia la dirección a la que yo le estaba dando la espalda.
-Ten cuidado. -dijo

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Entre Mi Ropa Y Él
RandomLissa, una chica con carácter, se adentra en la universidad en busca de su futuro... Pero, ¿Quién es ese chico con el que no para de toparse constantemente? Creía haberle visto en el club de boxeo más importante de la cuidad... A veces las casualida...