1. Propuesta de trabajo

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Llovía. El viento azotaba la ventana fuertemente, y las gotas de agua golpeaban el vidrio.

Esa mañana, Ainhoa tenía una importante junta de trabajo. Su jefe, el señor Norris la había llamado para informarle una serie de cambios en la oficina.

Aún desnuda, se levantó de la cama. La noche anterior, Michael Parker la había azotado fuertemente en la cama. El era su asistente en la oficina, donde trabajaban. Se conocieron en un viaje escolar en preparatoria cuando tenían apenas quince años. Su sorpresa fue mayor cuando se volvieron a ver en la universidad. Eran dos jóvenes y sus mentes hicieron clic al instante, y se entendieron al año de conocerse. Con el paso de algunos años mas, formaron una complicidad increíble.

Parker era un hombre felizmente casado con una joven contadora, y la madre de sus tres hermosos hijos. Una niña y dos pequeños traviesos gemelos.

-Ya es tarde, tenemos que ir a trabajar.

-Por favor Baby, apenas son las 7:00 a.m.

-Mueve ese trasero ya, tenemos que estar en una hora en la oficina. El gefe me llamó para decirme que habrá junta.

-Mejor quedemonos acostados un rato mas...

Michael llevó sus brazos alrededor de la cintura de Ainhoa y ésta le dio un codazo en el abdomen para que quitara sus manos de su cintura.

-Deja de molestar, tienes que ir a ver a tus pequeños, y yo al señor Norris.

-De acuerdo, primor, pero como se te ocurra enredarlo en tus cuentos...

-Cierra la boca-le cortó dándole un beso en los labios-, no tengo tan mal gusto, te recuerdo, tan solo quiero ser eficiente en mi trabajo.

Michael se colocó los pantalones y la camisa.

-Me encanta que seas tan profesional.

Hizo otro intento de rodearla entre sus brazos.

-Es por eso que esto que tenemos no lo quiero confundir con el trabajo, los dos sabemos perfectamente que entrando a Weltfrau yo soy solo tu jefa y tu mi asistente.

Michael asintió con la cabeza.

-Caray-exclamó indignado-, parece que no me conocieras desde hace siete años.

Ainhoa se dio la vuelta y le acarició la mejilla con ternura.

-Esto tiene que parar, Michael...

-No...-la interrumpió-... Ni lo digas, yo no podría...

-Si, si puedes-puso su dedo índice sobre su boca-. Tienes que poder. Hazlo por tus hijos, además viene uno en camino.

-No me imagino una noche sin dormir a tu lado.

Recordó las veces que lograba escabullirse de su esposa para ir al departamento de Ainhoa. Tenía una relación mucho muy amistosa con ella.

-Tu sabes que siempre seremos mejores amigos y eso no va a cambiar, pero entre mas pasa el tiempo mas difícil nos es engañar a Lorenna.

Michael la soltó de la cintura y caminó hacía el tocador. Se miró al espejo un tanto cabizbajo.

-Hey...-se acercó a él llevando su mano sobre su hombro derecho mientras le daba un cálido beso sobre su mejilla-. No quiero que estés así, piensa en tus hijos.

-Si, pienso mucho en ellos, pero...-se dio la vuelta para quedar de frente-...También pienso en ti...-sus ojos se tornaron un tanto melancólicos-... Esto se volvió como una rutina llena de pasiones y vivencias divertidas.

Piove (Ciao ciao Bambina)-Gianluca GinobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora