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Traté de pasar al lado de el lo mas rápido posible y con la mirada en el suelo para salir de la cocina porque sinceramente, el aire me faltaba y juraba que no era una crisis de asma, era el y su efecto característico en mi. Pero por supuesto eso no iba a ser tarea fácil, me sostuvo por el brazo apenas estuve en su camino, se acercó a mi oído.

-Necesitamos hablar. -Y quise mandarlo al diablo.

-Suéltame. -Mi voz sonó mas fría de lo que traté, como si vomitara odio de repente.

-No te voy a soltar hasta que hablemos, mírame. -Me pidió pero no accedí, si lo hago es posible que me derrumbe ahí mismo, enfrente de sus amigos y toda esa gente no iba a portarme débil para darles mas motivos de burlas y pena.

-¿Te está molestando? -Tobby me tomó por los hombros, no quería contestarle, no podía.

-No es tu asunto. -Le dijo Nate y por su voz percibí el enojo comenzar a llegar, pues me vale madres pendejo.

-Y tampoco el tuyo. ¿Simón? -Volteé a mirarlo y con una sonrisa falsa negué con la cabeza, no quería mas problemas.

-Es solo mi ex novio. -Ahora si miré a Nate asegurándome de cerrar mi corazón por unos segundos y aprovechando que lo tomé de sorpresa y aflojó su agarre de mi brazo, me solté y me escabullí en la sala que estaba repleta de personas dispuesta a largarme de una vez por todas.

Al salir al patio pude respirar sintiéndome a salvo del nudo en mi garganta y les hice mil llamadas a mis amigas, ninguna atendió y opte por una idea un tanto descabellada pero al estar un poco tomada no vi tan grabe; caminaría hasta mi casa.

La caminata no tardó ni cinco segundos en ser interrumpida por el nuevo deportivo de Nate que casi me mata al cruzarse literalmente en mi camino, golpeé el cofre furiosa por el susto y por el, un 99% por el.

-¿QUE CHINGADOS TE PASA CABRON? -Una vez dichas mis palabras me crucé de brazos, salió del auto y aunque estaba serio, los ojos tenían un brillo de diversión.

-¿Qué te pasa a ti? ¿De verdad ibas a caminar hasta tu casa en la madrugada?

-¿Acaso te importa? -Traté de continuar con mi camino pero nuevamente me jaló por el brazo hasta regresarme a mi lugar. -¿Qué quieres?

-Solo quiero hablarte. ¿no crees que merezco darte una explicación?

-¿Cómo se explica que te enrollaste con una zorra teniendo novia? -El coraje me estaba ganando.

-Las cosas no pasaron así, yo...-No lo dejé terminar, le di una cachetada y me mordí la mejilla para no llorar.

-¿Cómo pudiste hacerlo? -Se me quebró la voz. El trató de hablar nuevamente y yo lo detuve, no quiero escuchar sus excusas. -Por favor, no digas nada, no te quiero escuchar ni tampoco quiero entender porque hiciste lo que hiciste y si no me vas a dejar ir, llévame tu a casa pero por favor ya no digas nada.

Suspiró y asintió, me subí al asiento del copiloto y comenzó a manejar a mi casa. En todo el trayecto miré por la ventana y el no insistió mas, no fue hasta que aparco frente a mi lugar para comenzar a hablar.

-No sabes cuanto lo siento por lo que te he hecho pasar y sé que arruiné todo esto pero si sirve de algo, yo nunca tuve algo con esa chica aun cuando suene difícil de creer, nunca arruinaría lo mejor que tuve por otra mujer.

Me quedé en silencio por eternos segundos antes de hablar.

-Tienes razón Nate. -Me miró sin comprender. -Suena difícil de creer.

Salí del auto y me apresuré a adentrarme en la casa, mi mamá estaba despierta y aunque sabía que era tardisimo no hubo regaños, solo me atrajo a su cuerpo en una abrazo cuando comencé a llorar, nuevamente había espiado por la ventana.

Cigarette || Nate Maloley EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora