Volverte a ver.

2.4K 96 4
                                    

💖Daniel Seavey💖

Salí corriendo del escenario, con una gran sonrisa en mi rostro y la cara sudada. Mi concierto había terminado. Ahora mismo estaba en París, Francia, y había terminando la última presentación aquí en Europa.

—¡Eso fue increíble!— Exclamó Michael, mi mánager.

—Más que increíble.— Dijo mi hermano, Nick, dándome una botella de agua.— Estoy orgulloso de ti.

—Ilana, Daniel esta en la linea.— Dijo Verónica, mi asistente, y mejor amiga.

Corrí rápidamente al teléfono, arrbetandoselo a Verónica.

—Hola cariño.— Salude, con una sonrisa en la cara.

Cariño, el concierto fue impresionante.— Dijo Daniel, emocionado.

—¿Como sabes como fue el concierto?— Le pregunte.

Nick me estuvo mandando vídeos.— Contestó.— Además, tus conciertos siempre sin geniales.

—Daniel Seavey, eres una ternura.— Dije riendome.

Quiero verte ya.— Se quejó.

—Bueno, mi tour termina en una semana, y el tuyo en dos, así que...— Contesté. — Estaré esperándote en Los Ángeles.

—Ilana, tenemos que irnos ya al hotel.— Me grito Nick.

Comencé a caminar a su dirección, con el celular en la mano.

—¿Donde estas?— Le pregunte a Daniel.

En el hotel.— Respondió.— Los chicos salieron por comida. Yo me quede para poder hablar contigo.

—Te extraño.— Murmuré.

Yo también.— Murmuró.— Ya quiero volverte a ver.

—¡Me empalagan!— Grito Verónica.

Ah, pero no sea que la señorita esta con Jonah...— Dijo Daniel, haciendo que comenzara a reirme.

Durante todo el camino estaba hablando con Daniel, incluso hasta cuando llegamos al hotel, el cual estaba con unas 15 fans afuera.

—Espera un momento.— Le pedí a Daniel.

Me tome foto con todas las chicas, además de firmarles lo que me pedían y grabar algunos vídeos para otras fans o amigas de ellas, y después, entre al hotel.

¡Eres un amor!— Exclamó Daniel.

—Yo lo se.— Me reí.— Bueno, eso es lo que todos me dicen, así que supongo que es verdad.

Hablé unos minutos más con Daniel, y cuando llegue a la puerta de mi habitación, decidimos cortar la llamada. Ya saben, la diferencia de horario entre Europa y América.

En cuanto entre a la habitación, me deje caer en la cama, enterrando mi cara en la almohada. No me moleste en quitarme los zapatos ni nada por el estiló, sólo me quede en la cama.

—Los hoteles de París son más bonitos de lo que esperaba.— Me levanté de golpe al escuchar a alguien hablar.

Para mi sorpresa, Daniel estaba recargado en el marco de la puerta del baño, con una gran sonrisa en su rostro.

—¿Dan... Daniel?— Tartamude. Él asintió con la cabeza, sin dejar de sonreír.— ¡Daniel!

Corrí hacía él, envolviendo mis manos alrededor de su cuello, enterrando mi cabeza en el hueco de su cuello. Él me levanto del suelo, así que envolví mis piernas alrededor de su cintura. Daniel beso mi mejilla, y después puso una de sus manos en mi cabello, apretándome contra él.

—Eres un maldito, Seavey.— Susurré contra su cuello.

—Ya lo se.— Contestó, y pude sentir su sonrisa.

Levante mi cabeza, sin bajarme de su cintura, y después nos besamos. Teníamos casi 5 meses sin vernos, y era una tortura.

—¿Como llegaste?— Le pregunté.

—Verónica y Jonah fueron mis cómplices.— Contestó.— Y Nick.

—Te amo.— Volví a besarlo, cosa que el no dudo en responderme.

Camino hasta la cama, aún conmigo arriba de él.

—Quiero que te pongas la ropa más linda que tengas. Vamos a salir.— Murmuró contra mis labios.

Me metí a bañar, mientras Daniel se quedaba en la habitación viendo su celular. Cuando salí, me maquille muy poco, y después me puse un vestido rosa, ceñido de arriba y suelto de abajo. Cuando salí del baño, me sorprendió ver a Daniel con traje.

—¿Como demonios ustedes cinco siempre se ven bien con todo lo que usan?— Pregunté, cruzándome de brazos.

—Es un secreto.— Contestó, entrelazando su mano con la mía.

Salimos de la habitación, caminando directo al elevador. Para mi sorpresa, no íbamos a ir fuera del hotel, todo lo contrario, íbamos a la azotea. Cuando llegamos arriba, el lugar estaba vacío. La piscina estaba sola, al igual que las mesas que se encontraban por ahí. Nos acercamos a una de las mesas, donde había un ramo de rosas y una caja llena de fresas, y otra caja con galletas, además de dos copas con lo que pienso yo, es vino. Todo esto, con la hermosa vista de alrededor, el atardecer y la torre eiffel.

—Esto es hermoso.— Murmuré, mirando a mi alrededor.

—¿Si te gusta?— Preguntó Daniel.

Asentí con la cabeza y después ambos nos sentamos en la mesa. Estuvimos hablando por un largo rato, además de que a Daniel se le ocurrió pedir pizza para cenar. Estuvimos hablando durante horas. Estos son la clase de momentos que me gusta compartir con Daniel, donde podemos ser nosotros mismos sin ningún problema. Y por esta clase de cosas, amo a Daniel Seavey.
________________________________

One Shots || Why Don't We Donde viven las historias. Descúbrelo ahora