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Querido Peter:
Hoy hacen mil novecientos noventa y cinco días desde que tus hermanos y tú desaparecisteis.
He tardado en escribirte porque acepté la proposición de Andriel, lo siento si te sientes traicionado por ello. Decidí darle una oportunidad para ver como fluía nuestra relación y mis sentimientos por él en los meses siguientes. Todo parecía ir bien. Era muy agradable estar con él y cada día sentía que me animaba un poquito más, que el dolor se hacía más soportable. Sin embargo, hace unos días, cuando me tocó y besó todo se fue por la borda. Fue mi primer beso en cinco años y me pilló muy desprevenida. Seguro que te preguntarás como un beso pudo estropear nuestra relación, pero ahora mismo te daré la respuesta.
Su beso no me hizo sentir nada. Fue un beso sin sabor, insípido. Sus manos acariciando mi cintura y tratando de ir más allá tampoco consiguieron hacerme sentir nada. Entonces, me di cuenta de que no hay forma de que pudiera estar con él. ¿Cómo puedo casarme, compartir su lecho y tratar de tener hijos con él si no soy capaz de sentir nada cuando me toca? No puedo entregar mi cuerpo a alguien que no me hará sentir jamás ningún tipo de placer, ni me hará sentirme amada y deseada. No puedo entregarme a alguien al que mi corazón no está dispuesto a amar, solo para tratar de concebir hijos y formar una familia. No puedo, es imposible, y más más teniendo en cuenta que tú con el más mínimo toque me hacías vibrar y con tu sola presencia me hacías quererte cada día un poco más.
Sé que casarme y estar para toda la vida con Andriel nunca me hará feliz, solo aliviaría un poco mi soledad y no puedo casarme solo por eso. No puedo traer hijos a un matrimonio sin amor y que encima para mí hasta se sentiría forzado, como una prisión. No puedo condenar a unos niños inocentes a una vida de infelicidad solo para tratar de aliviar mi dolor y no estar sola. No puedo, no sería justo, por eso he dejado a Andriel.
Además, me di cuenta de que en realidad no puedo estar con ningún hombre que no seas tú. Porque, Peter, grabaste demasiado a fondo tu toque y tu calor sobre mi piel, y tu forma de amarme sobre mi mente y mi corazón. Es imposible que alguien consiga hacerme sentir como tú lo hacías, tanto psicológica como físicamente. Ahora sé, gracias a ese beso de Andriel, que no hay hombre que pueda hacerme sentir placer o que pueda hacerme amarlo, más que tú.
¡Por Aslan, Peter! ¿Cómo lo hacías? ¿Cómo lo hacías para hacerme enloquecer con una simple caricia o un pequeño beso? ¿Cómo hacías para hacerme estremecer con solo un susurro en mi oído? ¿Cómo hacías para hacerme caer tan rápidamente? ¿Cómo hacías para hacerme sentir tanto placer, tanto deseo, tanta lujuria? ¿Cómo? ¿Y por qué estoy tan segura de que nadie más podrá hacerlo? ¿Qué tenía de especial tu forma de tocarme, de besarme, de hacerme el amor?
En realidad, ya lo sé. No había nada verdaderamente especial en ello. Simplemente, cuando lo hacías, tratabas de transmitirme el amor que sentías por mí y te asegurabas de buscar cada punto que me hiciera sentir bien cuidadosamente. Simplemente, tratabas de hacerme sentir mimada, deseada y amada. Simplemente, buscabas decirme con cada beso, caricia y movimiento cuanto me querías, cuanto te enloquecía y cuanto me anhelabas cada día. Justamente lo mismo que yo buscaba y trataba de hacer contigo.
Parece que me quedaré sola toda mi vida, únicamente acompañada por mis dragones y mis recuerdos de ti. Pero está bien, no me importa. No quiero forzarme a estar con nadie. No quiero tratar de sustituirte, porque, para empezar, es imposible. Porque eres como un diamante, Peter, ¿recuerdas? Eres brillante, deslumbrante, como el mismísimo sol, como la luz más hermosa. Eres resistente, duro, como el más bravo y fuerte de los guerreros, como el hielo más sólido. Eres puro, transparente, como la persona más honesta del mundo, como el niño más inocente. Eres indestructible, inmutable, como la magia insondable que rige Narnia y todos nuestros destinos, como mi amor por ti.
Así eres tú, Peter, como un diamante. Mi diamante.
Y por eso, es que siempre te elegiré a ti, aunque no estés.
Lo repetiré, así que no lo olvides: Te quiero como nunca volveré a querer a nadie, te añoro como nunca hice antes y te recuerdo como si nunca te hubieses ido. Y sobre todo, te espero. Te espero como la noche espera al día, como el invierno espera a la primavera, con los brazos bien abiertos y las velas encendidas, con mi corazón esperando volver a sentir tu amor y mi alma deseando volver a unirse con la tuya, para una vez más sentirse plena y completa.
Te esperaré siempre, Peter, mi rey, hasta el fin de mis días.
Con amor,
Freya.
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¿Qué os ha parecido lo que ha pasado al final con Andriel? Freya le dio una oportunidad porque realmente sabía que debía intentar seguir adelante y ser feliz, pero se dio cuenta de que no podía estar con él porque nunca iba a conseguir quererlo, ni la hacía sentir nada en el aspecto físico, y por lo tanto, nunca sería feliz a su lado.
Marie Weasley.
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Dear Peter ➳ Peter Pevensie
FanfictionCuando los hermanos Pevensie abandonaron Narnia por primera vez, después de haber reinado durante años, dejaron atrás a muchos seres queridos. Entre ellos, al Sr. y Sra. Castor, al señor Tumnus e incluso al propio Gran Aslan. Sin embargo, Peter dejó...