Cartas de Amor

Octava Carta

Sullivan.

Praga fue justo como loimagine, hermoso, nevado y lleno de gente.

Mi hermana y yo fuimos a todoslos sitios turísticos que puedas imaginar. La casa danzante, elreloj astronómico, el cementerio judío, y ese restaurant queaparece en el libro de la muchacha de pelo azul.

Fue perfecto, Sarah y Paulplanearon su boda en una iglesia preciosa, con vitrales y una cúpulapintada.

Durante los días que estuveallí conocí a un chico.

Karel, era lindo, aunque alprincipio lo ignore un poco, pero luego comencé a aflojarme.

Karel conocía los mejoreslugares en Praga.

Una noche en que Sarah y Paulse quedaron en el hotel y yo quería salir, Karel me llevo a unpequeño restaurant que tenia forma de castillo antiguo. Comimos, yme obligo a probar varios postres checos que eran deliciosos y luego,cuando ya era tarde en la noche, caminábamos por el puente de Carlosy tomo mi mano.

Luego puso su mano en micintura y comenzó a bailar conmigo. ¡En medio del puente!

Bailamos como en esa películasde época que me encantan y te hacen dormir. Luego reímos comolocos. Y salimos cada noche hasta la boda, a la que mi hermana loinvito, por cierto.

Karel era todo un caballero,era gracioso e inteligente y algo nerd. Me mostro su comicautografiado por Stan Lee.

Karel tiene una sonrisaencantadora y perfecta y un cabello rubio y muy suave.

Hubo un domingo en el que yoquería ir a la misa, en la catedral tras el puente de Carlos, mihermana estaba cansada y decía que no iba a entender nada, Karel mellevo y tradujo todo para mí.

Cada noche, al dejarme frentea mi habitación del hotel hacia una pequeña reverencia y besaba eldorso de mi mano.

Y Dios sabe que yo entraba ami habitación suspirando.

La noche de la boda entre conel vestido que Sarah había escogido para mí, era precioso, yextrañamente me gusto pues era rosado, y sabes cuando odio esecolor, tenía un pequeño cinturón negro en la cintura y resaltabami piel morena.

En la fiesta de la boda, Karelse paro frente a mí y me ofreció bailar, dije que si pues lohabíamos hecho varias veces.

Karel era checo, pero teníaun acento francés marcado gracias a que había vivido en Francia lamayoría de su vida. Mientras bailábamos me susurro con delicadezaque lucia hermosa y me sonroje.

El beso mi mejilla y luego sinaviso se acerco a mis labios. No nos habíamos besado nunca.

Karel besa de una manera dulcey calmada con delicadeza y una pizca de fiereza. Me tomo por sorpresay aun así continúe con ello.

Cuando regrese, me prometióescribirme una carta cada semana, dijo que los mensajes quitaban elsentimiento.

Pero aunque envió una cartacada semana, no parábamos de enviarnos mensajes a diario.

Así fue por meses hasta que,como sabes se mudo a New York y el día de navidad apareció ennuestra puerta y sin importar que estuviese en pijama me beso y mepregunto si quería ser su novia.

Una quizás, muyenamorada de karel, Allison.