Capítulo 42

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POV TRISH

Escuché ruidos de fondo. Todo estaba oscuro. Tenía la mente en blanco, no sabía ni dónde estaba ni qué estaba pasando. Al cabo de unos segundos fui consciente de que me había quedado dormida. La luz de la televisión chocó con intensidad contra mis pupilas al abrir los ojos. La película ya había acabado y me había quedado sin ver el final. Odiaba eso y sobre todo que pasara en películas que me gustaban. Estaba apoyada en el hombro de Louis, hecha una bola, al lado de su cuerpo. Giré la cabeza con suavidad y descubrí que él también se había quedado dormido, con la cabeza colgándole hacia el otro lado. El flequillo le caía en cascada por la frente y su pecho subía y bajaba lentamente, llenándome de paz y tranquilidad. ¿Cómo así podía parecer un ángel así y que estuviera lleno de demonios por dentro? Su piel, su olor, la suavidad de su rostro, todo parecía estar hecho por los dioses, sin embargo, había cogido el camino equivocado y se dirigía cada vez más directamente al infierno. Si seguía peleándose o consumiendo droga su olor cambiaría, su rostro dejaría de ser suave y se volvería áspero y su piel se iría demacrando y quedaría cubierta con moratones y heridas. Estaba jugando con fuego, y nunca mejor dicho.

En mi corta vida había aprendido que las personas que habían sufrido mucho, aunque en el pasado hubieran sido buenas y modestas, se convertían en auténticos capullos. El dolor que habían experimentado había sido tan fuerte que había destruido todo lo bueno que tenían dentro, toda alegría, todo rastro de felicidad, todo ello había sido reducido a polvo y la vida la comenzaban a ver de forma diferente, exactamente como la veían los primeros seres humanos: o pisas o te pisan. Había comprobado que ese se convertía en su lema de vida y les daba igual a quién pisaban por el camino con tal de que ellos llegaran sanos y salvos a la cima.

Me costaba reconocerlo, pero Louis me recordaba a mi padre. Los dos habían sufrido, habían escogido el camino equivocado porque no habían conseguido enfrentar el dolor de su pasado y uno ya sabía cómo había acabado. No quería que Louis acabara igual.

Miré el reloj, el cual marcaba las nueve y media. Era relativamente pronto todavía. No quería despertarle. Al igual que yo, parecía cansado. Alcancé el mando sin hacer movimientos muy bruscos y lo cambié a Buscadores de Fantasmas, que acababa de empezar. Estuve un rato viéndolo hasta que lo sentí removerse contra mí. Cambió de posición, colocándose de lado y abrazando mi cuerpo con un brazo. Su cabeza reposaba en el hueco de mi cuello y mi respiración provocaba que el pelo de la coronilla se moviera con suavidad.

-Louis, sé que estás despierto- murmuré.

Él no me contestó. Se estaba haciendo el dormido pero no podía estarlo. Había hecho un movimiento demasiado brusco para no haberse despertado.

-Louis...- repetí.

-No, aún estoy dormido.

-Oh vaya... entiendo- dije sarcástica. Él abrió lentamente un ojo y lo volvió a cerrar. Los párpados aún le pesaban para dejarlo completamente abierto.

-Encima ¿estás viendo esta mierda otra vez?

-Anda, vámonos a dormir a arriba- él se volvió a remover, encogiéndose de piernas.

-Pero es que yo no quería dormir- se quejó como un niño pequeño.

Fast: IncinerationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora