capitulo 2

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George

Temperatura: -9.5 °C

Deje a la chica en el piso del patio trasero y atravesando el bosque, su cuerpo hizo un solo leve rastro en la nieve, desde su mundo, y hacia el mío. Lo vi pasar, no lo detuve. Ese había sido el inverno más frío de toda mi vida, día tras día a través de un inútil sol y el hambre, esa hambre que quemaba y era insaciable. Ese mes, nada había pasado por ahí, el suelo se había convertido solo en hielo, en una imagen desoladora. A uno de nosotros le habían disparado mientras trataba de robar la basura de alguien, así que el resto de la manada se quedó en el bosque y… lentamente moría de hambre, esperando por el calor y el regreso de nuestros viejos cuerpos. Hasta que ellos encontraron a la chica, hasta que atacaron.

Ellos la rodearon, gruñendo y ladrando, peleando por ser los primeros en matarla. Lo vi, vi sus miradas radiantes de impaciencia, los vi empujar su cuerpo de un lado a otro, levantando la nieve debajo de ella, vi músculos salpicarse de rojo, y aun así, yo no lo detuve. Yo tenía un alto rango dentro de la manada, Beck y Paul se habían asegurado de eso, así que pude haberlos interrumpido inmediatamente, pero me quede detrás, temblando por el frío y la nieve. La chica olía a calor, humana sobre todo, ¿Cuál era su problema?, si ella está viva ¿por qué no estaba luchando? Podía oler su sangre, un aroma cálido y brillante dentro de este mundo muerto y frío. La vi sacudirse, mientras ellos rompían y despedazaban su ropa. Mi estómago se retorció en dolor, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había comido. Yo quería estar ahí junto a Salem y pretender que no podía oler su humanidad o escuchar sus suaves gemidos. Ella era tan pequeña debajo de esta selva que nos pertenecía.

La manada acercándose y tirándose encima de ella, queriendo intercambiar su vida por la nuestra, con un gruñido y mostrándoles mis dientes los empujé, Salem me gruñio también, pero yo era más fuerte que el a pesar de mi hambre y juventud. Paul me rodeo, amenazante, tratándome de hacerme retroceder.

Me pare junto a ella, y la encontré inmóvil, viendo hacia arriba, al infinito cielo, con ojos distantes tal vez estaba muerta. Puse mi nariz dentro de su mano, el aroma en su palma que era de azúcar, mantequilla y sal me recordaba a otra vida, y entonces vi sus ojos, despiertos, con vida. La chica me miró fijamente, su mirada sostenía la mía, con una terrible honestidad, dí un paso atrás, retrocediendo. Comencé a temblar de nuevo, pero esta vez, no fue la ira la que atormentaba mi cuerpo, sus ojos en los míos, su sangre en mi rostro. Me estaba cayendo a pedazos, desgarrándome por dentro y por fuera. Su vida, mi vida. La manada se movió detrás de mí, fatigada. Me gruñeron, ya no era uno de ellos. Y también le gruñían a su presa, yo pensaba que ella era la chica más hermosa que había visto. Un pequeño ángel en la nieve y ellos iban a destruirla. 

Entonces la vi, la vía a ella de una manera en que nunca en mi vida había visto antes y. . . los detuve.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2014 ⏰

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Temblor  ( george y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora