¿Che suona il pianoforte?

Senza dubbio il mio amore

Senza dubbio il mio amore

En Japón, hace ya casi cinco años, un joven de cabellera pelinegra miraba desde su cama el paisaje invernal, como los arboles del "sakura" estaban cubiertos de una gran capa blanca de nieve, los copos caen desde lo más alto del cielo, chocando contra su ventana. El invierno era más frio ese año, todo era igual en su habitación, los mimos libros, los mismos adornos, los mismo posters, nada nuevo salvo por dos cosas que no estaban ahí antes.

Una silla de ruedas que acumulaba polvo frente a su cama y la ausencia palpable de su amada madre.

- Mami... - No pudo evitarlo, pequeñas lagrimas van bajando lentamente por sus frías mejillas sin despegar la mirada del hermoso paisaje invernal que se presentaba ante el, deseaba con todas su fuerzas que por la puerta de su cuarto entrara su madre con un plato grande y caliente de katsudon, con una sonrisa animada.

Pero no, ella jamas volviera pasar por esa puerta.

A su mente llegaban tantos recuerdos, recordo la primera vez que entro a una pista de patinaje, se cayo tantas veces que comenzó a llorar en medio de la pista, dándose por vencido pensando que jamas seria bueno y que había defraudado las expectativas de su familia, de su Maestra de baile, pero mientras lloraba escucho unos cuantos pasos en el hielo, su madre quien apenas podía mantenerse de pie en la pista, se acerca a él, lo cargo bajo las axilas alzándolo viéndole con esa mirada llena de amor, que solo una madre puede darte.

"¡No llores, hiciste tu mejor esfuerzo bebe!" - Sus palabras sonaban tan frescas en su mente.- " Si das tu mejor esfuerzo en todo lo que haces un día tendrás los resultados que buscas... Ahora, dale una sonrisa a mami, estoy orgullosa de ti" - El cálido abrazo de su madre, su voz llena de amor aunque el hubiese fallado mil veces, su esperanza casi ciega en él.

Tantas cosas por la cual estaba agradecido.

Ahora que ella no estaba...

¿Ella sabría que él estaba tan agradecido?

¿Ella sabia, cuanto el la amaba?

- No, no lo sabia y no lo sabrá ya nunca. - Se responde a si mismo, sentándose en la cama, con dificultad toma su silla de ruedas y con algo de esfuerzo se sienta en ella, mira hacia arriba viendo el ventilador de su habitación que se encontraba apagado. Tenia pensamientos tan oscuros desde hace ya tanto tiempo, muerde sus labios mientras lagrimas saladas se escapaban de sus ojos y se resbalan por sus pálidas mejillas, busco entre sus cosas y encontró un largo cable. Lo suficientemente largo para atarlo a una de las aspas del ventilador, y el otro extremo en su cuello. Extiende su mano al interruptor de su habitación.

Y lo encendió.

Mientras las aspas comenzaban a girar rápidamente el cable se va acortado alzándolo lentamente de la silla, cortándole la respiración de a poco. ¿Que sentido tenia seguir con vida?, no tenia sentido alguno, todo acabaría rápido. La habitación se ponía cada vez más oscura, la falta de aire lo comenzó a marear, lo sentía ya cerca, el dulce sabor de la muerte en sus labios.

Cerro sus ojos, tranquilo consigo mismo, esperando a que ella llegara y lo llevara devuelta a los brazos de su amada madre.

Entonces, sintió el aire volver a sus pulmones. Abrió un poco los ojos encontrándose a su padre quien lo abrazaba con fuerza, había roto el cable que estaba alrededor de su cuello. Sentía las lagrimas frías de su padre caer en su cuello, lloraba y sollozaba cual niño pequeño sin dejar de abrazar fervientemente a su hijo, estaba quedándose inconsciente, aun así escuchaba perfectamente a su padre susurrarle al oído.