Una idea de historia bien locochona :v

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Hubo una vez, en la lejana tierra Finis Mundi, un caballero, este no tenía una brillante armadura, ni un arma encantada con la que luchar a los demonios que acechaban aquellas lejanas tierras olvidadas por dios mismo, ni mucho menos poderes o habilidades que lo hicieran brillar y destacar del resto de los demás habitantes y caballeros de aquel lugar. No, él tenía una cosa, él tenía algo que de nuevo todos o la mayoría de personas tenían pero, a diferencia del resto, el sabia usar dicha cosa, ¿Qué es lo que tenía preguntas? Bueno, eso es simple, él tenía sentido común, allí donde una persona veía luchas y sacrificios heroicos de parte de los caballeros, el veía a una persona común, alguien que no era infalible, alguien que moriría de una forma u otra. Ahí donde todos veían a una persona bizarra, el veía a alguien más, el veía y sabia por puro sentido común cuales eran sus intenciones. Lo que realmente este caballero no sabía era que realmente no era sentido común y de hecho nadie nunca antes había tenido algo tan único. Su poder era leer las emociones de las personas, tal y como lo oyes ningún poder telepático ni nada por el estilo, el solo sabía leer las emociones de los demás ¿Por qué sabía que los caballeros no eran infalibles? Eso de hecho era bastante simple, cada vez que el veía luchar a uno de sus aliados podía sentir sus emociones, podía sentir su miedo, el modo en que lo suprimía y el odio que le tenía a los demonios que acechaban esas tierras, inclusive podía sentir la impotencia que tenía el caballero cada vez que no podía hacer nada por las víctimas de los demonios ¿Pero importaba? Realmente no, al caballero nunca le importo que sus compañeros y aliados tuvieran miedo, el miedo era algo normal y que por más mal que sonara nunca dejaría de existir. Lo que realmente molestaba al caballero era cuando aun sabiendo las emociones de las personas y que se tenía que hacer para mejorarlas, él no podía intervenir, no importara cuanto lo intentara, no importaba con quien lo intentara y sobre todo, no importaba cuan duro tratara de ayudar a la gente, al final él no podía intervenir. Este era el gran fallo de su poder, al poder percibir las emociones de los demás el automáticamente perdía todo derecho en tratar de hacer un cambio en estas y por lo tanto en la persona. Por lo tanto era obligado a ver como todas las personas a las que en algún punto llego a leer sus sentimientos, ser derrumbadas, tiradas, pisoteadas y en general ser destruidas, solo para que en algunos casos se volvieran a reconstruir y aprendieran de sus errores, en otros ser reconstruidos de una manera diferente y otros simplemente no podían carga con el peso que llevaban y la luz de sus ojos se iba junto con todo lo que conllevaba estar vivo. Todo, excepto una cosa, una cosa particular, con la que el caballero lidiaba todos los días, sus emociones, no importara que ya no hubiera un cuerpo físico o siquiera un alma, los sentimientos se quedaban y se apegaban a todo aquel con el que la persona hubiera interactuado de forma regular, todas las emociones se quedaban desde el amor hasta la furia, todas se apegaban a sus cercanos y de alguna forma, aunque pareciera estúpido, los muertos seguían vivos, su influencia seguía ahí y no se iría hasta que la persona a la que se habían unido también muriera.

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⏰ Last updated: Jun 07, 2017 ⏰

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