Two°

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—¿ParkJiMin? —Alzó el guiño.

—¡Sí! —Asintió con rapidez el pelinegro ante el sonido de su nombre.

—Entonces... —Aclaró su garganta— En tu historial dice que de todos tus empleos que has tenido, siempre te han corrido por mala conducta y holgazán... —Hizo una mueca y negó con la cabeza al observar los papeles.

Jimin trago saliva nervioso. Sabia que su historial era un asco, pero no creyó que se tomaran el tiempo de leerlo o bueno al menos en sus antiguos empleos nadie lo hacia.

—Prácticamente, no eres bueno en nada. —Juntó sus papeles para dejarlos de un lado sobre el escritorio.

—Amm... —Jimin apretó sus pequeñas manos con fuerza. Sentía que no podía inhalar el aire y no sabía si eran por lo nervios o por la estúpida corbata que le apretaba hasta el culo.

—¡Bien! No creo que necesitemos a una persona como...

—¡No, por favor! —Suplicó Jimin poniendose de rodillas frente el escritorio.

El rubio alzo el ceño sorprendido, aunque no por ello quito la cara de amargado que traía. Observó a ParkJiMin, quien se encontraba se rodillas suplicando con la manos. YoonGi lo hubiera corrido de inmediato, no era alguien que soportara esa clase de “teatritos” pero no pudo evitar fijarse en la delgada tela que cubría las grandes piernas del antes mencionado. YoonGi creyo que la tela se rompería en cualquier instante y no, no era algo que le desagradara. Las piernas de ese chico definitivamente le causaban algo en su interior.

—¡Levantante! —Ordenó con voz grave el rubio.

Jimin asintió avergonzado y colocó su estorbozo y gran trasero sobre la silla negra y sintetica que contenía a un lado de él. Se sintió un poco sudoroso y asfixiando. Quería desabrochar su corbata. ¡Demonios olvidalo! Quería quitarse por completo el traje y salir corriendo de ahí.

—¿Por qué debería contratarte? —Se cruzó de brazos mirando discretamente las piernas de este.

—¿Disculpe? —Respondió nervioso Jimin. Era un completo estúpido y lo sabia, pero ni siquiera el se comprendía a si mismo. Jamás se había comportando de tal manera. Ni siquiera cuando accidentalmente en la escuela primaria rompió sus pantalones y todos le hicieron burla durante todo el año escolar.

—Sí, “ya sabes..,” —Aclaró su garganta— ¿Para qué eres bueno? Eres capaz de...

—¡Lo que sea! —Completó Jimin sonriente— Sé que no soy muy listo, ni muy sorprendente... —Agachó la mirada—, pero sé que no se arrepentirá si me da la oportunidad de trabajar aquí. —Lo miró fijamente a los ojos.

—Bien... —Sonrió satisfecho el rubio— Pero, antes deberás firmar un contrato. Uno diferente de cualquier otro empleado, ¿Estaras de acuerdo?

—¿Un contrato diferente? —Alzó el guiño— Y de qué tratara... —Preguntó curioso el pelinegro, mientras que por otro lado su jefe estaba más que sonriente.

THE OFFICE ▶ [•YOONMIN•] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora