48- Por esta noche

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Maratón 3/3

"Tu ausencia es tan grande como la huella que dejaste en nuestras vidas. Descansa en paz Alicia Ferrara"

Leo la lápida por cuarta vez sin poder creerme que en serio ella se ha ido para siempre. Hace un momento el sepelio terminó, la gente ha comenzado a marcharse pero una parte de mí se rehúsa a irse. Una lágrima se desliza por mi mejilla izquiera, la aparto y me pongo de pie.

-No te has ido y ya te extraño Alice- la brisa fría golpea mi cara y el tono grisáceo que ha adoptado el cielo me indica que pronto va a llover. Pareciera que el cielo entendiera nuestros sentimientos. Una mano se posa en mi hombro y me sobresalto.

-Lo siento mucho dolcezza- sólo hay una persona en este mundo que me llama así. Volteo y me lanzó a sus brazos. Cuánta falta me has hecho amore mio. Piero me rodea y me aprieta contra sí con fuerza.

Comienzo a llorar desesperadamente. Lloro por mi tía que ya no está, lloro porque tengo miedo de haber crecido en una mentira, lloro porque me siento muy sola, lloro porque lo extrañé con el alma, lloro porque desearía que todo esto sea sólo una pesadilla, lloro por mí... por todo. Me separo avergonzada.

-Lo siento- me disculpo. Niega y acuna mi rostro entre sus grandes manos. Cierro los ojos momentáneamente.

-No tienes nada que sentir, es normal. Perder a alguien a quien amas no es fácil- la forma en que me mira me dice que habla de otras cosas. Solo me quedo ahí, inmóvil- Cómo te sientes?

-Sola... muy sola- cierra los ojos como si se sintiera avergonzado, cuando los abre el tormento que veo en ellos me estruja el pecho. Qué es lo que aún no me cuentas Piero?

-Me arrepiento tanto de haberte dejado- el sólo recordar aquella mañana en dónde desperté sin él me hace retroceder y salir de sus manos.

-Tu ausencia es algo a lo que ya me he acostumbrando, tranquilo- agacha la mirada y cuando vuelve a posar sus ojos en mí el dolor es el sentimiento más notorio. Quiero abrazarlo pero soy demasiado orgullosa. Me cruzó de brazos.

-No sabes lo difícil que ha sido todo esto para mí, nada es lo que parece ragazza. Confía en mí- al ver que no digo nada continúa-... por favor Marjorie- lo sigo viendo con toda la neutralidad posible. Se acerca lentamente como evaluando mi reacción, dejó caer mis brazos derrotada y bajo la cabeza. Si miro esos ojos que amo estaré perdida otra vez y no quiero más dolor.

Sus manos suben por mis brazos y cada caricia me hace sentir más ligera, relajada... tranquila. Deja una de ellas en mi cintura y me atrae a su cuerpo como un imán, con la otra libre levanta mi barbilla y me mira como si le pareciera lo más exótico y hermoso de la Tierra. Acerca su frente a la mía y suspira. Yo cierro los ojos y espero un poco más de esa intimidad que me regala. Quiero sentirlo contra mí, que siga tocándome como sólo él lo hace. Finalmente acerca sus labios a los míos y yo me pierdo. Con suavidad nos dejamos llevar en un tierno beso en medio del cementerio, entrelazo mis manos en su cuello y me aprieto más contra él. El ritmo aumenta y su lengua se abre paso explorando con gentileza la mía. Frías gotas comienzan a caer entre nosotros, sin embargo eso no nos detiene. Sin saber por qué comienzo a llorar y mis lágrimas se mezclan con la lluvia. Dejamos de besarnos pero seguimos abrazados. Nada me importa más ahora que la tranquilidad que Piero me ha dado, aunque sea sólo por un instante. Se separa y me sonríe.

-Por más que me encante tenerte así, no quiero que enfermes así que vamos antes de que llueva a cántaros-me da la mano y salimos. La mayoría se ya se fue y los demás están a punto de salir. Piero me enseña su coche pero antes de alcanzarlo me detienen.

Sr. BaroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora