CAPÍTULO 1

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Era noviembre, ese día fue el que apareciste en mi vida, no creo en el destino pero fuera por lo que fuera ese día salí de fiesta con mis odiosos amigos y menos mal que lo hice.

Estabas con tus amigas en la barra y mi mejor amigo fue a por tu amiga así que le seguí y fui a por ti.
- ¿Quieres bailar? - te dije al oido para que oyeras.
Asentiste con la cabeza y salimos a bailar. La verdad es que no se le podía llamar bailar a aquello pero me divertí mucho y me reí mucho más. Intercambiamos los números para volver a quedar y te fuiste.

Aquella noche fue de mis favoritas sin duda. Cuando te fuiste se volvió aburrida pero, por conocerte, fue de las mejores.

Pasaron los días y hablábamos, quedábamos y me iba enamorando, no sabía si tú también pero ahora mismo diría que sí. Ese 26 de diciembre iba a ser especial, había quedado contigo y estaba nervioso por lo que iba a suceder.

Llegué antes de la hora para que no tuvieras que esperar. Cuando llegaste con tu vestido negro, me quedé sin palabras.
- No tenías que venir tan elegante - bromeé.
- Acabo de tener una entrevista de trabajo y por no cancelarlo ni atrasarlo he venido así, ¿te gusta? - dijiste dando una vuelta.
- Te queda genial - te dije pero las palabras se quedaban cortas.
Fuimos a tu restaurante favorito aunque de camino no te pareciera buena idea, ya estaba reservado. Entramos y te sentaste a mi lado para ayudarme a elegir. Podía oler tu maravilloso perfume desde aquí y eso me volvió loco. Cenamos entre risas, el buen ambiente que siempre tenía contigo. Pagué yo pese a tus quejas.
- ¿Vamos a pasear? - te propuse al salir y aceptaste.
Fuimos a un parque no muy lejos y nos sentamos en banco que daba a un laguito.
- Anna.
- Dime Niall.
- A lo mejor es pronto para ti pero este mes y pico junto a ti ha sido increíble para mí, me haces sentir genial a tu lado y me gustaría saber tu respuesta a ¿quieres ser mi novia? - te dije muy nervioso.
- ¡Sí! - dijiste muy ilusionada.
Y nos fundimos en aquel maravilloso beso. Te puse encima mío para poder besarte mejor y parece que todo nuestro alrededor se esfumó hasta quedarnos tu, yo y nuestro maravilloso beso.

26 de diciembre, 26 de diciembre, 26 de diciembre. El día que nada volvió a ser como antes, ahora eras mi chica, mi pequeña, mi Anna. Tanto me marcó ese día que mi primer tatuaje es un 26.

Llegó enero y ese mes a tu lado fue maravilloso, te propuse pasar todo el día 26 juntos para celebrar nuestro primer mes y accediste a ello.

Te esperé en la puerta de tu casa a las 11 de la mañana para irnos a pasar el día al parque de atracciones. Ese día que fuiste tan feliz, llevabas años sin ir y parecías una niña pequeña corriendo de atracción en atracción y a mí me encantaba. Cerraron el parque a las 6 y te llevé a mi casa.
- ¿Me puedo dar una ducha? - me preguntaste.
- Claro.
Te llevé al baño y te di todas las cosas que ibas a necesitar. Yo aproveché para prepararte la cena, una cena romántica. Hice espaguetis porque no sabía cocinar mucho más pero decoré la mesa con velas y pétalos de rosas rojas. Apagué la luz y encendí las velas.
- ¡Niall! - gritaste y fui corriendo.
- ¿Qué pasa?
- No sé a dónde ir - te reiste.
- Ven.
Fuimos al comedor y te quedaste mirando la mesa.
- Que bonito, me encanta.
- Me alegro aunque la cena no es especial.
- No pasa nada, has hecho el esfuerzo y eso me vale muchísimo.
Cenamos y luego nos sentamos en el sofá a ver una película. Estabas apoyada en mí y yo tenía un brazo por tu cintura. A mitad de la película me diste un beso en el cuello y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Me volviste a dar otro y este acompañado de un pequeño chupetón.
- Quiero hacerlo - me susurraste al oido.
- Vamos a la habitación, será mejor.
Fuimos a mi habitación y nos tumbamos en la cama. Nos besamos en un beso apasionado mientras te acariciaba el cuerpo. Nos íbamos desnudando torpemente.
- Niall, soy virgen - me susurraste avergonzada.
- Tranquila, Anna, iré muy despacio.
Cogí un codón del cajón de la mesilla y me lo puse sin dejar de besarte el cuerpo. Te acaricié la entrepierna y estabas muy mojada así que lo hice. Te metí la punta y seguí muy despacio hasta que me dijiste que dolía. Me empecé a mover despacio dándote tu tiempo para que no te doliera demasiado. Fui aumentando el ritmo cuando me lo ibas pidiendo, ambos gemíamos y me encantaba esa sensación contigo. Me corrí pero tú no llegaste. Bajé mi boca hasta tu entrepierna y empecé a jugar con tu clítoris mientras que dos de mis dedos se movían dentro de ti dándote placer. Te corriste y me chupé los dedos, sabías genial. Me quité el condón y fui al baño a tirarlo. Cuando volví estabas dormida y te tapé.
- Duerme conmigo - me dijiste medio dormida.
Me tumbé a tu lado y te metí entre mis brazos.

Nuestro primer aniversario y no cambiaría nada de él. Me dejaste ser tu primera vez y te juré que fuiste la mejor en mi vida.

Carta de NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora