Capítulo 17

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En el Colegio mientras era un estudiante y como profesor suplente, o asistente de los profesores, Françoise se hizo amigo del Príncipe Médéric. Françoise nunca había tenido aspiraciones políticas, su madre era secretaria en una empresa de alimentos y su padre era un Coronel en el ejército. Nunca le enseñaron sobre política, pero con Médéric fue envolviéndose en ese mundo. El rey y la reina, los antiguos reyes, murieron por causas naturales cuando Médéric tenía veintidós años, eso lo convirtió en rey. Y Françoise se convirtió en uno de sus ayudantes personales a tiempo completo.

El rey se casó con la hija de un empresario. Era una joven hermosa que conocía de algunas vacaciones de navidad que había pasado en Kappa. Héléne era de la misma edad del rey, tenía una sonrisa angelical, era inteligente, amable, compasiva. Era una reina en potencia; y, lo más importante de todo, amaba a Nico. Él también la amaba. Aunque eran tan jóvenes asumieron el Reino con valentía ellos dos juntos.

La guerra estalló tres años después de que Nico ascendiera al trono. Él era inexperto, no tenía quién lo guiara en el camino porque sus padres habían muerto; e incluso así, ellos tampoco habían tenido una guerra. Françoise fue de mucha importancia durante la guerra. Era consejero de guerra junto con los altos generales y fue mediador de paz. La guerra fomentó la amistad entre ellos dos, y sus esposas. Porque Françoise también se casó con una doctora que hacía su especialización en traumatología.

Un día Médéric le dio una sorpresa, la reina estaba embarazada. Fue un motivo de alegría instantáneo, la noticia animó a un pueblo sofocado por la guerra. Sin embargo también era peligroso. Un futuro rey o reina iba a nacer en medio de una guerra. Unas semanas después su esposa le dio una noticia similar. Como si lo hubiesen planeado, sus hijos iban a nacer casi al mismo tiempo.

- Un momento – interrumpió Grace –. ¿Mamá estaba embarazada?

- Grace, déjame seguir – pidió Françoise.

La guerra se estaba volviendo cada vez más violenta. Poco a poco los embarazos fueron avanzando igualmente. Gracias a una ecografía los Reyes se habían enterado que iban a tener gemelos, aparentemente un niño y una niña. Françoise y Jocelyn vieron que iban a tener una niña, también.

Los ataques en las ciudades fronterizas fueron haciéndose tan agresivos, los Reyes respondían de la misma manera. Según estatutos de la Unión de Naciones Soberanas no era permitido usar armas de destrucción masiva, pero los misiles de corto alcance y ataques de bombas eran comunes en la mayoría de ciudades importantes, estaban pululando. Además, la guerra en la frontera era demasiado sangrienta, los números de muertos por parte y parte seguían aumentando.

Françoise y Médéric estaban preocupados por sus hijos, pero cuando nacieron no podía estar más felices. La hija de Françoise, lo tan hacía feliz, se parecía mucho a su madre. Los ojos azules tan brillantes como el cielo despejado de la mañana. Su cabello era tan rubio como el sol. Françoise hablaba de su hija como si se hubiera ido lejos. Grace no entendía, ella estaba allí. Tal vez sus ojos se hubieran nublado y su cabello se hubiera opacado, pero ella estaba allí. Sin embargo, dejó que su padre siguiera hablando.

Los hijos del rey eran hermosos, aunque no tanto para Françoise, pero sí para Nico. Los príncipes nacieron primero, casi dos meses antes que Grace. Los príncipes, cuando sólo tenían pañales, eran tan parecidos que no sabían quién era Gabrielle y quien era Georg. Ya que Françoise y Nico pasaban juntos su tiempo, Jocelyn y Hélene también. Y por supuesto los niños también pasaban su tiempo creciendo como hermanos.

Grace ya sabía cuál era la verdad. Ella era hija biológica de Françoise, pero no sabía por qué le habían mentido tanto. ¿Por qué decirle que era adoptada cuando no lo era? Pero una sensación de pérdida le recorrió la espina. Había sido amiga de los Príncipes. Sus primeros amigos, antes de Kat, antes de las niñas de primaria que luego le dejaron de hablar, antes de Eric y Edward, o Micah.

- ¿Cómo eran los príncipes? Nunca he visto fotos de ellos – dijo Grace.

- Por la guerra no hubo fotos oficiales. Los gemelos eran idénticos.

- ¡Papá! ¿Cómo eran? – los ojos grises de Grace brillaron.

Como dijo Françoise, los niños eran idénticos. Y eran demasiado parecidos a Nico. Con su cabello del mismo color de la paja, pero tan terso como hilos de seda. Sus ojos, al igual que muchos de los Reyes del pasado eran del color de una tormenta empezando a disolverse. Aunque a veces cuando estaban al aire libre sus ojos se veían casi verdes, que era pocas veces por la guerra. Eran niños alegres y lloraban cada vez que los separaban. Dormían en la misma habitación y no soportaban estar más de cinco minutos alejados de su madre. Fue un dolor de cabeza para Nico manejar la guerra, a sus hijos y su esposa enferma después del parto. Pero poco a poco fueron superando los obstáculos.

Los príncipes habían acabado de cumplir dos años. Grace tenía casi la misma edad. La guerra se había ido enfriando y los ataques habían disminuido, la paz estaba cerca. Ya que la paz era un sueño posible, los Reyes decidieron bautizar a sus hijos en la Catedral de la Virgen de Chiquinquirá. Grace había sido bautizada en cuanto nació, pero ella no estaba en la mira de todos debido a la guerra y tampoco estaba en constante peligro como los Príncipes.

La misa fue privada y hubo pocas personas. Lo que quería decir Françoise, Jocelyn y Grace. Los padres de Grace se hicieron padrinos de los niños. La Catedral se veía solitaria estando nada más siete personas más el cura y el monaguillo. Françoise cargó a Gabrielle y a Georg, y Jocelyn igual. Pero al final Gabrielle se acomodó más en los brazos de Françoise; a parte de sus padres era con el único con el que no lloraba. En cambio Georg lloraba estuviera en los brazos de quien fuera, él no soportaba apartarse de su madre.

En lasdos cuadras que separaban elPalacio Real de la Catedral (en auto) huboun accidente. Aunque no fue un accidente. Fue un atentado. En la limosinablindada estaban los tres niños y sus padres. La bomba fue lo suficientementepotente porque la limosina estalló en pedazos. Murieron un niño y una niña. Laotra niña, aunque parecía un milagro, quedó casi intacta con sólo algunosraspones.

- ¿Estuve en el atentado que mató a los príncipes? – Grace tenía demasiadas preguntas.

- Estuviste en el atentado que mató al Príncipe Georg y a mi hija, Grace – respondió Françoise.


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