Capítulo IV

154 6 1
                                    

Es hora de levantarse y no tengo ni una pizca de ganas. Ayer me acosté demasiado tarde. Me preparo para ir al instituto y desayuno. Cojo mis cosas y me voy. Sé que hoy tendré que ir sola porque están enfadadas conmigo, así que decido cambiar el camino mientras voy a mi ritmo. Llamo al timbre de su casa. Espero que aún no se haya ido.

-¡Nuri! ¿Qué haces aquí?

-Hola pequeña. Nada, que pensé que tal vez te gustaría ir conmigo al instituto... Pero bueno, si no quieres, ya me voy...

-No, no. Claro que quiero, lo que pasa es que me ha sorprendido verte aquí.

-Necesito hablar con alguien y pensé que en ti como primera opción...

-¿Y tus amigas?

-Ellas...

-Espera un segundo que cojo mis cosas y nos vamos. Por el camino me cuentas, ¿te parece?

-Está bien. Aquí te espero.

-No tonta, ven pasa a dentro mientras cojo las cosas, que al menos no hace tanto calor.

-No, que no quiero molestar...

-No molestas, estoy sola en casa la mayoría del tiempo.

-Pero...

-Anda, no te hagas de rogar y entra, que cuanto más tiempo me hagas insistirte menos tiempo tendremos para llegar al insti.

+Bueno, vale... –Entro y me quedo asombrada.

Qué grande es.

-Ahora bajo. Voy a por mis cosas.

Voy al salón y me siento en el sofá. Para distraerme, saco el móvil y me pongo jugar al "Logo Quiz". Estoy enganchada.

-¿Nos vamos?

-Vale. –Me levanto y salimos por la puerta.

-Bueno, ¿qué era lo que querías hablar con alguien y por eso me has elegido a mí? Todo un honor, por cierto.

-Se trata de un chico...

-Puf, entonces ya me imagino por dónde van las cosas...

-María, esto no se lo he contado nunca ha nadie...

-¿Ni a tus amigas?

-Ni a ellas.

-¿Y por qué a mí?

-Porque tú has demostrado que, aun con menos años, se te puede considerar una amiga.

-Eres la primera persona que dice eso, y creo que serás la última.

-¿Qué dices? Estás tonta.

-Solo digo la realidad, Nuri. Yo no tengo amigos, todo el mundo me margina.

-Pues eso se acabó. Te mereces muchos amigos porque eres una gran persona, y yo, te voy a ayudar a conseguirlos poco a poco para que sean verdaderos.

-Gracias, Nuri. No sé cómo agradecerte todo lo que estás haciendo por mí...

-Pues lo primero no dándome las gracias y lo segundo, dejando de llorar.

También te gustarán

No hay historias disponibles.

          

-Eres genial. –Se lanza a mis brazos después de secarse las lágrimas.

-No exageres.

-¿Qué no exagere? Estás de broma, ¿verdad?

-No, no estoy de broma.

-Pues yo creo que sí. Genial es una palabra que se queda pequeña para ti.

-Dios, qué mona eres, María.

-No, para eso ya estás tú.

-¿Yo? Qué va.

-Sí, tú.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-Las dos.

-Vale, las dos.

-Ya hemos llegado.

Acabamos de llegar y cada una tiene que irse a una punta del instituto, así que nos despedimos con un abrazo y quedamos en vernos donde nos encontramos ayer en el recreo.

Entro a clase. Rocío ya está sentada. Tenemos lengua. Me siento a su lado como he hecho siempre y la saludo. No me responde. Hace como si no ha oído nada. Quedan cinco minutos para que llegue el profesor. Cojo mi mochila y saco las cosas. Listo. Miro hacia la puerta. ¿Qué hace él aquí? Observo como camina hacia mí.

-Hola, Nuri.

-Hola.

-A partir de ahora me verás todos los días. Me he venido a vivir aquí.

¿Qué? No puede ser. Quiero despertar de esta pesadilla. Se sienta en la mesa de detrás, la única que queda libre.

-¿Le conoces? –Es Rocío.

-Sí. Se llama Javi.

-¿Por qué no me le has presentado?

-¿Para qué hacerlo si ni me has saludado?

-Oye, lo siento. Nos sentó mal que no quisieras contarnos lo que te pasaba.

-No te preocupes. –Me giro para mirar hacia atrás y hablar con él. –Javi, te presento a Rocío, una gran amiga.

-Encantado.

-Lo mismo digo.

-¿Contenta?

-Sí. Está buenísimo.

-¿En serio lo dices?

-¿No te lo parece?

-Pues no.

-Mejor, así tengo más posibilidades de acabar con él.

-Pues me parece a mí que no lo vas a conseguir.

Entra el profesor. Mejor, así no le tengo que dar explicaciones sobre qué es lo que he querido decir. Se me pasan las horas volando. Recojo mis cosas y camino hacia la puerta de clase para irme.

-Nuri, espera.

-Tengo prisa, Rocío. ¿Qué quieres?

-Solo quería saber a qué te referías antes.

Todo empezó en una noche de MayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora