Capitulo 26

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Alexander's

Las palabras de Emma de un cierto modo me parecieron demaciado tiernas, aunque también producieron una pequeña explosión de felicidad dentro de mi, que por supuesto no demostré.

Tampoco le respondi, solo me quede contemplando la hermosura de sus facciones, de su rostro, de sus azules ojos, de su boca que a veces anhelaba tanto besar, pero que se me haría tan dificil.

—Alexander este silencio es algo incomodo. Si no me quieres responder entonces bajemos para comer, tengo hambre. -dijo casi haciendo un puchero.

—Bueno.

Reí mientras sentía su mirada en mí.

Ambos bajamos y me sorprendí que a pesar de que fueran casi las ocho de la tarde la brisa estubiera tan calida.
Entramos y Emma sin siquiera mirarme se sento en una mesa, una que estaba justo al lado de los helados. Era demaciado linda.

Me acomode frente a ella, que ni siquiera me vio por estar mirando esos helados.

—Si me sigues ignorando prometo que no te podras comer ninguno de esos helados.

A pesar de que le hable serio, no lo estaba, era lindo para mi observarla y que se mostrara tal cual como es, hambrienta.

—Esta bien, perdón. -sus palabras fueron como las de una niña pequeña que esta siendo regañada.

No me cansaria de mirarla jamás. Su rostro era tan pequeño,  que podría cubrirlo solo con mi mano. Sus ojos, un azul oscuro que hacia que te perdieras en ellos. Sus labios tan deseables por cualquiera. Ella era toda una escultura.

—¿Podrias dejar de mirarme? Porfavor.

—¿Porque? -Sonreí. —¿Te cohibo? -puse una mirada coqueta, para sonrojarla.

—Alexander pensaran que somos novios.

—¿Y? -mi plan de sonrojarla seguía en pié.

—Que no eres mi tipo. Lo siento.

—¿Y cual es tu tipo entonces? -pregunte mientras me crusaba de brazos.

—Nadie. -dijo conforme con su respuesta. —Tal vez.  .  . No, nadie.

No me imagine que podía decir que su tipo era alguien como yo, pero al menos debía tener a alguién en mente.

—¿Que tal si pedimos algo para comer ya?

—Uhm.

—Bien.

Ambos miramos la carta que contenía todos los distintos platos. Algunos bien comunes y otros probablemente extranjeros. Yo ya me habia decidido por una hamburguesa de 500g.  que solia comer siempre con mis amigos, era nuestra comida de machos. Mire a Emma y a mi parecer  quería pedir todos los platos.

—¿Ya te decidiste? -pregunte.

—Pedire la hamburguesa de 500g. pero le Agregaré papas fritas. -sonrió.

Que carajo, como se supone que podria comer tanto.

—No seras capas de comerte todo eso. -dije conforme.

—Me subestimas demaciado O'brien.

Reí al escuchar su desafiante respuesta. Al final de todo, ambos pedimos lo mismo, la señorita que nos atendió solo anoto y se fue.

—Esta bien. -Sonreí dandole la razón. Para que pelear si las mujeres siempre ganan. —Por cierto, ¿has sabido algo de tu padre? .

No sabia como tocar el tema de su padre, o de todo lo que me dijo su madre, aunque no le creía mucho, no creo que Ellen sea asi realmente, tal vez solo era una broma.

—No. Tampoco me interesa saber algo de él. ¿Porque lo preguntas?

Dude un poco si contarle o no la conversación que tube con su madre, pero creí que lo mejor era no hacerlo ya que la conversación era agradable para ambos.

Además sus ojos no me permitían pensar bien.

—Supongo que mantienes comunicación con el no? .-pregunte.

A pesar de que recordaba cada palabra que me dijo Tammy aquella noche, quería escuchar su historia de su propia boca, aunque no fuera ahora.

—No hablo con él, en realidad creo que a nadie le gustaria hablar con la persona que te hizo daño.

—Uhm. ¿No se llevan bien?

—No te hagas el tonto. -me dijo Emma con una sonrisa que no demostraba felicidad, sino resignación. —Ya se que Tammy te contó todo.

Guarde silencio ante su confesión, baje mi rostro en representacion de culpabilidad. Supongo que lo supo todo este tiempo y aún asi me trataba normal.

—¿Ella te lo dijo?

Tambien puede haberlo escuchado ella conscientemente en ese momento.

—Si, me dijo que te lo conto para la fiesta, cuando... Ya sabes...

Se quedo en silencio por un momento.

—Sabes muchas cosas sobre mi Alexander, si las dices te cortare las bolas.

Me sobreexalte al escuchar su amenaza, su voz tierna lo hacia poco creíble, pero no su cara.

—Claro que no lo dire. -Sonreí demostrándole confianza.

—¿No lo haras por tus bolas o porque simplemente no quieres?

—No lo hare por tí.

Emma al escucharme decir "Por ti" bajo la mirada como sintiendo pena por ella misma.

—Supongo que no pasaría nada bonito si los de preparatoria se llegaran a enterar de mi pasado.

Dijo Emma casi en un susurro mientras jugaba con sus pequeños dedos bajo la mesa. Y aunque yo no pudiera comprender su dolor o su pena de alguna manera sentía que tenía que ayudarla, tal vez por ser buena persona o solo porque me gustaba.

—Al final de la oscuridad siempre hay luz.

Susurre para que solo ella lograra escuchar.

¿Te avergüenza que sepa eso?

So Sorry. I'm Not Perfect.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora