Conociéndose

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Caminando la chica le mostró cierto entusiasmo porque había aceptado el trabajo, el peliverde no comprendió del todo pues la paga era buena y se veía un buen lugar.

Llegaron a unas puertas de madera, con unas flores finamente talladas en las esquinas, corrió una de las puertas hacia un lado, entró e hizo una pequeña reverencia -Vinsmoke-sama ya está aquí Roronoa-san- mirando con una sencilla sonrisa miro al peliverde invitándolo a pasar. Al entrar pudo ver mejor a un hombre, alto, rubio de ojos azules; vestía un kimono oscuro al igual que el haori, tenía un peculiar casco que solo cubría sus ojos; estaba sentado detrás de un gran escritorio.

-Perfecto!, pensé que se había arrepentido, me alegra tenerlo aquí Roronoa-san- le dijo el gran rubio levantándose de su asiento y hacer ademán de querer estrechar su mano con la del peliverde, este al verlo estrecho su mano -es un gusto estar aquí, disculpe la demora-, el rubio se sentó y le indico al peliverde sentarse en la silla que estaba al frente.

-Bien hemos leído sus antecedentes laborales​ así como la opinión de su jefe, he de serle franco, estoy impresionado y que sus credenciales son las idóneas para este trabajo.

-Gracias, siempre doy lo mejor de mí en cada asignación- mencionó el peliverde.

-Eso es perfecto!, pero déjeme decirle que este trabajo en particular es más complicado y riesgoso que otros, además de que le encargaré de lo más valioso que tengo en la vida, necesito que cuide de él con la vida, sé que le estoy pidiendo demasiado- le pedía casi en súplica y tristeza el gran rubio.

-Descuide estoy preparado para esa clase de riesgo- contestó con tono firme y decidido. Zoro pensaba que le encargaría la protección de un objeto valioso, el transporte de alguna cosa o dinero a alguna parte lejana, ya había hecho trabajos como esos anteriormente, los ricos son gente extraña, casi ninguno con los que trabajó era digno.

-No le voy mentir Roronoa-san sé que puede ser difícil de tratar y en algún momento todo se puede complicar, por eso le estoy poniendo sobre aviso, si no quiere tomar el empleo lo entenderé.

Zoro le miraba como un trabajo mas - sé manejar cualquier problema, lo que sea que me solicite.-

-No es una cosa lo que debe de cuidar, es una persona...- cuando estaba por continuar fue interrumpido por unos golpes en la puerta, - adelante Rebecca- dijo el gran rubio, sabiendo que ella era la única que tocaba de esa forma, entro y se acerco al oído del rubio -Vinsmoke-sama acaba de llegar y le avise que viniera pero se rehúsa- decía Rebecca en un murmullo, - esta bien, discúlpeme un momento Roronoa-san-, el rubio se levantó y salió junto con la pelirosa.

Antes de que el peliverde se diera cuenta Judge volvia junto con Rebecca, - creo que ustedes se deben de conocer- decía al momento que entraba un joven rubio de traje.

-Buenos días- decía el joven rubio con un tono nada alegre. El peliverde entonces comprendió que era ese rubio a quien tenía que cuidar, ser su guardaespaldas, entonces su trabajo era cuidar a un niño rico malcriado, quiso torcer la boca ese trabajo era de los que menos le agradaban.

-Buenos días- contestó serio el peliverde.

-Tendrán que trabajar juntos- decía el rubio mayor con un deje de cansancio a la vez que se iba sentando detrás de su gran escritorio.

El rubio más joven empezó a quejarse sobre que no necesitaba protección, él sabía defenderse mientras el más grande sólo suspiraba cansado y se agarraba el entrecejo -ya sé que te puedes cuidar solo pero una ayuda extra no viene mal y menos últimamente-, Rebecca que se encontraba a lado de Judge cambio su semblante a uno afligido, -¡no intentes echarle la culpa a Rebecca o a su padre!-, decía un joven rubio que empezaba a impacientarse, - ¡No lo hago solo intento prevenir, no quiero que nada les pase, me parece que ya hemos tenido suficiente!.. -decía Judge.

-Sabes que sé cuidarme solo, entonces que se encargue de Rebecca- interrumpió el joven rubio, a la par que hablaba, señalaba al peliverde y luego a la pelirrosa.

Mientras el rubio mayor fruncía el ceño - ¡no, esto es definitivo! Además Rebecca se quedará aquí en la casa, tu no aceptas quedarte aquí, así que no tienes opción.

En todo el rato que fue la discusión Zoro solo se quedó viendo, ya no quería el trabajo, el rubio mayor se lo había advertido pero no hizo caso, ¿¡porque no hizo caso!? Ahora sí decía que ya no quería el trabajo quedaría como idiota y cobarde porque pensarían que no podría con el rubio presumido.

Judge y el joven rubio se quedaron viendo unos instantes hasta que el mayor cerró los ojos y soltó un suspiro, -¿que les parece si probamos un tiempo?- finalizó y turno la mirada entre el rubio y el peliverde, -bien, Roronoa-san el es mi hijo Sanji, ¿podrías cuidarlo por favor?- mientras Sanji veía enojado a su padre, cerró los ojos y se pasó la mano por el cabello.

-¡Solo será un tiempo y sólo eso!- sentenció el joven rubio.

-Roronoa-san por favor desde ahora cuida de mi hijo- decía un cansado Judge.

Entre la espada y un rubioWhere stories live. Discover now