No son mis recuerdos

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«And if you get the feeling you're watching after me,
well here's a clue, it's all just in my head»

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La habitación estaba vacía. Las cuatro literas le saludaron con indiferencia mientras suspiraba y se dejaba caer sobre la suya, aún dándole vueltas a los sucesos del día.

No entendía. Aún no entendía. Aquel dolor punzante se había instalado en su cabeza tras escuchar esas palabras, y no entendía. No podía pensar. No podía reaccionar. El dolor seguía taladrando sus sienes, como si algo quisiese salir, y no comprendía. No sabía por qué.

Fragmentos de la conversación rebotaban en los muros de su memoria, luchando por traer a flote recuerdos que ya no tenía. Una sonrisa traviesa, unos ojos de miel, una cabellera dorada. ¿Esos recuerdos eran suyos, o los había creado aquella tarde? Juraría...

"Voy a ir a por ti. Voy a traerte de vuelta". ¿De vuelta de dónde? ¿Y por qué había una parte de su ser que no cesaba de retorcerse y llorar cada vez que rememoraba esas palabras?

"Pueden ordenarte todo lo que quieran, y por muy hija de puta que yo haya sido contigo, tú seguirás protegiéndome, ¿verdad?" . ¿La había protegido? ¿De qué? Él sólo había seguido sus órdenes...

"¿Puedes hacerme un favor? Mírame a los ojos. Una sola vez". Y en aquella mirada de miel, se había perdido. Había buceado, se había hundido, se había ahogado. Y entonces había llegado el dolor de cabeza, el anhelo de un recuerdo. Los ojos le habían arrastrado, y había necesitado de toda su fuerza de voluntad para alejarse, para no correr hacia ellos y perderse para siempre en esa mirada que tanto lo llamaba, que tanto lo anhelaba, y que él tanto anhelaba...

Aún no lo entendía.

-Ah, estás aquí. ¿Qué tal la patrulla?

La puerta se abrió, y dos de sus compañeros rompieron el vacío y la indiferencia de la habitación, saludándose como era su costumbre con un golpe seco de cabeza. Los recuerdos que no eran recuerdos y las palabras que le taladraban las sienes se desvanecieron, dando paso a las máscaras blancas de sus compañeros de cuarto.

-Ah, hola -contestó, levantando con apatía la cabeza de la cama y dejándola caer de nuevo sobre la almohada apenas unos segundos después- . Extraña, supongo. ¿Vosotros?

-Se te ve con mala cara, K -G saltó sobre su cama, con la sonrisa dibujándose bajo la máscara- . ¿Algo raro?

-Podría decirse...

J clavó en él sus ojos inquisitivos, sentándose también en su litera, y observando a sus dos compañeros tumbados. No dijo nada, pero a través de la máscara, casi podía intuir la interrogación en su mirada.

No tenían nombres, no realmente. Ni los echaban de menos. Pero tras los tres primeros días de llamarse a base de "eh, tú", "vosotros", "el de ahí", y demás fórmulas similares, habían decidido diferenciarse entre ellos de alguna manera, aunque fuera por estúpidas letras que nadie sabía a cuento de qué venían.

-¿Y nos lo vas a contar?

-No sé si debería...

-Vale, señor misterioso... -resopló G, lanzándole una almohada a la cabeza- Para qué están los amigos, ¿eh? -ironizó.

Amigos... ese concepto no debería existir en su vocabulario. Aun tanto tiempo después, no estaba seguro de comprenderlo del todo. Pero alguna vez P se lo había oído decir a una de las arañas del desierto contra las que había luchado, hablando de unos compañeros a los que quería proteger por encima de sí mismo porque habían estado siempre a su lado, y ellos habían tomado la palabra para definirse. No entendía del todo su verdadero significado, pero fuese cual fuese, no podría ser muy distante a su relación, ¿verdad? Habían llegado el mismo día a la base, se habían conocido casi de inmediato (aunque por casualidad), habían sido destinados a la misma unidad (aunque eso se debió a un error en el sistema informático), y acabaron compartiendo habitación. Se habían puesto nombres. Eran cercanos, más de lo que se supone que deberían ser, y aunque hacía tiempo que no trabajaban juntos, seguían contándoselo todo y preocupándose los unos por los otros. Eso debía ser amistad, ¿no?

Danger Days II: The Aftermath is SecondaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora