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Entre suspirando al café, aflojando un poco la corbata que rodeaba mi cuello y mirando al que se me cruzara con cara de pocos amigos.

Sentí los tibios bracitos de Jimin rodearme por detrás y me di vuelta, tenía una ancha sonrisa en sus labios y sus ojitos de alcancía brillaban con emoción, emoción que se disipó al ver mi mueca entristecida.

—¿Que sucedió?— pregunto, dándome cuenta de que se encontraba algo asustado.

Negué con la cabeza y apunte una mesa libre con mi barbilla, indicándole que le contaría luego de sentarme, el asintió rápido y fue como bala con sus piernitas hacia la barra, arrebatandole una taza a uno de sus compañeros para hacer mi americano.

Camine hasta la mesa y me senté de golpe en la silla, hundiendome en el hule color crema de esta y sacándome el pesado abrigo H&M que llevaba puesto.

Tamborilee con mis dedos la mesa, mirando por la ventana el soleado día. Y al sentir como Jimin dejaba mi café en la mesa y se sentaba al frente, suspire de nuevo.

—¿Por qué estás tan elegante?, ¿qué pasó?— pregunto el preocupado, resople y trone mis dedos, logrando que el arrugara su frente por el fuerte sonido.

—Hoy era el juicio...

Jimin abrió sus ojos como plato, al igual que su boca —¿Como te fue?

Me quede en silencio y evite su mirada, comenzando a jugar con mis dedos y temblando un poco, sin responderle en lo que conté como 3 minutos.

—Y-Yoongi... Dime como te fue...— escuche susurrar a Jimin, cayendo en cuenta que su voz estaba quebrada.

Levante mi vista y conecte mis ojos con los de el, las comisuras de mis labios bajaron y note como sus ojitos se aguaban lentamente, mientras apresaba su labio inferior con sus dientes.

—Gané.

—¡No!¡No puedes vo-!... ¿Que?— una lagrima caía por la mejilla de Jimin debido a su abrupta interrupcion, y me miró sorprendido.

—Gané el juicio— sonreí al notar que había caído en mi pequeña trampa.

El rostro de Jimin se contrajo en uno de indignación, y en pocos segundos lo tenía berrinchando a mi lado y dándome leves golpes en mi rostro y pecho.

—¡Idiota!¡No me hagas eso nunca más!— alargo la a y yo solo pude reír, mientras intentaba detenerlo y dejaba besos por sus mejillas que ahora estaban abultadas.




Sisisi, bien re tarde lo hice

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Sisisi, bien re tarde lo hice

AMЁRICAN COFFЁЁ ⸗ ᵞᵒᵒᶰᵐᶦᶰDonde viven las historias. Descúbrelo ahora