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Los cuatro están sobre el escenario, Jonathan, Tyler, Beck y Jeff, estos últimos son gemelos, pero logramos distinguirlos ya que Jeff utiliza lentes, en cambio Beck no.

El auditorio es bastante amplio, el escenario es de madera y con varias luces blancas y amarillas fluorescentes sobre el mismo. Los asientos acolchonados empiezan justo enfrente, es como una especie de teatro para más de mil personas. Decido acercarme a ellos y preguntarles de una vez por todas qué hacen aquí.

—Jonathan... —lo llamo ya estando a su lado.

Él se gira y sonríe al verme, sus amigos también se giran y repiten el gesto de mi hermano. Los saludo a todos con un movimiento de cabeza.

—Hola, hermana menor.

Sus amigos desvían la mirada de mí y la dirigen hacia el montón de estudiantes que siguen entrando por la puerta principal del auditorio. Ellos, literalmente siempre están al lado de mi hermano, sin importar el hecho de que todos estudian carreras diferentes. Desde que están en la secundaria son como uña y mugre. No me sorprendería que también lo acompañen al excusado, todos ellos parecen gomas de mascar unidas en una sola boca.

—¿Qué hacen todos ustedes aquí? —susurro—. ¿Acaso quieren ponerme en ridículo?

Jonathan ríe por lo bajo. Sigo mirándolo sin encontrarle la gracia.

—¿Recuerdas aquellas prácticas de las que te hablé para mi tesis? —asiento—. Me han enviado aquí.

Por supuesto. ¿Cómo no iban a enviarlo a este instituto, si está estrictamente especializado en el área de informática?

—Eso puedo entenderlo —digo asintiendo—. Pero necesito que me expliques por qué tus amigos están aquí también. Tengo entendido que el único que tiene una carrera en relación con la informática eres tú.

Es cierto. Beck estudia medicina, Jeff administración y Tyler leyes. Sorprendentemente, todos desde la secundaria ya tenían claro que era lo que estudiarían... en cambio yo estoy en el último año y no sé que mierda haré con mi vida después de la graduación.

—Tengo que darte una noticia —sonríe forzadamente—. Y ellos son parte de ella.

Palidezco. Ninguna noticia que provenga de esos chicos es buena.

—Ve a sentarte —me indica—. Luego hablaremos.

Acepto a regañadientes y me dirijo con Gwen a los asientos de adelante. Poco a poco todos se van acomodando en los asientos y los amigos de Jonathan deciden sentarse también, justo a mi lado. Gwen está a mi lado izquierdo y ellos a mi lado derecho.

—Dime por favor que tu hermano se decidió por fin a salir conmigo y me lo va a pedir delante de todo el instituto —dice ella con emoción.

—Tal vez en tus sueños, Gwen —me burlo y ella me observa indignada.

—Eres mala.

—Soy directa —me giro hacia ella para encararla—. ¿Entiendes la diferencia?

Le sonrío amablemente y ella pone los ojos en blanco. Me hace mucha gracia hacerla enojar, a ella y a cualquiera... aunque irónicamente detesto que me hagan enojar a mí.

—Te odio, Emma.

Cada persona que conozco, decide abreviar mi nombre. Mi nombre es Emily Lilianne, mi familia me llama Em o Lily, y mis amigos Emma, Emmy o lo que se les ocurra. Los únicos que deciden llamarme por mis nombres completos son los idiotas a los que mi hermano llama amigos, y lo hacen solo para fastidiarme.

—Hola, Lilianne. —a eso es lo a que me refiero.

Me vuelvo para encontrarme con la mirada fija de Tyler en la mía, tiene un deje de diversión en su mirada café oscura y una sonrisa arrogante en su rostro. Es una total frustración que él no tenga un nombre vergonzoso.

Preferí amarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora