Desperté, al ver el sol amaneciente caí en cuenta que me había quedado dormida, pero al menos ahora ya no estaba tan cansada. Seguía recargada en aquel árbol, en el que había caído rendida, tenia además una manta cubriéndome, seguramente fue Abril, y ahora que pienso en ella me percato que la chica de ojos azules al igual que yo se encontraba tapada con la manta recostada en mi hombro al lado mio. Pasamos la noche aquí, recargadas en un árbol al lado del camino, me pregunto si en algún momento pasó alguna persona o carruaje que nos haya visto o al carruaje destruido más atrás.
Con cuidado de no despertar a Abril me puse en pie y observe a mi alrededor. Sin antelaciones me dirigí a la rubia e hincándome a su lado la sacudí levemente para despertarla.
- Abril... Abril despierta - dije subiendo la voz, cuando unos quejidos salieron de la somnolienta chica, a los segundos después abrió los ojos lentamente
- buenos días Nai. - sonrió levemente - ¿Dormiste bien? - preguntó reincorporándose. Entonces le dí una media sonrisa
- claro, dormí como un bebé, y ahora tengo más energías - exclamé sonriente
- me alegra, pero... Ghilmort destruyó el carruaje. ¿Como vamos a llegar a Avalor? - preguntó contrariada
- pues caminaremos por supuesto - conteste sonriente
- ¿¡qué!?, pero Avalor está como mínimo dos días en carruaje - argumentó
-¿y?, igual caminaremos -
- pero es peligroso caminar por el bosque y más con Ghilmort asechando - se veía su miedo en el rostro. Le dí una media sonrisa
- relájate. Conmigo a tu lado puedo asegurarte que estás a salvo. No hay peligro alguno que no pueda enfrentar -
- ¿de verdad lo crees? -
- claro, recuerda que soy genial - la rubia dio una sonora carcajada
- uff... es cierto me había olvidado de tu "gran humildad" - ahora yo me reí con ella. - de acuerdo. Vayámonos - exclamó sonriente, le devolví la sonrisa. Y nos pusimos en marcha
A todo esto me percaté que Abril traía puesto un vestido diferente, era mucho menos ostentoso que el que usualmente lleva (ese que parece vestido de bodas), era sencillo y tal vez podría pasarse como la vestimenta de una campesina, pero de alguna forma su vestimenta no pierde su elegancia y sofistiquez distinguido de una princesa, creo que es por qué cualquier prenda que usa Abril le queda de maravilla, ya hubiera querido yo que los vestimentas que usaba me quedaran tan bien. La tía Milda siempre me sermoneaba que cada conjunto de ropa que me ponía era demasiado... fachoso para una princesa, pero es que no aguanto los vestidos con tanto encaje rosa y estar entre esos corsets que te aprietan hasta el alma. En fin.
Emprendimos nuestra larga caminata tranquilamente y sin peligros, ya era poco más de medio día y Abril no paraba de decir que quería un descanso cada diez minutos.
- Naiara, ¿podemos descansar un rato? - pregunto por milésima vez la rubia, que caminaba agotada a mi lado.
- Abril, ya nos hemos parado como cuatro veces en esta media hora, a este paso tardaremos semanas en llegar a Avalor -
- No es mi culpa que como tú, no este acostumbrada a caminar largas distancias - se defendió claramente molesta
- Haz tres horas diarias de ejercicio por un mes y podrás incluso darle la vuelta al país - dije de broma, pero la chica soltó un bufido molesta y se detuvo de su andar viéndome ceñuda y de brazos cruzadas. Ya se enojó...
- Abril, no te enojes - me devolví a mi amiga, pero ella evitaba el contacto visual - Perdón. Entiendo que has de estar cansada. ¿que te parece si te cargo un tiempo? - propuse y finalmente volteó a verme
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La Travesía de Naiara
AdventureLa protagonista de esta historia, una princesa de diecisiete que no se comporta como una, desea vivir una vida independiente en busca de su lugar en el mundo, por lo que huye de su reino, pero las cosas se complicarán cuando se adentra a país enemig...