La batalla contra la calor veraniega por ahora parece tener un claro ganador: el calentamiento global. Mi valor contra las bochornosas temperaturas se desvanece en cuanto cruzo la puerta de mi casa, donde el escudo del aire condicionado no me da cobijo.
Así que entre los treinta y dos grados mal llevados que vivo día a día entre monstruosos bloques de ladrillo y hormigón y mi estado temporal de empleada del hogar multitarea no he salido mucho de casa precisamente.
Mi hermano empieza las vacaciones el mes que viene, pero aún así pasa las tardes en casa y los fines de semana con su padre. Mi madre trabaja todo el día, por lo que me tiro prácticamente sola todo el día.
Además, quedar se ha convertido en tarea casi imposible. Por las tardes no puedo quedar a no ser que sea fines de semana, Lisa está cada dos por tres fuera de la ciudad con sus padres o de campamentos, Ela tiene entrenamientos o está fuera también, Rob en verano invierte los horarios para convertirse en un ser que duerme de día y mira vídeos y pelis de noche y Guille obviamente no está. En verano Nere y yo parecemos aburrirnos siempre pero no nos llamamos nunca, las cosas que tiene el destino. Jesse pasa la mayoría del tiempo entrenando, entre el gimnasio y el fútbol parece que se convertirá en un anabolicachas sin la parte de los anabolizantes, claro. Por las tardes está libre, pero cada vez me cuesta más seguir la estúpida filosofía de "dejar que fluya" que yo misma impuse a su alrededor.
Así que, en definitiva, ya no sé qué hacer con mi vida para que el aburrimiento no se apodere de ella. Intento hacer cosas productivas, leer, mirar todas las temporadas de Glee y Anatomía de Grey y, sobretodo, intentar no centrarme en cuán aburrido se está convirtiendo mi día a día.Ahora mismo estoy tirada en el sofá, un sábado por la tarde, con mi madre a la derecha y el aire acondicionado expulsando agradable aire frío, regocijándome en mi propia autocompasión, con ganas de comerme el mundo y sin embargo sin ningún lugar a dónde ir. Tan solo son las cinco de la tarde, me gustaría hacer muchísimas cosas pero no puedo hacer nada. Mi madre está agotada, no me deja ir sola a Barcelona y creo que ya no queda ningún plan divertido en esta ciudad por hacer. Podría ir a la librería, pero no tengo ni un mísero euro. Gajes de la edad.
-Juliet.
-¿Sí?
-¿En qué estabas pensando? Te he llamado tres veces. ¿Es que no me oyes hija?
-Oh, sí sí, perdona. ¿Qué me decías?
-Que si no has quedado con ninguno de tus amigos hoy.
-Nope.
-¿Que no hay nadie con quien puedas quedar?
-Lisa y Ela están fuera, Guille en Estados Unidos y creo que Rob está muerto.
-Qué bruta eres.
-¿Qué? Es verdad. El niño este creo que lleva sin salir de casa desde que fuimos a despedir a Guille al aeropuerto.
-¿Y Nere?
-Pff... No sé.-contesto encogiéndome de hombros.
-¿Por qué no sales con Jesse? Está aquí al lado.
-Hmm... Últimamente ha estado empleando su tiempo en estar igual de cuadrado que Zack Efron.
-Bueno, pues voy al baño. -Mi madre se levanta del sofá justo cuando suena el timbre. -Ya voy yo. -Oigo los pasos de mi madre mientras sigo tumbada en el sofá limitándome a respirar.
-Hmm... Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma.
-¿Quién?¿Zack Efron?
-¿Qué? No tonta. Jesse. Hola cariño, justo estábamos hablando de ti. Le estaba diciendo a Juls que por qué no salía contigo un rato, porque entra y mira, ahí la tienes, tirada en el sofá.
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Inadaptados
Teen FictionEsto es un mensaje para ti. Sí, para ti, para la persona que lo está leyendo. O bien... Más que un mensaje, una advertencia. Esta no es una bella historia de amor donde los protagonistas aprenden bellas lecciones. Sí, admito que la última frase es...