Level One

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Sábado, 8:00 a.m.

-¡Son las ocho de la mañana! –grito una voz ronca del otro lado de la puerta, NamJoon paro de tocar la puerta tan eufóricamente como llevaba haciendo en los últimos 10 minutos– ¡Joder quien cojones toca la puerta a las ocho de la mañana!

Cuando YoonGi le dio la dirección se su casa resultaba que quedaba más cerca de lo que esperaba, así que no tardó mucho en llegar, además de que le había dicho al amargado de su compañero que estaría allí apenas y terminara, así que NamJoon esperaba que su compañero de trabajo fuera menos... YoonGi, esperaba que fuera más relajado al encontrarse en su propia casa, pero al parecer, se encontraba más irritante de lo normal.

-¡Qué diablos quieres NamJoon! –le grito en la cara una vez que abrió la puerta.

Llevaba el cabello extravagantemente verde, revuelto y despeinado, pareciendo más pasto que cabello, el YoonGi bien vestido había cambiado a uno fachoso, la camiseta blanca que llevaba el día anterior había cambiado por una negra sin mangas, el bonito pantalón negro había sido remplazado por un short y las botas negras por nada, iba descalzo, NamJoon no podía creer que sus pies fueran aún más blancos que el resto de él, a veces se ponía a pensar en YoonGi y en su palidez, no era normal que fuera tan blanco, talvez era un vampiro.

-No quiero molestarte YoonGi pero... –comenzó.

-Me estas molestando NamJoon –interrumpió.

-Pero –continuo sin inmutarse por su interrupción –Creo que tienes a mi hija contigo.

-Yo no tengo a tu hija con mí... Espera, si tengo a tu hija conmigo.

Se hizo a un lado en una invitación silenciosa a pasar, lo cual el más alto hizo y observo el departamento de YoonGi, el cual claramente era más grande que el suyo.
NamJoon al tener dos empleos de tiempo completo y una hija a la que cuidar no era precisamente ordenado pero al menos podía jactarse que lo estaba más que el departamento de YoonGi. Había latas de gaseosas tiradas por todo el lugar, varias bolsas de patatas estaban igualmente esparcidas por el suelo y el contenido de estas estaba sobre todas partes, se podía escuchar una melodía que NamJoon no conocía en la habitación, los cojines que supuso deberían de ser del enorme y solitario sofá negro, estaban esparcidos en el pasillo.

-¿Dónde está Hye? –pregunto mientras analizaba cuidadosamente el departamento, si lo que YoonGi había dicho fue verdad y mato a Hye NamJoon lo mataría a él.

-Está en el sillón –contesto con simpleza.

El más alto camino hasta posicionarse frente al sofá el cual era inmenso sin los cojines en él, Hye estaba dormida sobre esto, casi hecha bolita en una esquina del sofá mientras abrazaba a Fred.

-No jodas que la dormiste en el sillón –Dijo sin pensar. YoonGi se encogió de hombros.

-Ella se durmió allí –contesto con desinterés – ¿Qué podía hacer yo?

-No lose, talvez... ¡llevarla a la cama!

-¡Y dormir en el sillón! No gracias.

-¡YoonGi! Basta, olvídalo.

La discusión no iba a nada, así que decidió dejarlo ahí, después de todo Hye era tan pequeña que cabía en cualquier lugar. Así que simplemente NamJoon la tomo entre sus brazos y le acomodo en su brazo derecho como le era costumbre para que ella apoyara su cabeza en su hombro, Hye rápidamente se acomodó.

-¿Te dio problemas? –le pregunto con la voz baja para no despertarla.

YoonGi se encontraba en la cocina limpiando el desastre que tenía y NamJoon se acercó cautelosamente.

Hey, Daddy! ⇝ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora