The invencible Rex

Los mortales son idiotas.

  

Perdonad que os lo diga, pero los mortales sois idiotas.

''¿Y quién eres tú para insultarnos de esa manera si se puede saber?'' Pues un dios, para ser exacto, el hijo de la diosa primal Ceelestila, la creadora de los humanos, Zerous, dios del cielo, las tormentas y la justicia, además de ser el rey de los dioses.

''¿Y por qué nos llamas idiotas si se puede saber?'' bueno, realmente no estoy llamando idiotas a todos los mortales, solo estoy generalizando, realmente no sé cómo sois los mortales de vuestro mundo, pero si sois como en el mío, mal vamos...

En cuanto al por qué llamo a los mortales idiotas tiene un motivo simple, pero primero os hablaré de mi madre, la diosa primal Ceelestila, diosa del viento, el cielo y las tormentas (saqué esto de mi madre), además de una de las mayores perras jamás creadas.

Para entender el porqué insulto a mi propia madre, supongo que debo contaros una historia del pasado.

Nuestra historia comienza muchos siglos atrás, tras la caída de los invasores del espacio.

Al principio, yo fui un niño obediente, mi madre me educó según sus reglas, para que fuese ''justo'', aunque para ser exactos, seguía su propia justicia...

¿Qué quién es mi padre? El dios que creó a los demonios, Kariotus. Ya abordaremos este tema más adelante, hasta entonces no hagáis preguntas al respecto por favor.

Mi madre se dedicó prácticamente toda mi infancia a comernos la cabeza a mí y mis hermanos, además de a la humanidad, con que el por aquel entonces rey de los dioses, Draco, era un ser infame, sin honor, que estaba dispuesto a asesinar a cualquier ser vivo con tal de conseguir sus objetivos. Los otros dioses primales no tuvieron un comportamiento muy distinto al de mi madre, a excepción de tía Karia... Perdonadme que me refiera así a mi tía, pero ella, si bien era severa, también ha sido mejor madre para mí, mis hermanos y primos de lo que la gran mayoría de dioses primales fueron.

El caso es que los dioses primales nos habían llenado la cabeza de pájaros tanto al resto de dioses como a las especies mortales, todo esto a espaldas del rey de los dioses, Draco.

Un tiempo después, estalló la guerra, una vez Draco se dio cuenta de todo esto.

''¿Por qué Karia apoyó a tu bando en lugar de ponerse del bando de su marido?'', según las palabras de mi madre, ella había visto la verdad detrás de Draco y se había dado cuenta de cuan cruel era, según descubrí más tarde, una vez la guerra terminó, el resto de dioses primales tomaron como rehenes a algunas de sus hijas recién nacidas, colocándolas en un lugar secreto y le dijeron que como no les ayudase ellas lo pagarían.

Tras años de guerra, estábamos perdiendo. Los dragones eran bastante poderosos, los cuatro dragones cardinales, los generales de Draco, eran más fuertes que la mayoría de los dioses, siendo solo unos pocos los dioses que podíamos rivalizar con su poder.

Pero, además, los ejércitos que cada uno de estos comandaba estaban mejor organizados y eran más poderosos, además de que funcionaban como uno solo, mientras nuestros ejércitos iban por libre y rara vez colaboraban, debido a las rencillas que los dioses primales tenían entre sí.

Entonces se me ocurrió un plan.

Fui junto con otros dioses a hablar con los dragones cardinales mientras Draco estaba en otra guerra, seguramente ganado. di una orden clara, sembrar la discordia entre ellos. Los puntos clave fueron el ''quien es el más poderoso'' y el ''quien de vosotros es más querido por Draco'', además del ''seguro que los dragones de vuestro color son los más poderosos y quienes deberían gobernar una vez ganéis esta guerra'', resulta que los cuatro dragones cardinales son más reconocibles por sus colores, rojo para el este, negro para el norte, azul para el este y blanco para el sur. Esto no quiere decir que no existan dragones de otro color, claro que existen, solo que si un dragón de otro color nace en un territorio, este pasaba a estar bajo el mando de los dragones que gobernasen ese territorio.