(young Paulo)
-¿Estás lista? -Paulo asomó su cabeza por la puerta, yo estaba terminando de peinar mi cabello.
-Sí, listo. -agarré mi bolso, mi móvil y salí de la habitación junto a Paulo.Ya era de noche y como Paulo me había prometido daríamos una vuelta por Turín.
-Te recomiendo que llevés un abrigo, está un poco fría la noche.
-Vale. -entré de nuevo al cuarto, busqué mi sweater y salí.
Paulo ya estaba abajo esperándome, estaba vestido con una sencilla camisa blanca y un jean negro, se veía bien.
-Vamos. -salimos de la casa, nos montamos en el coche y él comenzó a manejar.
-¿No se te hace incomodo vivir solo? -decidí preguntar sin despegar mi vista de la ventana.
-No tanto, casi nunca estoy en casa por los entrenamientos, o los partidos y cosas así pero sí hay veces que me gustaría tener compañía. -respondió simplemente.
-Deberías adoptar un cachorrito, hacen buena compañía, o al menos eso me han dicho. -aconsejé, esta vez si lo miré, él estaba concentrado en la carretera y se veía muy guapo con el ceño fruncido.
-Ahora te tengo a vos. No hace falta un cachorro, por ahora. -sonrió de lado y yo no pude evitar sonrojarme.
-Y bueno, ¿a donde vamos? -pregunté tratando de que no se me quemara la cara gracias a mi sonrojo.
-Primero vamos a cenar en mi restaurante favorito, luego te llevaré a al Palazzo Madama, bueno, vamos a ver si está abierto. -reí junto a él y seguimos nuestro camino.
-Buonanotte, tavolo per due, per favore. (Buenas noches, mesa para dos, por favor). -estaba fascinada con el lugar. Era muy bonito, no era ni tan elegante pero tampoco demasiado común. Era un restaurante con vista al mar, las sillas estaban al aire libre y se escuchaba el romper de las olas relajadamente.
-Per qui, signore. -la muchacha respondió, y la seguimos. Nos dejó en la mesa más cercana al mar.
-Está muy mono el lugar, Paulo, es precioso. -comenté fascinada.
-Lo sé, este lugar es increíble. -respondió sacando la silla de la mesa para que yo me sentara y eso hice, agradeciéndole con una sonrisa.
-¿Deseáis el menú? -una vez que ambos estábamos sentados, la mesera habló y nos sorprendió cuando mostró su notable acento español.
-¿Malagueña? -cuestioné con el ceño fruncido.
-Sí. -respondió con una sonrisa.- ¿Vosotros?
-Málaga. -respondí.- Argentina. -señalé a Paulo.
-Vaya, que bonito es encontrarse a alguien de tu misma ciudad.
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Rivals // Paulo Dybala
Fanfiction¿Cómo reaccionaría Isco Alarcón al saber que su hermana menor sale con uno de sus tantos rivales?