La fiebre estaba lo suficientemente baja como para que pudieras incorporarte sin sentir algún mareo, pero a pesar de eso te rehusabas a levantarte de la blanda y cálida cama en la que estabas. Los mimos que recibías de Toriel eran simplemente geniales, te traiga la mejor comida, te leía extraños libros que no conocías y siempre antes de dormir depositaba un dulce beso en tu frente deseándote dulces sueños; tu madre no había sido tan atenta contigo que recordaras, seguramente por su trabajo, pero a pesar de eso ella siempre estaba a tu lado al igual que Toriel.
Entreabriste los ojos con pesadez y giraste tu rostro para ver por la ventana que poseía la habitación, divisando el exterior de la casa con la escasa luz de la luna que se filtraba por los agujeros de la cueva; los monstruos que anteriormente habían sufrido un ataque de los humanos se encontraban en mejores condiciones, incluso habían comenzado a repoblar Snowdin arreglando los daños sufridos. Pero eso no te importaba realmente, tu atención estaba puesta en lo que tus oídos captaban, dos guardias estaban fuera de la casa de Toriel hablando entre ellos.
A sus majestades se les romperá el corazón cuando se lo digamos.-Una voz masculina bastante dulce fue la primera que escuchaste.
Lo sé, pero les hemos fallado. A ellos y a nuestro reino, por culpa de ese ataque descuidamos al príncipe y lo capturaron.-La segunda voz era también masculina pero más espera y gruesa, se notaba el dolor en sus voces.
Asriel...-.Colocaste una mano sobre el vendaje de tu herida y te incorporaste con cuidado de que no se volviera abrir, las heridas que causaban los humanos se curaban con dificultad por la cantidad de veneno que colocaban en su munición.-Si Chara se entera de que Asriel fue secuestrado ira contra los humanos.-Soltaste un pequeño quejido de dolor al levantarte, la herida estaba cerrada pero sentías perfectamente como tu interior ardía como el infierno, causado por el veneno que tu cuerpo intentaba eliminar con desesperación.-Zero...-.Nombraste a tu molesto compañero de alma y al no recibir respuesta dejaste salir un suspiro de alivio, era muy común que Zero no estuviera consciente siempre ya que se la pasaba descansando, guardando fuerzas para cuando le necesitabas. Te alegraba de sobremanera que fuera así, no le soportabas cuando estaba consciente.
Buscaste con la mirada tu ropa encontrándola en una silla situada al otro extremo de la cama, te acercaste a ella para después encontrar que más que tu ropa eran trozos de lo que anteriormente fue tu ropa, los ataques recibidos habían destrozado tu ropa excepto tu amada túnica. Agradecías mentalmente que el tejido usado para elaborarla tuviera magia, siempre que se desgarraba por las constante peleas se volvía a reparar solo, sentías de alguna extraña manera que era como si tu madre lo cosiera para ti, animándote a seguir adelante.
Agarraste tu anterior ropa para ver que podías salvar y observaste que había una caja con un listón morado debajo de tus prendas, con extrañeza la agarraste y la abriste encontrándote con nueva ropa junto con un trozo de papel en el que leíste "No creo que seas exhibicionista, así que todos hemos hecho esto para ti"
Pasaste tus dedos por las nuevas prendas y una pequeña sonrisa se dibujó en tu rostro, esos idiotas habían hecho esta ropa para ti y con la mejor tela, lo sabías por el tacto y por la pequeña aura de magia que desprendía; se debieron de esforzar mucho para hacerla y eso provocaba una chispa de alegría en tu corazón.
Te quitaste el pijama que habías estado usando estos días, lo dejaste doblado sobre la cama y procediste a ponerte la nueva ropa la cual consistía en una camisa carmesí sin mangas que poseía un tono más oscuro en la parte de tus pechos, unos pantalones marrones los cuales tenían trozos de cuero cosido a ellos dándole una hermosa decoración, tus viejas botas fueron reemplazadas por unas de mejor calidad que iban a juego con el pantalón; unos guantes negros que dejaban al descubierto tus dedos, eran como los anteriores que poseías pero estos nuevos albergaban más poder. Te colocaste la túnica de tu madre y por último el colgante de tu padre, ahora estabas lista para irte.
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FleurTale [Au]
FanfictionExiste una leyenda en la cual narra que hace muchos años, dos razas reinaban a la par sobre la superficie: los humanos y los monstruos. Debido al miedo que los humanos les tenían a los monstruos, los primeros declararon una guerra, que terminó con l...