Ya no te soporto.
Si, te lo digo a ti, apestoso ser que lo único que haces es molestarme, es joderme la existencia. ¡Hey! Te estoy hablando ¿Ves a lo que me refiero? No me estás prestando atención, si te pido que me hagas caso es por un motivo, cuando te doy órdenes es por tu bien, sé lo que es mejor para ti.
No pongas esa cara.
Yo tampoco me siento gustoso de tener que soportarte, apenas y puedo moverme por culpa de tus malas decisiones, todo se me hace insípido, todo me irrita, pero en especial tú. Desde el momento en que tomaste una elección sin consultarme todo se vino abajo.
Felicitaciones, hasta la fecha no habías conseguido cagarla de esta manera.
Tal vez estoy exagerando y tu error no sea tan grave, pero ya te dije que estoy con un humor delicado, gracias a ti cabe destacar.
Ojalá fueras como él.
Oh, todo sería tan diferente si fueras como esa divina creación. De aroma amargo y a la vez dulzón, de aspecto crujiente y de un sabor magnífico.
Oh, perdonaría cualquier problema en el que me metieras si fueras como él, me dejaría ser entre sus manos con tal de seguir contemplándolo y saboreando tan suculento elixir.
Tal vez deberíamos dejar de discutir e ir a verle, a deleitarnos con él.
Pues por tu culpa, no puedo esperar por una taza de café.
Al final, tus constantes trasnochadas han servido de algo.
ESTÁS LEYENDO
El cuentista
Short StoryDesde que tengo memoria he escrito, lastimosamente no tengo paciencia para narrar historias demasiado largas, los mismos personajes y la misma trama me aburre, por eso aquí yacen todos esos "cuentos cortos" que me hacen sonreír. Que han salido de mi...