Capitulo 1

3 0 0
                                    


¿Alguna vez se sintieron intrusos en su propia familia? ¿Un eterno invitado en tu propia casa?. Yo me sentí así siempre, o al menos desde que empecé a crecer.

Cuando tenia 6 años, mi mejor amigo, mi héroe, mi todo, Charlie, mi padre, murió. Era una niña pequeña y como es común, mi familia se preocupó por mi y se ocuparon de mi. Mi madre y mis hermanos mayores, al principio, estaban siempre para mi, me trataban como si fuera su dulce princesita y creía que siempre sería así, fue duro, pero con el tiempo la vida me demostró que estaba equivocada. Unos años después, para mi sorpresa, comenzaron a distanciarse de mi como si ya no los necesitara, y no era así, aún era pequeña, aún no había superado la muerte de papá, de hecho, nunca lo hice.

Mamá me daba todo, me compraba juguetes, me llevaba a la escuela, pero siempre noté que lo hacia como si fuera un trabajo, tan solo una tarea que debía cumplir, pero cuando se trataba de mis hermanos, ella de verdad parecía amarlos. Mis hermanos no eran perfectos, pero mamá los amaba así, ella los veía perfectos, sus ojos brillaban cada vez que hablaba con mis tías sobre la carrera de abogacía que Ronnie había iniciado, o como James era un excelente estudiante de periodismo, sin embargo, nunca hablaba de mi, nunca le brillaban los ojos cuando se trataba de mi, yo solo era un trabajo, una carga que ella debía llevar, tan solo eso.

Hacia de todo para impresionarla. Iba a natación, era la mejor de mi clase, hacia dibujos hermosos, era una excelente artista, con tan solo 12 años empecé a escribir novelas cuando todos los niños de mi edad comenzaban a salir a comer pizza o las niñas hacían pijamadas con amigas todos los fines de semana. Casi no disfruté de mi infancia, porque gasté todo mi tiempo en tratar de impresionar a mamá, sin embargo, nunca fue suficiente.

Nunca obtuve un "estoy orgullosa de ti", nada, ni siquiera un abrazo.

Estoy segura que cualquier persona habría crecido creyendo que el amor no existe, y aunque muchas veces consideré esa teoría posible, en el fondo, siempre creí en el amor. Creía en el amor porque veía que mamá amaba a mis hermanos, creía en el amor porque yo amaba escribir y dibujar, creía en el amor porque alguna vez papá me había amado a mí.

A los 13 años conocí a las dos personas que terminaron siendo las más importantes de mi vida hasta ahora. Adam y Derek.

Un día de tormenta había discutido con mamá, fui a la escuela y me encontré con que casi nadie había asistido a clases, el establecimiento se encontraba casi vacio y ahí fue cuando vi a Derek.

Yo estaba triste, con los ojos llorosos y mi mente en otro sitio, cuando de pronto, mis ojos se encontraron con una mirada verdosa llena de preocupación, nunca nadie me había mirado así.

— ¿Te encuentras bien? ¿Pasó algo? — me preguntó el chico de ojos verdes y cabello castaño claro, largo y ondulado.

— Estoy... bien — respondí extrañada, no nos conocíamos, pero realmente parecía preocupado por mí.

— Me llamo Derek — estiró su mano hacia mi.

— Rebecca... Becca — estreché su mano. Estaba nerviosa, no era buena socializando y no era de extrañar nunca había tenido amigos... hasta ese día.

Derek y yo nos volvimos inseparables desde entonces. Yo iba donde él iba y viceversa. Cuando alguien me veía, automáticamente buscaban a Derek con la mirada, sabían que no podría estar muy lejos mío. Su amistad se convirtió en todo para mi, la única razón por la cual me levantaba en las mañanas.

Cuando estaba con Derek, hasta ir a la escuela era divertido. Reíamos de cualquier cosa, teníamos todo en común. Él decía lo que yo estaba pensando antes de que pudiera abrir la boca, él entendía todo lo que me pasaba por la cabeza sin que yo tuviera que explicárselo, los dos eramos uno.

Nuestra amistad comenzó a crecer, a hacerse más fuerte, cuando empecé a hablarle sobre mi familia, sobre mi papá. Pude descargarme con él, pude finalmente sacarlo todo afuera, pude hablarlo con alguien y fue purificante para mi alma. Y aunque nada en mi familia había cambiado, tenía un gran amigo, la clase de amigo que todos quisieran tener, yo estaba empezando a vivir de nuevo y eso nada podía quitármelo, o al menos eso creía.

Su infancia no había sido muy feliz, al igual que la mía, así que un día me propuso que volvamos a reescribir nuestra infancia juntos, aunque tuviera 14 años y él 16, yo acepté. Jugábamos a ser niños pequeños. Íbamos al parque a hamacarnos, nos colgábamos de los árboles y en ocasiones, acampábamos en la noche en el patio de su casa, mirábamos las estrellas y jugábamos a unirlas para formar cosas.

Todo era perfecto, hasta que llegó el día en el que supe que iba a perderlo.

Derek iba a mudarse el próximo año, y no solo de casa, no solo de ciudad, iba a irse, lejos, a otro país completamente diferente, iba irse a Italia. 

Él tenia familia viviendo allí y podían ofrecerle a su madre y a él unos excelentes puestos de trabajo y yo no podía negarle esa gran posibilidad que le estaban dando, así que fingí estar feliz por él, de hecho, una parte de mi lo estaba, y la otra parte, la egoísta, no podía evitar caerse a pedazos, lo quería para mí, lo iba a echar mucho de menos. 

Claro que no servia de nada, jamás podía fingir cuando se trataba de Derek. Siempre parecía leer mis pensamientos, estaba atento en todo momento, sabía cuando algo malo pasaba sin que tuviera que decirselo y algo realmente malo estaba empezando a suceder, ambos lo sabíamos. 

Una tarde, cuando me encontraba realmente triste por una fuerte pelea con mamá conocí a Derek, y aquella noche, cuando estaba triste porque Derek pronto se marcharía, conocí a Adam.

Mejor conocido por mi como AdamRider22. Su nombre de usuario en el chat.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 30, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Bittersweet Home [ Agridulce Hogar ]Where stories live. Discover now