Perdido en sus labios

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Nos quedamos en...

V: (Intentando mantener la compostura. Se había olvidado completamente de dónde estaban...le daba todo igual en aquel momento. Sonriendo) No me pidas perdón pero, sobre todo, no dejes de besarme así...

Continuación...

Qué podía hacer él ante tal petición... Volverle a devorar los labios, saborear su lengua otra vez y provocarle nuevos gemidos de placer. Su mano acariciaba directamente la piel de su cintura y amenazaba con subir hasta sus pechos... la pasión iba en aumento, como su erección.

C: (Con la voz entrecortada) Mi vida... (dándole besitos pequeños) me pasaría el día entero besándote...pero (Victoria lo interrumpía con otro beso)...mmmm

De nuevo volvía caer en ella... La deseaba tanto, llevaba tantos años soñando con aquello, que ni siquiera podía creer que fuera real. No quería terminar con ese momento temiendo que fuera un sueño y que, al despertar, no estuviese a su lado.

Victoria por su parte estaba en una nube. Cada beso de él era pomada para sus heridas, cada caricia cicatrizaba un hematoma, un dolor en su alma. Pero no sólo sentía aquello; inexplicablemente y, como si se tratara de algo desconocido para ella, millones de escalofríos recorrían su cuerpo y, el contacto con su erección, provocó un calor olvidado en su entrepierna.

V: (Con la respiración agitada) César... yo... dios mío... Ale va a venir...el aeropuerto...

C: (Sonriendo al comprobar que no podía terminar ninguna frase) Tienes razón...(dándole un beso en la frente) Ve a darte una ducha que nos tenemos que ir, o perderemos el vuelo.

De mala gana Victoria asintió y se removió entre sus brazos y, muy a su pesar, César la tuvo que dejar ir...

C: (Alzando un poco la voz, pues ella ya caminaba hacia la habitación) Morenita...

V: (Volviéndose hacia él con una enorme sonrisa) Sí?

C: Gracias por darme la dicha de tenerte nuevamente entre mis brazos...

Unas horas después llegaban los tres al aeropuerto del DF y, nada más salir del avión, una horda de periodistas se avalanzaron sobre Victoria, fusilándola con preguntas. Su cara de terror al darse cuenta de que ya se conocía la noticia, disparó las alertas en César, el cuál, haciéndose sitio entre todos los reporteros, consiguió llegar a ella, la resguardó en su pecho y la sacó de allí todo lo rápido que pudo, dejando atrás a Alejandra con todos ellos.

A: (Hablando con ella misma) "Bueno Ale, a ver cómo domas a estas fieras tú que eres nueva en el circo..."

Periodista1: Señorita López, es cierto lo que se rumora sobre los malos tratos y abusos por parte del señor Omar Fayad hacia la señora Victoria Ruffo?

A: Pues miren, con todos mis respetos, creo que yo no soy la persona que tiene que contestar eso. No soy Fayad ni Ruffo.

Periodista2: (Chocando contra ella) Pero usted tiene una relación estrecha con Victoria... Alguna vez ha presenciado signos de violencia?

A: (Con una medio sonrisa) Pues ahora mismo fíjese... Mis deditos de los pies no creo que lo cuenten... Y de verdad tengo miedo de que me saque un ojo con el micro.

Periodista3: (Gritando) Signos de violencia en la señora Ruffo!!!

A: Saben qué pasa, que Victoria es muy friolera, va siempre muy bien tapada...

Periodista4: Y sabe usted si existe alguna relación sentimental entre ella y el señor Évora?

A: (Abriendo los ojos) Uyyyy mira, yo es que con controlar mi cama ya tengo mucho trabajo; imagínate estar pendiente de la de los demás no?

          

Millones de preguntas se seguían agolpando y Alejandra no era capaz ni de entenderlas.

A: (Con el rostro serio) Escúchenme un minuto por favor, ahora soy yo la que les va a hacer una pregunta. Si de verdad el rumor sobre el que me preguntan fuera cierto, creen que lo mejor que podrían hacer por Victoria es acosarla? Creen que una mujer que ha podido ser víctima de malos tratos y abusos merece este atropello?... Por favor les pido respeto, como ella siempre les ha mostrado. Victoria es muy consciente de su posición, siempre ha sido abierta y amable con ustedes y, estoy segura de que, en caso de que fuera necesario, ella misma se dirigirá a ustedes y al público al que tanto quiere, para darles las explicaciones oportunas. (Con cara amable) Muchas gracias y que pasen muy buen día. 

Mientras tanto, en un taxi del aeropuerto, César intentaba calmar a Victoria.

V: (Muy angustiada) Nooo, es que no la podemos dejar ahí con ellos, pobrecita César... Además ella no está acostumbrada a la prensa y...

C: (Abrazándola y acariciándole el pelo) Shhh, pero está acostumbrada a salir adelante en momentos de presión. Alejandra es muy fuerte e inteligente, y estoy seguro que sabrá mantener su posición y tu intimidad a buen recaudo. Tranquila... verás como pronto la vemos aparecer...

V: (Con lágrimas en los ojos) No puedo dejarla ahí... tengo que ir a por ella...

C: (Mirándola fijamente a los ojos) Yo no voy a permitir eso Victoria... Adoro a Alejandra, y me siento horrible por haber tenido que elegir entre ustedes, pero no te voy a exponer a esa jauría de lobos. (Aguantando su pesar) No estoy orgulloso ni me perdono por haberla abandonado con semejante carga, pero menos me perdonaría no protegerte....

Minutos después Alejandra entraba al taxi resoplando.

A: (Mirando a Victoria) Ma, estás bien?

V: (Muy preocupada) Yo sí mi amor, y tú?

C: (Con cara muy triste) Ale yo... no sabía bien qué hacer...lo siento tanto....

A: No, no, tranquilo. (Esbozando una gran sonrisa) Decisión correcta y además, yo me tengo que ir acostumbrando a la prensa para cuando sea una estrella....

Consiguió sacarles una sonrisa a los dos y, con eso, se daba por satisfecha.

V: (Llevándose las manos a la cabeza) Dios mío, mis hijos!

C: (Abrazándola) Todo va a estar bien morenita. Ahora te llevamos con ellos sí? 

V: (Llorando) No soporto que vayan a sufrir por esto...

C: (Tomándola fuertemente sobre su pecho) Como yo no soporto que sufras tú...

Efectivamente la noticia ya estaba en todas las televisiones de México y, al llegar a su departamento, se encontró con dos hermanos destrozados. Afortunadamente para Victoria, ambos aceptaron el cariño y apoyo tanto de Alejandra, a la que adoraban, como el de César, con el que siempre se habían llevado bien cuando coincidían con él en el foro. Ya por la noche, y dejándolos más tranquilos, Alejandra y César se despidieron de Victoria para dejarla descansar con sus hijos.

A: (Abrazándola) Cualquier cosa que necesites por favor nos avisas sí?

V: Sí mi amor, tranquila. (Mirando a los dos con amor) Con ustedes a mi lado, me siento capaz de todo.

C: (Con gran admiración) Con o sin nosotros, eres capaz de todo.

V: Nunca voy a poder demostrarles lo que significan para mí...

A:(Abriendo los ojos) Uffff nooooo, por dios no lo demuestres más!! Lo tenemos clarísimoooo.

De nuevo los tres rieron por aquel comentario y, ya cuando los dos se iban a marchar, César notó una pequeña patada en el tobillo y una mirada de reojo de Alejandra dirigiéndose a Victoria.

Resiliencia TekilaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant