Capítulo Dos: Ducado de Reihenhal

600 24 2
                                    

El camino aún es largo, Eleanor no deja de pensar en el daño que causó en aquel joven, por lo que la tristeza en sus ojos es notable. La carroza continúa su camino, el valle en el que se encuentra es amplio, casi como un mar, como si no tuviese fin. Los días pasan, el sol y la luna parecen ser iguales ahora, no se sintiera la diferencia, y la joven pasajera aún derrama lágrimas sin parar.

Entonces el carruaje se detiene, la última parada antes de llegar a Reihenhal, el pueblo de Rommill, allí descansarían y al amanecer cruzarán las colinas que los llevará hasta el Ducado. Esta vez, el escolta de Eleanor se queda haciendo de guardia en la puerta para evitar que ella salga o alguien entre, entonces la joven solo puede apreciar el pueblecito desde la ventana de su habitación, en un primer piso de una pequeña posada.

Un joven vendedor de libros, de ropas viejas pero rostro alegre, desde su humilde puesto de ventas logra divisar a aquella hermosa mujer en la ventana, así como la tristeza en su rostro. Decidido, se acerca a ella con la intención de subirle el ánimo - Buenas tardes, mi querida damisela, dígame ¿Le gustaría comprar un libro? -. Eleanor mira al joven, algo sorprendida por la manera en que se presenta, y de en tono melancólico le dice - Bueno, lo haría con gusto, pero no tengo dinero-.

El vendedor le contesta - Pues, hoy debe ser su dia de suerte, ya que por tratarse de alguien tan hermosa le daré un libro gratis-. Eleanor se sorprende más al escuchar tan amable oferta - De acuerdo, ¿Qué tipo de libros tiene?-. El joven saca un pequeño catálogo, y comienza a nombrarlos - Verá, que tengo justo el que necesita, está "El gato que aulla"; también tengo "¿Cuánto calza un gnomo?"; si ese no le parece, pues le ofrezco este "El primer hombre en lamer su codo" ¿Qué tal? ¿Acaso no son de la colección más fina?-.

Eleanor comienza a reír al escuchar el nombre de los libros - ¿No tienes algún otro? -. Le pregunta al vendedor un poco más entusiasmada, y él le responde - Por supuesto, mire qué le parece "Desperté casada con el bufón"-. Al escuchar ese título, la risa de Eleanor desaparece, vuelve a bajar la mirada al saber que mañana se casará con el duque de Reihenhal. El joven al notar la triste expresión de su bella clienta le dice - Veo que mis libros no pueden subirle el ánimo, ¿Le parece salir a dar una vuelta en el pueblo? Es pequeño, pero tiene su encanto-.

Eleanor mira al sonriente joven, duda sobre si debe aceptar, no quiere que algo como lo de Cornelius vuelva a suceder - Bueno, me gustaría conocer el lugar, pero tengo prohibido salir... mi padre, él... dejó la puerta bien cerrada, lo siento-. El vendedor entonces toma gentilmente la mano de Eleanor y le responde - Pues, salga por la ventana, su padre no se dará cuenta-. Ella lo mira, ve un rostro de amabilidad y honestidad, atraída por eso, acepta acompañarlo y sale por la ventana.

La Recompensa del DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora