Amor Extraño ||Hirogo|| En Edición.

Capítulo III

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El día comenzó soleado, las cortinas delgadas permitían el acceso de los rayos de sol, por lo que ayudo a que la joven azabache despertara.
Por otra parte, el sonido del timbre y golpeteos suaves en la puerta llamaban, la dama de llaves se dirigió al portón de la gran casa y abrió.

—Buenos días joven, ¿A quién busca? — la señora de una edad de 40 años cuestionó al adolescente.

—Soy Hiro Hamada, vengo por la señorita Gogo, ¿Esta en casa?

—Por supuesto, la llamare enseguida — hizo una pequeña reverencia y se marcho

Subió las escaleras angostas y llamó a la puerta blanca de la pelinegra, la voz de esta resonó...

—Señorita— golpeó con cautela— Buen día, un joven la está buscando.

Detrás de la puerta Gogo cuestionó un poco risueña.

—¿Qué?— los ojos rasgados se abrieron con amplitud— Buenos días, ¿Quién me busca? — se levantó de la cama para abrir la puerta.

—Se presentó en la casa hace ya unos minutos, es Hiro Hamada, mi señorita

— ¡Ah!— removió con su puño sus ojos— dile que estaré en un instante, y te pido una cosa más, por favor.

—Claro,¿ qué es señorita?

— No me llames señorita, por favor — hizo una pausa y estiró sus brazos hacia arriba— me hace sentir mal, como si fuera adinerada, solo dime Gogo.

La ama de llaves abrió sus ojos con sorpresa, y asintió con la cabeza.

—Esta bien, Gogo? — dijo un poco nerviosa.

— Así esta bien— cerró la puerta y se dirigió al armario.

Bufó y comenzó a pensar, "¿Cómo es posible que Hiro este en su casa?", un tanto nerviosa, busco lo primero que encontró para vestirse, era casual por lo que se sentía bien así.
Al bajar, vio a un azabache muy curioso quien veía las pinturas y retratos de su familia.

—Ajam— la muchacha aclaro su garganta para llamar la atención de su novio.

—Te ves hermosa, y Buenos días linda — rasco su nuca para tomar valentía y verla.

— Hola Nerd, no entiendo,¿ Cómo es que estás en mi casa?— camino hacia donde el adolescente estaba.

—¡Wow!, que cursi que eres — hizo una pausa para voltearse, ya que sus mejillas comenzaban a arder— ¡Ah!, es hora de irnos a clases, ¿nos vamos?

—¡Oh!, si si, a eso vine para llevarte a la SFIT.

—Bien vámonos — camino delante del chico para que este no vea su sonrojo.

Se marcharon de aquel hogar de Gogo, fijo su mirada al transporte en el que van a ir a sus clases, era la motocicleta de Tadashi, ahora como pasaron los años, Hiro decidió que es buena idea darla uso y que no se oxide.

— ¿A caso ya sabes andar en motocicleta?— cuestionó curiosa mirando al objeto— Vaya, que si haces el mantenimiento propio.

— Sí, decide que es preferible darla uso, por ello aproveche en aprender y darte esta sorpresa, ten un casco— le tendió el casco, que estaba diseñado especialmente— lo diseñe al gusto que creo que tengas.

— Es genial, creo que ya deberíamos irnos— se colocó para subir al transporte.

— Es-Esta bien, entonces sostente de mi — le otorgó una sonrisa mientras encendía la motocicleta.

Al ver "la sonrisa colgate", como Fred solía molestar al pelinegro, se paralizó su cuerpo desvió la mirada y abrazo del abdomen de Hiro, esto era curioso ella siempre manejaba su propia moto y abrazar de alguien, más si es su actual novio era algo nuevo.
Ayudo a Hiro asegurar la motocicleta y entraron deprisa al laboratorio compartido entre la pandilla.

—¡Hola chicos!, ¿Cómo amanecieron?— la energía positiva de la rubia era muy espléndida.

—Hola chicos, estoy muerto, mi espalda duele— mencionó Wasabi mientras se sentaba.

— Hola— saludo Gogo con frialdad mientras se colocaba en su puesto de trabajo.

— Hola mundo, muy bien diría, ayer estuve en una tienda grande que era fantástica — saltó de alegría Fréd — tenía muchos cómics nuevos.

—Hola, tuve un grandioso día ayer — miró Hiro a su actual novia.

Esta lo evadió y dijo rápidamente— deberíamos irnos ya, comenzará la primera clase.

Todos asintieron con la cabeza, salieron tan pronto del laboratorio general, y Hiro tropezó con una joven rubia.

—Hola, lo siento no te vi

— ¡Hola!, Hiro — sin previo aviso le dio un beso en la mejilla al saludarlo—¿cómo estás ?

—Estoy bien, ¿y tú?

—Ajam — resonó de la voz de Gogo— llegaremos tarde.

—Así, te presento a Gogo, es mi novia

—Así, vaya Hiro que linda novia, ¡Hola!, es un gusto en conocerte— la platinada extiende la mano pero Gogo no la recibe.

—Es un gusto— mencionó Gogo con un timbre de voz que hace temblar el cuerpo de quien la escuche

—¡Oh!, ok...

—Mm, bueno ya nos vamos, hasta luego—Hiro se llevó de inmediato a Gogo

Tan pronto como llegaron al aula de clases, el profesor Callang impartió el tema, para llevarlo más práctico, pidió a los estudiantes que relataran un momento difícil o crítico en su vida, ningun estudiante se ofreció, sin embargo una joven alzo su mano.

— Hiro, dime,¿ Quién es la rubia platinada ?— pregunta con seriedad la azabache, en tanto observa detenidamente a Hiro

—Mm ella era — pauso un segundo y continuó — Espera, ¿Estás celosa?

—¡¿ Qué estás...?!

— Señorita, hagamos silencio para escuchar a la señorita Arendelle, por favor

— Por supuesto — susurró — dime, ¿Quién es?

—Ella es...

El relato de la platinada comenzó, y todos pusieron la atención en ella.

— Soy Elsa Arendelle — suspiro bajo— quiero compartir mi experiencia, estoy segura que conocieron a Tadashi Hamada, era un gran hombre, camapñero y amigo, no hay ninguno como él— pauso para tomar una bocanada de aire— pero un trágico día él...— unas cuantas lágrimas brillaban en su rostro — lo perdí, Tadashi entró a salvar a abigail, lo consiguió, pero él permaneció allí, no pudo salir a tiempo — las lágrimas caían consecutivamente—él murió... lo siento, aún sigo buscando ayuda para superar su pérdida

— Lo lamento señorita Arendelle

— Descuide, ya paso, mientras más libere este sentimiento, sanare mis heridas

Gogo se quedo atónita, ¡como era posible que su mejor amigo haya conseguido una novia, y ahora que él se fue para siempre, había muchas preguntas!
Culminó la clase, por lo que arrepentida decidió hablar con Hiro.

—Disculpa Hiro, no pensé que era novia de Tadashi —Observó a este con detenimiento.

—Es culpa mía por no haberte dicho, pero...— pauso y su rostro marcó una sonrisa — ¿Estabas celosa?

—No es eso, cállate — se sonrojo y puso sus manos en los bolsillos —

—Entonces estabas celosa, por lo que si me quieres— comenzó a brincar su corazón de emoción.

—Hiro...

—Ok,ok, solo por que insiste lo haré

—Bien

—¿ Te acompaño a casa ?—cuestionó el pelinegro.

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