Capítulo 55 - Diez años atrás

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Es la noche anterior a mi cumpleaños. Mis padres se fueron hace tres días, no me han querido decir nada, pero estoy casi segura de que ha habido un problema con el tema de la adopción. Espero que cuando regresen lo hagan con mi hermano. Prefiero no pensar en ello y quemo mis últimas neuronas en Justin. 

¿Por qué las cosas tienen que ser tan difíciles entre nosotros? Sólo quiero poder ser feliz y libre a su lado. ¿Cuánto más tendremos que esperar para que eso suceda?

Desde que mamá y papá nos encontraron durmiendo juntos en el salón, las cosas con Justin han estado muy distantes. Ya no vemos películas ni desayunamos juntos y él se pasa la mayor parte del tiempo corriendo o montando en motocicleta. Ya ni siquiera volvemos juntos del instituto y, cuando nos vemos en clases, hace todo lo posible por evitar tener contacto visual conmigo. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que me besó, la última vez que me tomó de la mano o la última vez que me acompañó hasta quedarme dormida. Panta se acomoda entre mis piernas y la acaricio. – Me he vuelto madre soltera.

Estoy agotada de pensar en él. Estando solos en casa, deberíamos estar juntos, disfrutando del tiempo y celebrando mi cumpleaños.

Decido enviarle un mensaje.

Lis: Qué nos está pasando? – Aprieto la tecla enviar y me quedo mirando fijamente a la pantalla esperando su respuesta.

¡Vamos, dilo de una vez!

Justin: Nada

Lis: Di la verdad. Qué es?

Lis: Estoy gorda?

Lis: Soy fea?

Lis: Poco atractiva?

Lis: Inmadura?

Lis: Una niñata de mie...

No termino de escribir el mensaje cuando aparece Justin abriendo la puerta de mi cuarto y la cierra fuerte atrás suyo. La cara se le pone más y más roja por segundo y respira agitadamente.

– ¿Qué es todo esto? – Me pregunta levantando su móvil.

– Sólo quiero que me digas la verdad. – Le reclamo en el mismo tono.

– ¿De verdad crees que pienso esto de ti? ¿O es a caso lo que tú crees de ti? – Deja su móvil sobre mi mesa de noche y calmándose, me ofrece sus manos. – Ven aquí. – Me ayuda a levantarme de la cama para quedarme de pie frente a él. – No sé qué es lo que he hecho para que dudes así de ti, para que pienses eso de ti.

Al verlo a los ojos, las agallas se me fueron a paseo y preferí quedarme en silencio.

– ¿Quieres que te diga la verdad? Pues, te diré lo que pueda. He recibido un par de noticias desde los Estados Unidos. Noticias que me entristecen y me enfurecen y prefería quemar esa furia lejos de todos, lejos de ti, para evitar haceros daño en el proceso y, al final, te terminé lastimando igual. – Justin me abraza como si al hacerlo pudiera volver a respirar. – Lo siento. – Me estruja un poco más fuerte.

– ¿Pero qué fue lo que pasó?

– No te puedo dar los detalles. Es confidencial. – Continúa sin soltarme. – ¿Sabes? Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida. Puede que no seas la típica chica popular de las películas americanas, pero eres por lejos la más guapa, la más natural. – Se separa un poco de mí. – No entiendo de dónde viene tu extraño temor a no ser bella. – Me voltea enfrentándome al espejo de pared y se queda a mis espaldas. – Mírate, eres mucho más que eso. – Me abraza por la cintura. Me observa a través del espejo y apoya su cabeza sobre mi hombro. – ¿Qué es lo que ves cuando te ves?

Cuando te queríaWhere stories live. Discover now