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—¿Podrías dejar de verme, Taehyung-ah?— Se queja la pelinegra al final de la clase de matemáticas. El timbre suena, indicando la hora del almuerzo. Minha iba a realizar su rutina de siempre, esconderse en sus audífonos hasta que alguna idiota se harte de que la esté ignorando, se lo arranque y junto su grupito se la lleven al baño para golpearla. Aún sentía las patadas en su estómago del día anterior.

Pero, la pelinegra no se esperaba que fuera Taehyung quien le quitara el audífono cuidadosamente.

—¿No vas a comer?— Le pregunta con curiosidad el castaño.

—No como en la escuela.— Le responde, Tae hace una mueca.

—Aún faltan tres horas para salir de clases, ¿no te dará hambre?— La voz preocupada del castaño la desconcertó, haciéndola fruncir el ceño, para luego negar hacia él.

Taehyung asiente, saca su cartera de su mochila y se levanta para salir del aula, seguramente en dirección a la cafetería. A pesar de que Taehyung tenía buenas intenciones, pues planeaba comprar comida para él y para Minha, dejar a la pelinegra sola fue un grave error.

—¿Qué parte de "deja a mi TaeTae en paz" no te ha entrado a la cabeza?— La voz chillona de Haneul no se hizo esperar apenas Taehyung abandonó él salón, y Minha sabía lo que se venía. Sooyoung tomó su brazo izquierdo y Haeri el derecho, levantando a Minha de su asiento y arrastrándola, como usualmente, al baño de chicas, el cual se encontraba vacío, tirando a la pelinegra al suelo.

—Que le digas "TaeTae", de por si ya muestra lo ridícula que eres y lo desesperada que estás.— Primera cachetada, y un par de patadas. —Yo por lo menos no necesito kilos de maquillaje para ocultar lo podrida que estás por dentro.— Segunda cachetada; usualmente por provocarlas es que termina mas golpeada de lo usual, pero si las palabras eran sus únicas armas, Minha se iba a defender como pudiese.

La confusión de Taehyung fue bastante grande al no ver a la pelinegra en su sitio. Había comprado dos jugos y dos rebanadas de pizza para que la chica comiera con él, pero había desaparecido; así que se sentó a comer, sin conocimiento de la golpiza que estaba recibiendo Minha en los baños.

Hacía bastante tiempo que no la golpeaban de esa forma, sus palabras y actitud altanera habían logrado alterar a Haneul, por lo que, cuando sonó el timbre, le costó más de lo normal levantarse e ir a clases.

En su mejilla estaba la marca roja por las cachetadas, su labio tenía un pequeño corte, y su abdomen, espalda, brazos y piernas ardían al hacer movimientos. Así que se quedó en el baño, hasta que pudiera levantarse e irse.

Pero no le dio tiempo, ya que Hyeji, una pequeña chica pelirroja, llegó al baño, y corrió a socorrerla para llevarla a la enfermería. Y por más que Minha se negó, Hye la llevó.

Los nervios de Taehyung estaban al tope; ya casi salían de clases y la pelinegra no había llegado al salón. Recogió sus cosas junto a las de Minha cuando el día terminó, dispuesto a buscarla.

Pero no tardó mucho en encontrarla, en su mejilla izquierda había un gran moratón, y le costaba caminar, iba con ayuda de Yoongi, el pelinegro que la había traído a clases. Éste vio primero al castaño, reconociendo la mochila de la chica.

—¿Qué haces con el bolso de Minha?— Le pregunta, acercándose para arrancárselo del hombro, la chica regaña al pelinegro con la mirada, y Tae le muestra el jugo y la pizza en la servilleta que usó para guardarla.

—Te compré comida, pero desapareciste y ahora estas golpeada, ¿Qué fue lo que pasó?— Pregunta rápidamente, temiendo que la chica lo interrumpa como siempre. Minha deja un pequeña sonrisa, para tomar de las manos del castaño el jugo de piña, su favorito.

—Tomaré el jugo, pero no la pizza, ya que seguramente está fría. Gracias Taehyung-ssi.— La sonrisa de la chica desconcertó al pelinegro a su lado, pero logro su cometido con el castaño, que sonriera, olvidando que ella estaba golpeada, por su culpa. Aun que solo por unos segundos. La sonrisa de Tae desaparece al ver de nuevo el hematoma en su mejilla.

—¿Qué te sucedió?— Pregunta nuevamente Tae. Yoongi, quien se mantenía callado, notó la incomodidad de la chica, decidiendo sacarla de ahí.

—Oye, Taeyang, o como sea...

—Taehyung.— Le corrige el castaño con la mandíbula apretada.

—Eso, Tinhyun, en fin, nosotros debemos irnos, así que, adiós.— Se despide con una sonrisa sarcástica, colgándose la mochila blanca de Minha en el hombro y obligando a la chica a caminar.

—Hiciste aposta lo del nombre, ¿verdad?— Pregunta burlona la pelinegra cuando ya están en el auto.

—Tal vez.— Responde el pelinegro, con una sonrisa hacia ella, sacando el auto del estacionamiento.

¿me odias? • kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora