Wardons #W1 ©

Capítulo 11

May observaba a cada una de las personas que estaban en la sala de su apartamento con nuevos ojos. La madrugada se cernía sobre ellos y ya estaba pronto a amanecer. La chica sentía que había pasado una eternidad en el transcurso de unas cuantas horas. El día sábado estaba a punto de comenzar y nadie de allí había dormido nada. No sin antes discutir cual sería el siguiente movimiento en contra de los Andelé. May se sentía demasiado rara pensando en ese término.

Sin embargo, lo que en realidad habían hecho las últimas horas eran preguntar y preguntar absolutamente todo sobre los Wardons y todo lo que tuviera que ver con su mundo.

—Explícame otra vez de dónde vienen, por favor —pidió Ellen, cruzándose de brazos. No tenían sillones así que todos estaban distribuidos en sillas por el lugar. Excepto Thian, que estaba parado frente a la ventana, perdido en sus pensamientos.

—¡Por favor! Ya sería la tercera vez, Ellen —Cindelle rodó sus ojos.

—¿No se supone que eres mi guardiana? ¡Entonces yo sería algo así como tu jefe!

—Sabes que eso no tiene sentido alguno —comentó May, riendo.

—Podría haberte dejado a tu suerte, pelirroja —contestó Cindelle.

—Ya, ya —interrumpió Kya, quien también se reía de lo fácil que la pelirroja sacaba de quisio a su guardiana—. La cosa es así. ¿Conoces la Teoría del Multiverso? Existen muchos universos en los que cada uno, la realidad fue diferente.

—Como por ejemplo, uno en el que ganaron los Nazis —acotó Chad.

—Otro en el que los dinosaurios no se extinguieron —habló Valerie.

—Exacto, y así sucesivamente.

—¡Como The Flash! —exclamó May, contenta de que Camylle la hubiera obligado a ver la serie.

—¡Claro! —continuó Kya, sonriéndole ampliamente—. Del que provenimos nosotros, la humanidad se autodestruyó mucho antes y en el mundo solo había caos, destrucción, muerte y guerra.

—Y ahí es donde nosotros entramos— siguió Cindelle—. Fuimos creados para salvar a la humanidad de sí misma y a enseñarles que se vive mucho mejor sin la violencia. Hoy por hoy, de dónde venimos ya no existe nada de eso.

—Ni la discriminación, la guerra, los genocidios, los homicidios, ni nada que se le parezca —Kya continuó.

—Fueron años y años de duro trabajo —resopló Valerie.

—Y cuando por fin terminamos, nos enteramos de la existencia de múltiples mundos que quizá tenían la misma necesidad que nuestro hogar. Este es el primer lugar al que hemos venido hace miles y miles de años —finalizó Kya, orgullosa.

—Su mundo es fantástico, chicos —susurró May—. ¿Y qué pasa con los Andelé?

—Ellos son un poco más complicados —Thian tomó la palabra, después de haber estado un rato largo callado, dándose la vuelta para verlos.

—Espera, antes de entrar a ese tema, quiero preguntar algo que quizá sea una obviedad —un murmullo de queja se sintió en la habitación ante las palabras de Ellen—. ¡Oigan! Es en serio, entonces ustedes son... ¿inmortales?

—No exactamente, aunque tengo más de quinientos años, Ellen, ¿responde a tu pregunta? —Thian le dedicó una sonrisa burlona y las humanas abrieron ampliamente los ojos.

—¿Qué qué? —preguntó May, dirigiendo su vista a él—. ¿Y cómo es que pareces de 17 o 18?

El chico se encogió de hombros.