Sleeping is Dead. [Chiaki Nanami]

Chapter 1; "The Strage Dreams Of Death" Part 4

Hay que aprender a alejarse
De las personas que no se preocupan
Por nosotros.
¿Y si no se puede?
Siempre se puede, pero el miedo te
Evita a hacerlo.
¿O me equivoco, Chiaki?

(🍒)

—Yo... ¡Estuve acompañando a Junko! Tenía motivos... —dije intentando no llorar delante de él por un ataque de nervios.—

Su mirada cambió, y empezó a reírse. Me pareció tan bipolar, y a la vez tan agradable... Que no sabía bien como sentirme a eso. Era como un cambio de temperatura en un día nevado.

—Mira que eres tonta, bastarda. —se dirigió a mí con una sonrisa, y me llevó entre sus brazos. Me abrazó.— Hermana... Si te vas a ir con ella, por lo menos avísame.

Solté una risa cálida, y él me soltó del abrazo. El miedo que sentía, siempre desaparecía con él. Mi hermano mayor, Fuyuhiko Kuzuryuu. En realidad es mi hermanastro, por eso tenemos apellidos diferentes. Aunque para mí, es el hermano que nunca pude tener.

—Lo siento mucho, no tenía nada para avisarte. —me disculpé mientras miraba al suelo entristecida.—

Si Junko no hubiera aparecido... Podría haber estado con mi hermano. Sólo si...

—Neh, no pasa nada. —dijo despreocupado, no dándole mucha importancia al tema.— Pero... Ten cuidado con ella, ¿vale? Sabes lo que pienso respecto a Junko. —su mirada cambió a una totalmente seria. Podía notar el ambiente tenso de la situación.—

—S-Sí, tranquilo.

—Además, Chiaki... Me enteré de lo que pasó en el instituto. —el ambiente se tensó de repente al pronunciar esas palabras que caían como piedras.—

—Eh, ¿si? Creía que te enteraste antes... —dije mirando hacia un lado, un poco nerviosa. Bueno, más bien estaba casi temblado.—

—Peko me comunicó que casi te caes por las escaleras. Y luego en clase, te desmayaste por los nervios. —contó él con una mirada entristecida, pero con palabras serias.—

Yo sentía como si me estuviesen leyendo la cartilla, incluso como si lo estuviera haciendo con un escáner. Los nervios me podían, pero no podía hablar con nerviosismo que sentía.

—¿E-Eso te dijo Pekoyama?

—Sí, ¿es verdad?

Esas palabras hicieron que tuviera que responder si rodeos. Esa frase dio por fallido mi intento de salir de esa conversación. Tenía que decírselo.

—Ehh... Por supuesto que... Sí.

Él emitió una sonrisa en su rostro. No entendí el por qué, pero lo hizo. Y más bipolar que antes, como del frío al calor.

—Menos mal que no me mentiste. —su sonrisa amplió a una más extensa.— Me lo dijo el mismo instituto, ya que yo soy tu familiar, tonta. Has pasado mi prueba de detector de mentiras. —puso una mano en mi hombro, que hizo que mostrara una cara de pocos amigos. En realidad me asusté muchísimo.— Ahora sí, ¿cómo te encuentras hermanita?

—Como si me hubiera atropellado un camión, no te jode.

—Eres imbécil algunas veces, eh. —dijo revoleándome mi cabello de color rosado pastel mientras dejaba escapar una risa.—