Capítulo 14🌈

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CAPITULO 14- +DIECIOCHO

POV SARA:
Ya era de noche y me encontraba metida en la cama. Quería dormir pero mi cabeza no paraba de visualizar la imagen de Aray y yo besándonos y al hacerlo, todos los pelos se me ponían de punta.
Suena increíble pero aún no había llamado a mi mejor amiga para contárselo, es más, por alguna extraña razón no quería decírselo a nadie. Simplemente esperaba que se repitiera otra vez.
Pensando en todo aquello me fui quedando dormida...

–¡Sara despierta!– me dijo alguien dándome palmadas en la cara. Sabía que era mi hermana así que me di la vuelta y seguí durmiendo.

–No la despistes así – se escuchó a una segunda voz y esta vez no era mi hermana sino ¿Aray?
Me desperté de inmediato pero mi cabeza no paraba de repetirme preguntas absurdas ¿Qué hacía Aray en mi habitación?¿Todo aquello era un sueño?...
Me di la vuelta suavemente y allí vi a mi hermana mirando a Aray con cara de asco y a Aray sentado en el borde de mi cama, cosa que hizo que mis mejillas se tiñeran de rojo.

–¿Qué haces aquí?– pregunté confusa pero a la vez contenta.

–Noemí y Nicolás  no pueden llevaros a comprar el material escolar para el instituto así que os llevábamos nosotros que también tenemos que ir al centro comercial – me explicó Aray con una sonrisa. Dios cada vez que sonría me robaba la vida.

–¡Y es tarde así que date prisa!– enunció mi hermana y acto seguido salió del cuarto.
Al ver que Aray también se iba lo agarre del brazo.

POV ARAY:
–Tu también te puedes quedar, si quieres – me dijo Sara con su tierna mirada. Automáticamente una sonrisa de lado apareció un mi rostro.

–Claro– enuncié seguro y sin poder resistirme me abalance sobre ella y le empecé a hacer cosquillas por todo su cuerpo.

–Para Aray– dijo muriéndose de la risa. Pero al cabo de un rato sentí como estábamos echados en la cama, yo encima de ella y ella con las piernas rodeando mi cadera.
Mi pulso iba a mil y sentía fuego recorrer mi cuerpo.
Nos quedamos mirándonos sin saber muy bien que decir pero de un momento a otro nuestros labios estaban pegados y el fuego en mi interior se iba haciendo cada vez más intenso. Le agarre de un muslo pero enseguida me apartó la mano. Acto seguido baje la boca hasta su cuello y sentí como suspiró.

–Aray tengo que vestirme– musitó Sara. Yo la miré y una vez más me perdí en sus grandes ojos verdes.
Me levanté de la cama para dejarla pasar y en cuanto se levantó sentí algo en mi entrepierna.

–Voy al baño– añadí y salí de allí mas nervioso que nunca ¿Ahora que iba a hacer? Esa niña alteraba todos y cada uno de mis sentidos.
Pero para mi desgracia me encontré a alguien por el pasillo.

–¡¿Está ya mi hermana?!– me preguntó Nora con su voz malhumorada...

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