Capitulo 1

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Desde pequeña siempre he pensado que no saldría de California, que estaría allí con mamá y mis amigos. Que disfrutaría de la arena de la playa y el mar y que siempre estaría bien bronceada.

Pero ahora todo ha cambiado, estoy a punto de llegar a casa de papá, que vive en un pueblo en el quinto pino, más alejado de lo que yo pensaba. Se supone que debería estar nerviosa, feliz, emocionada por ver a mi padre, pero la verdad es que estoy completamente tranquila y normal, nada del otro mundo, ya sé que no veo a papá desde hace mucho, pero he mantenido el tiempo suficiente sin verlo como para que no me importe, aunque en algunas ocasiones de pequeña estuve con el, fueron momentos en los que no recuerdo muy bien.

Hubo un tiempo en el que éramos felices. Vivíamos mis padres, yo y mi hermano mayor,Zack,en una casa en California. Mi madre trabajaba en diseño de interiores y mi padre en una oficina, los típicos padres que siempre estaban en el trabajo, pero siempre buscaban tiempo para estar con nosotros y eso lo agradecía.

Mi hermano tenía 12 años en esa época y yo tenía 6, nos llevábamos genial y nos queríamos mucho. Lo malo empezó dos años después cuando mi madre y mi padre decidieron que lo mejor era no estar juntos, ya que según ellos ya no se querían y tenían pensado divorciarse.

Mi madre se quedó en California con nosotros y mi padre decidió irse a un lugar más alejado. Mamá al poco tiempo se consiguió a un churri, quiero decir, un hombre menor que ella que estaba muy bueno. Después de ocho años, con yo dieciséis y mi hermano veintidós, supimos que ya podíamos decidir con quien quedarnos y mi hermano no quiso elegir por lo que se compró un apartamento con sus amigos cerca de la playa, puesto que ya era mayor de edad. Yo decidí irme con papá porque estaba harta de California, y nunca pensé que llegaría a decir eso, mamá no me hacia caso y por eso pensé que lo mejor era cambiar de aires.

Después de unas cuantas horas en el maldito taxi, este me deja enfrente de una casa un poco antigua y fea. Supongo que no es la más fea y vieja del pueblo ya que todas las casas que he visto desde la ventana del taxi son asi.

Bajo del automóvil y toco dos veces al timbre, por si acaso no lo oye, porque a esta edad ya viene la sordera. La puerta se abre inmediatamente y aquí está mi padre enfrente de mí, no ha cambiado nada, aunque las arrugas ya se hacen notables a los lados de sus ojos y algunas partes de la cara, pero sus ojos azules aun están con el mismo brillo infantil de siempre.

-¡Carter hija, que mayor estas, te he echado de menos!- exclama emocionado.

-Yo también a ti papa.

-Te enseñaré tu habitación y la casa y... Estoy tan emocionado.- me mira sonriente y yo le devuelvo la sonrisa.

-Genial papá, tenia ganas de verte.- le doy un pequeño abrazo y el deja que pase al interior de la casa.

Subimos unas escaleras de madera hasta la segunda planta donde abre una puerta. Entramos a la habitación y me fijo que esta un poco demasiado rosa, en fin, ya la cambiaré a mi estilo.

-¿Te gusta?

-Oh claro papa, me encanta...Pero ¿Enserio,rosa?-

-Bueno, supongo que aun tenia la esperanza de que tuvieras 8 años.- dice mientras me mira intentando aguantar su risa.

-Perfecto papá, eres tan gracioso.- digo sarcásticamente y el empieza a reir, por lo que yo también me rio.

-Iré abajo mientras te instalas.- me remueve el pelo mientras se dirige a la puerta.

-Vale papi.- me giro y observo la habitación lentamente y me acerco a la ventana.

La verdad es que este pueblo es muy oscuro, todo mojado por la lluvia y todo son casas de madera y bosque y no hay nadie en la calle. En California me pasaba todo el día en bikini y tomando el sol, básicamente te morías de calor allí.

Bajo por las escaleras hasta encontrarme con mi padre que me sonríe feliz y me acerco hacia el que se encuentra en la cocina y empezamos a charlar.

-Espero que hagas amigos aquí, la gente es muy amigable, ya verás como te gusta este sitio.- esta bastante emocionado de que este aquí y eso me alegra. Después de estar hablando dos largas horas nos hemos contado bastantes cosas y me he reído mucho con el.

-¿Qué hay más gente aquí?- digo en tono de broma, ya que como este sitio parece tan solitario dudaba que hubieran muchas personas más.

-Pues claro ¿Qué te creías?- ríe.

-Nada, solo que este sitio no parece que tenga bastantes habitantes.- digo encogiendome de hombros.

-Tranquila, no es tan solitario, te acostumbraras.- genial, espero que sea así porque si no me da un jamacuco.

-Eso espero.

-Ves a dar una vuelta por aquí si quieres, pero no vayas al bosque.- lo dice bastante serio, supongo que es una orden eso de no ir al bosque.

-¿Por qué no pued-

-Porque no, cielo, es peligroso.- me sonríe cálidamente esperando a que le haga caso.

-Vale papi.- pongo mi mejor cara de niña buena y me dirijo hacia la puerta.

Salgo de casa, miro alrededor y decido seguir el pequeño sendero de rocas que hay detrás de la casa. Ando como 10 minutos y todo es lo mismo y sin darme cuenta, he llegado hasta el bosque ya que estoy rodeada de arboles y estoy más perdida que un pulpo en un garaje. Estoy apunto de chillar frustrada hasta que encuentro una casa pre-fabricada de madera justo en medio de un gran descampado en medio de el bosque así que me entra la curiosidad y decido tocar la puerta por si hay alguien y pueden ayudarme a llegar a casa.

Nadie me abre la puerta y he tocado ya 5 veces, quizás no hay nadie en casa, pero la curiosidad de saber quien vive aquí me mata, asique doy la vuelta hasta el patio trasero y no hay nadie tampoco. Ando hacia atrás para volver con mi rumbo de conseguir volver a casa, pero me choco con algo o mejor dicho con alguien.

-¡Joder que susto!- chillo y me llevo las manos al pecho mientras mi corazón late a mil por hora.

-¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?- pregunta una voz masculina y bastante ronca. Oh dios, que voz tan sexy.

-Perdona pero ¿Quién eres tú? ¿ Y porque me haces tantas preguntas?-digo aun de espaldas a la persona, así que decido girarme para descubrir de quien procede esa voz.

Santa mierda ¡Menudo mozo me he encontrado! Tiene el pelo rizado y los ojos esmeraldas. Es alto, mucho más alto que yo y viste con unas bermudas marrones y no lleva camiseta, con el frio que hace. Pero esta muy bueno. Por mi que no lleve camiseta nunca.

Se ríe.

¿Por qué se ríe? ¿Le ha hecho gracia mi pregunta o qué? Idiota.

-Vete de aquí anda.- dice aun riendo y agitando su mano hacía los malditos arboles donde he estado perdida.

-¿Si? Pues no me da la gana.- le reto y alzo mi barbilla.Puedo ser muy vacilona aveces.

- Pero que chulita eres ni-

El tío bueno es interrumpido por ¿Mi padre? ¿Qué hace aquí mi padre?

-Oh Harry veo que ya has conocido a Carter, es mi hija.- me mira sonriente y luego pone su brazo por detrás de mi hombro, se acerca a mi oreja y susurra "Ya hablaremos sobre esto de encontrarte en el bosque cuando te lo he prohibido jovencita"

El tal Harry me mira de arriba abajo con los ojos como platos y me pregunto que es lo que pasara ahora mismo por esa cabeza de brocoli que tiene.

-¿Es a ella quien tengo que vigilar?- le pregunta a mi padre bastante serio y con sus ojos puestos en mi.

¿Cómo? ¿Qué? ¿Vigilar?

-Sí, es ella.

Oh, genial esto va a ser interesante.

wolf •hs•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora