Lexa
Clarke se prestó para ayudar a Dietrich a sepultar el ataúd de nuevo, calculé todo para llegar al cementerio durante el cambio de guardia. En la última década se habían corrido rumores sobre la profanación de tumbas por todo el Reino Unido, pero en los noticiarios no se le daba la importancia que merecía porque no era conveniente para ninguno de los que estaban arriba. En las noticias se tocaba el tema por encima.
No me vino nada bien descubrir que la tumba de mi madre había sido profanada, ¿para qué querría alguien traerla de vuelta? Si lo hicieron Agentes directos o indirectos de Los Sabios, ¿cuál vendría siendo el motivo? ¿Usarla de vasija de algún ente demoníaco?
—¿No quieres que cavemos en la de tu padre, Heda?—preguntó Dietrich tomándoselo a broma, hice una mueca y luego le saqué el aire de un golpe en el estomágo—. Qué delicada.
—Esto es delicado, Dietrich. Mi hermano y Raven están con ella en este momento, y no es un alivio que Franco los esté acompañando—dije. Clarke veía la lápida con un aire melancólico—. ¿Te sientes bien?—la interrogué, ella me miró.
—Eso debería preguntarte yo—respondió mirando de reojo a Dietrich.
—Tuve un choque emocional cuando llegué a mi apartamento esa noche y la vi, Aiden estaba feliz porque mamá había vuelto de la muerte pero yo estaba confundida, no sabía cómo debía sentirme. Y lloré en sus brazos, me rompí delante de ella, Clarke, delante de esa.....—Me agaché con las manos en la cara, Clarke hizo lo mismo y las retiró.
—¿Pueden devolverle la vida a alguien con Alquimia? ¿Ustedes tienen maestros de ese tipo?
—No, y sí—respondí dejándome caer sentada en el suelo—. La familia Tramell se encarga del control de la historia del mundo, no sólo somos guerreros, el Brazo Armado dentro de la orden de Los Trece Linajes, sino que somos Historiadores, Escribanos. Y Maestros de la Magia a partir de la Alquimia. Hubieron muchos Alquimistas en mi familia que enseñaron a los miembros de los otros linajes. Dentro de la Armada hay quienes estudian para ser Alquimistas, yo no lo hice, no me llamaba la atención, sin embargo, antes de que mi abuelo muriera yo había escuchado que habían usado a niños para experimentar con magia alquímica antigua, levantar a los muertos. Era un rumor, pero sonaba muy fuerte entre las filas de la Armada así que quise investigar, volví a la casa de mi abuelo en diciembre para verlo y para buscar entre sus cosas alguna evidencia sobre lo que se decía. No lo dudaba, pero Horace no permitiría que siguiera usándose ese tipo de magia dentro de su Armada, revivir a los muertos era algo que se le había prohibido a nuestros Alquimistas. No pude enterarme de la verdad sino hasta después de su muerte cuando llegó a mí una cantidad de documentos, libros, grimorios, archivos de vídeo, mucha información que Horace le ocultó a Los Sabios para que luego pasara a mí de ocurrirle algo a él; y en uno de los primeros vídeos que vi se mostraba cómo asesinaron a varios niños por ahí por los años noventa, y practicaron en ellos la resurrección por medio de alquimia, una resurrección inmediata, pero sólo funcionó en un niño, los demás quedaron muertos. Horace había dejado que pasara—narré decepcionada.
—¿Con qué intención?
—Tienen esta obsesión por vencer a la muerte que es ley de Assiah, no importa qué clase de inmortalidad obtengan siempre no será una inmortalidad perfecta. Tendrán debilidades como los Blood Drynka, que mueren a causa de la maldición de la Luz de Día. La muerte siempre será parte de Assiah, el culto a ella, a la violencia, siempre ha existido y existirá.
Me levanté. Y nos marchamos.
No quise revisar la tumba de mi padre porque estaba segura de que sus restos seguían allí, ninguno pudo liberarse de las ataduras de este mundo y volver a Casa. Era difícil hacerlo, era difícil salir de aquí, pero tenía confianza en Octavia.
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Proyecto Ambrosía© (Clexa AU-Español)
FanfictionSiento pena por la humanidad, viven en completa ignorancia, ha sido su decisión Siento pena por su descuido, ha sido su decisión Siento pena por el durmiente estado en el que están, ha sido su decisión Si supieran la Verdad que se les oculta ante su...