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Jimin había llamado muy temprano para avisarme que pasaría la tarde conmigo, lo cuál me animó en demasía, el bastardo ese me visitaba muy poco como para auto proclamarse mi mejor amigo, cosa que en realidad, era cierta.

Después de la llamada de Jimin recibí un mensaje de buenos días de Jungkook, que sin darme cuenta leí mil veces antes de responderle, aunque no recibí otro mensaje de vuelta.

Jieun se pasó un par de veces y la última fue para administrarme vitaminas y algo para la anemia. En ninguna de las visitas me dirigió la palabra más que lo necesario, ni me miró a los ojos, parecía estar enojada conmigo, pero bien podría ser una ilusión mía.

Decidi darme una ducha, tenía un tiempo que no tomaba una por mi mismo y ahora qué me sentía bien aprovecharía a consentirme un poco, me dolía el cuerpo de tanto estar en cama, y el agua caliente se sentía verdaderamente bien.

Mientras dejaba correr el agua para quitarme el jabón, noté hematomas de buen tamaño en mis piernas acompañados de pequeñas costras, igual un moretón de casi el tamaño de mi mano en mi costilla derecha, pero al tocarlo, no dolían. Hice una nota mental de comentárselo a Jungkook cuando lo viera.

Me observé un momento en el espejo, tenía ojeras muy profundas, mis clavículas y costillas empezaban a hacerse más notorias y estaba pálido, no me agradaba para nada mirarme, por lo que me puse rápidamente la pijama del hospital, (La cuál ya no era una bata horrible e incómoda como la de todos los pacientes, sino un pantalón y camisa de manga larga de algodón, que aunque no lo admitiera, había sido cortesía de mi ahora amigo y doctor Jungkook, podría acostumbrarme a tener un trato preferencial) y en cuanto terminé escuché como la puerta se abría.

Me sorprendí a mi mismo asomándome con apuro por la puerta del baño, esperando poder ver a un joven alto y de cabellera negra.

-¿Tanto deseabas verme? - Comentó Jimin divertido. Cargaba un par de bolsas en las manos y las dejó con cuidado en la silla cercana.

-Hola.- Salí del baño con pereza y mi amigo me abrazó, dándome una sensación cálida y reconfortante haciendo aparecer una sonrisa automáticamente por ambas partes.

-Perdón por no haber podido venir anteriormente, ya sabes, el trabajo. - Ambos nos dirigimos a la cama y nos sentamos. - Traje algunas cosas.- El mayor jaló una de las bolsas mostrándome el interior.- Mascarillas, cremas y todo eso, es fin de semana y mi mejor amigo está demacrado, y no puede acompañarme a bailar a algún antro, así quecompré todo esto especialmente para ti. Soy un santo, lo sé, no tienes por qué agradecer.

Ese es Jimin, dándose aires de grandeza cada que puede. Y aunque sé que viene a cuidarme y a hacerme compañía de buena voluntad, me dolió un poco el hecho de que desperdicie su fin de semana conmigo, en el hospital, en esta habitación con un insoportable olor a antiséptico, cuando podría estar haciendo lo que más le gusta en algún antro mientras liga con cada ser humano atractivo que se le pase enfrente.

-Gracias Jiminnie.- El nombrado frunció en ceño y se inclinó sobre mi, agarrándome por los hombros.

-Vamos hombre, parece que estoy hablando con uno de esos muñecos que le aprietas la mano y te sale una de sus 5 oraciones predeterminadas. -Me zangarreó levemente. - Me quedaré a dormir si es necesario para verte mejor, así que si quieres pasar una linda noche como la de hace unos días con tu doctorcito el ratoncito, más vale que cooperes y te la pases bien hoy.

-¿Cuándo te conté? - Jimin entornó los ojos y suspiró.

-Estás en las nubes, definitivamente. - Volvió a agitarme, pero esta vez más fuerte.

En eso Jieun entró a la habitación y su cara hizo una expresión graciosa al ver a Jimin agitándome, de inmediato sacó un pequeño aparatito que hizo un leve pitido, y seguido me miró algo espantada, al verme bien intentó separar el agarre que Jimin que tenía en mis hombros, a lo que este se moría de la risa.

L.L.A. ➺ j.jk + k.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora