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Aiden

Me desperté temprano para irme con los bodoques, para mi sorpresa Alex no estaba. Ni siquiera sentí cuando se levantó. Anoche cuando la besé no sé qué pasó, sentí el impulso de hacerlo y ni siquiera pude detenerme. El recuerdo llega a mi memoria y un flash back viene a mí.

—Aiden no —Dijo ella después de unos segundos de haberme correspondido. Se levantó y se fue al baño, luego de unos segundos se acostó y ni siquiera cruzó la mirada conmigo, quería disculparme pero las palabras no me salían, me sentí como un tremendo idiota y lo único que hice fue tomar la ropa e irme a bañar. Cuando salí la vi acostada y parecía estar dormida, daba la espalda hacia mí y tampoco dije algo. Apagué la tele e hice lo mismo.

Me levanté de la cama y tropecé con su maleta, un alivio me dio saber que aun volvería. «Ahora si la había metido y hasta adentro pensé». Tomé mi ducha habitual y cuando me di cuenta ya estaba escribiendo un mensaje La llave la dejaré con el portero por si vuelves antes que yo. Salí y tomé el bus. En media hora ya estaba con ellos.

—Hoy igual llegaré temprano. —Sofía estaba por salir de la casa.

— ¿Aiden no cenara hoy con nosotros tampoco? —El pequeño Gael preguntó mientras con sus pequeñas manos sostenía un juguete de acción.

—Él también tiene cosas que hacer cariño. —Vi tristeza en su mirada.

—Puedo quedarme si no les importa —El rostro de Gael se iluminó.

—No tienes que hacerlo Aiden, son los pocos días que tienes libres.

—La verdad no es que tenga mucho que hacer. —Ella me sonrió y Melanie saltó para que la cargara.

— ¡Si! Cena con nosotros hoy. —Dijo la mini rubiecita.

***

—¡Piuj piuj!

—Jamás me darás —Dije escondiéndome detrás del sofá mientras Gael me apuntaba con una de sus pistolas de juguete. Jugábamos policías y ladrones y como Melanie no quería quedar fuera ella era la princesa a la cual tenía que rescatar.

—Príncipe Aiden ayúdame —Dijo sentada en la silla en la cual Gael le pidió que ahí permaneciera.

—Es un policía —Gael seguía "disparando"—. ¡Piuj piuj!

—Ya está la cena niños. —Sofía apenas acababa de terminar la cena, había comenzado hace casi una hora, pero no me molestaba, me divertía jugar con los niños, ayudarles con sus tareas e intentando dar mi mejor ejemplo y aprendieran de la mejor parte de mí.

Ayudé a poner la mesa, Melanie comenzó a llorar porque dice que ella ya tenía mucho secuestrada y que no la había ido a rescatar.

Todos nos sentamos luego de lavarnos las manos — ¿Qué tienes ahí? —Sofía apuntó al brazo de Gael. Me atraganté con un sorbo de agua al escuchar lo que dijo.

—Es una figurita como las que Aiden tiene también. —Levantaba su manga con orgullo.

—Eres muy joven para eso Gael —solté mientras contenía la risa.

—Tú fuiste quien me lo hizo. —Tenía la boca llena de puré.

— ¡Traidor! —Lo apunté con el dedo.

—Yo también quiero uno —Melanie le dijo a su mamá y ella negó sonriente.

Toda la noche nos la pasamos haciendo bromas y jugando, esos niños eran fantásticos, en estos pocos meses les he agarrado un tremendo cariño.

          

Mi celular vibró por debajo de la mesa pude ver un mensaje de Alex.

¿Aun sigues con los niños?

Sí, estamos cenando ¿Por qué?

Cuando termines me dices, hay una fiesta en la fraternidad ¿Quieres ir?

Si en una hora tal vez ya este desocupado.

Perfecto iré por ti.

***

—Hola —Alex estaba radiante, a pesar de la poca luz podía ver el rojizo de sus mejillas y nariz aun.

—Hola —Contesté con un nudo en mi cabeza, quería hablar sobre lo de ayer pero no sabía cómo comenzar.

—Este...yo

—Calla —subió el volumen de su estéreo—. Me encanta esa canción —Comenzó a mover la cabeza mientras cantaba muy entusiasmada.

El camino a la fraternidad hablábamos de cualquier cosa y la tensión en mis hombros iba disminuyendo, ella no tocó el tema y tampoco estaba incomoda, como si nada hubiera pasado. Creí que mejor sería dejarlo por la paz y no volver a tocar el tema, pero una pequeña espina estaba en mi interior.

—Fue extraño levantarme esta mañana y no verte. —Solté viendo por la ventana como si no me interesara mucho.

—Sí, decidí ir al gym temprano —Estaba viendo para enfrente buscando donde estacionarse. Había más carros de los que esperaba.

Cuando bajamos fue que la vi bien, tenía puesta una minifalda color azul de esas que las chicas usan y cuando dan vueltas se levantan, le llegaba hasta la cintura y al verla caminar, un poco más y le se le podría ver el glúteo, sus piernas definidas hacían que se le viera espectacular. Tenía una blusa color blanca que terminaba justo donde empezaba la falda, y de su brazo colgaba un bolso color negro. Su cabello caía completamente lacio en su espalda. La miré tanto que cuando ella me saco de mis pensamientos ya estábamos afuera del lugar.

Cuando entramos me di cuenta que en su mayoría eran extranjeros, lo pude notar por sus acentos, algunos ni siquiera hablaban en nuestro idioma.

—Esta es la residencia de los chicos de intercambio... La organizadora es una chica Australiana con la que llevo algunas materias —Me dice en explicación a el gesto raro que hice cuando no entendí lo que decían dos tipos.

Había mucha gente, y parecía que ya tenían bastante tomando, ella sonrió y saludó efusivamente a un tipo. Me quedé mirando la mano de el que se posó muy por debajo de su cintura.

— ¿Andrew que haces aquí? Hace bastante que dejaste la universidad. —El tipo estaba con una cerveza en la mano. «¿Dónde había escuchado ese nombre antes?»

—Sabía que estarías aquí —El miró alrededor—. Y quería ver que tal —Dijo mientras seguía con la mirada a una muchacha que acababa de pasar a mi lado.

—Mira él es Aiden —me presentó y el me miro por un segundo yo no desvié la mirada pero el vio mis brazos por un momento.

—Veo que cambiaste de gustos —le dio un sorbo a su cerveza—. Ahora te gustan malos. —Soltó una risa, si pensaba que el tipo era un Idiota ahora estaba confirmado. Me contuve de decir unas cuantas cosas.

—Él es Andrew... a veces es algo idiota— Mi rostro seguía sin un solo gesto.

Él sonrió —Me encantas —Le dijo acercándose a su oreja. A pesar del ruido pude escucharlo, apreté el puño. El muy imbécil me tendió la mano en forma de saludo. Ella me miró y no quedó más que darle la mano. Ambos apretamos la mano más que lo que deberíamos.

No love.Where stories live. Discover now