CAPÍTULO 6
Al llegar a la tienda de mascotas, me sorprendió ver que habían muchos tipos de comida para Ameshiro, pues nunca había estado en una tienda de mascotas. Shay se fue directo en donde exibían a los cachorros y comenzó a jugar con ellos, yo encambio me quedé leyendo que era la diferencia entre los paquetes de comida para cachorros. Mike notó lo que sucedía y se decidió a ayudarme, me dijo:
-Así que, ¿tienes un cachorro en casa?
-Sí.
-Y ¿Qué raza es?
-No lo se, es blanco, esponjoso, pequeño como de 2 o 3 meses.
-Oh, ya. Tal vez sea un West Highland Terrier, mira, -me enseñó un libro de canes que contenía imágenes e información de estos. Buscó a los West Highlands y señaló una imagen.- ¿Se parece a este?
Efectivamente era el.- Sí, es muy parecido (Solo que más lindo).
Sin vacilar escogió uno de los paquetes especiales para cachorros y se dirigió a la caja. Yo solo lo seguí porque no sabía lo que iba a hacer. Pagó el paquete evitando que le pagara lo que costó.
-Una dama no debe cargar esto.- dijo sonriendo.
Me quedé asombrada, nunca pensé que chicos como Mike existían. Solo había leído en libros que chicos como esos aparecían en la vida de princesas o plebeyas, pero no pensé que algo así fuera… tan real.
Dejé que el cargara el empaque y decidí darle algo a cambio, pero mientras Shay jugara y escojiera lo de su prima, yo tenía tiempo para pensar.
-Hermanita, ya debes apresurarte, pues ya es hora de comer y ya tengo un poco de hambre.
-¡Ya voy! Es que mira que pequeños y lindos cachorros.- dijo señalándolos.
Después se fue a la sección de juguetes y compró una pequeña pelota de tennis. Me extrañó ver que comprara algo así, porque las pelotas de tennis son muy rígido. Luego me dí cuenta que era para un labrador, porque recordé que una amiga mia tenía uno y le daba de esas pelotas.
Cuando terminó de comprar el juguete, noté de reojo que Shay observó a Mike, estaba cargando el paquete de comida para cachorros y le extrañó verlo así, supongo que nunca le ayudaba a cargar cosas a Shay. Nos dirigimos afuera y Shay dijo:
-Bueno, pues ya me tengo que ir, ¿Te vienes hermanito?
-No, yo tengo que hacer algo.- Dijo Mike haciendole una seña de despedida.
Shay se despidió de mi con un abrazo y me susurro:
-No dejes que el chico te haga daño, si te hace algo, dímelo inmediatamente.- y se despidió nuevamente con un breve "chau". Al irse, me decidí a invitar a Mike a comer, aunque no estaba tan segura, porque se supone que los chicos invitan primero, ¿no?, además era el chico que me gustaba, no debería parecer tan tímida.
-Esto… Mike, ¿Te gustaría comer en mi casa?- dije un poco nerviosa, pero me alivié un poco al aceptar sin titubear.
Me disculpé por hacerlo cargar la comida y por hacerle pensar que lo invitaba sólo para que la llevara a mi casa. Pero me animó al decir:
-No te preocupes, me alegra que me invites a tu lugar. De hecho, tengo algo que decirte.
Y eso fue lo último que le escuché decir, antes de llegar al departamento, en el que algo inesperado me iba a contar.
